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En el artículo anterior habíamos visto que la Mecánica (la Clásica o la Relatividad Especial), permite el viaje en el tiempo; pero que la Termodinámica nos dice que la mayoría de los fenómenos naturales son “irreversibles”, por lo que en realidad el tiempo solo fluye en una dirección, “la flecha del tiempo”.

Pero aún nos queda otra teoría de la relatividad de Einstein de la que echar mano, la Teoría de la Relatividad General, que dice que el espacio-tiempo es curvo y que la presencia de las masas en el Universo determina su curvatura.

De modo que, mediante masas gigantescas, podríamos crear una región del espacio-tiempo en el que la curvatura fuera tan pronunciada que se cerrara sobre sí misma, haciendo que quien se moviera en ella a lo largo de una curva de cuatro dimensiones pudiera partir de un lugar-momento, viajar hacia adelante y volver al mismo lugar-momento (como en la Tierra: si partes de un punto y avanzas lo suficiente, llegarás de nuevo al punto de partida, ya que te estás moviendo en un espacio de dos dimensiones cerrado sobre sí mismo: la esfera).

Este bucle en el espacio-tiempo se conoce como un “Agujero de Gusano”, o científicamente un “Puente Einstein–Rosen”, un hipotético túnel por el que se podría viajar en el tiempo; pero cuidado, acabamos de decirlo, no es más que un túnel hipotético, por lo que el viaje en el tiempo por esta vía también lo es.
Como este túnel conecta puntos diferentes del espacio-tiempo en teoría podrías viajar a otro lugar, a otro tiempo, o ambas cosas a la vez; con la ventaja de que también se podría regresar.

Al parecer, este viaje no violaría el Segundo Principio de la Termodinámica, ya que no haríamos retroceder un sistema en el tiempo, sino que nos moveríamos dentro de él. Teóricamente se podría viajar hacia el pasado, pero solo hasta el momento en el que se creó el túnel, no más atrás, ya que antes no existía ese túnel.

Claro, que también podría ser que encontráramos un agujero de gusano natural en algún punto del Universo. Estos agujeros de gusano serían detectables pues, mirando en una dirección en el espacio, veríamos una estrella dos veces, una en un tiempo y otra en un tiempo más atrás. Aunque, dependiendo de la diferencia de tiempo, quizá no fuéramos capaces de darnos cuenta de que fuera el mismo objeto estelar.

Está claro que con nuestro dominio actual (y con el futuro próximo) de la gravedad no alcanzamos, ni de lejos, la posibilidad de construir una cosa así; ya que, aunque la Gravedad es la fuerza más antigua en nuestro conocimiento, es a la vez la fuerza fundamental de la naturaleza de la que menos sabemos sobre su origen o transmisión.

He tenido que utilizar muchos “en teoría”, “hipotético”, “al parecer”... para escribir el artículo de hoy. Hay científicos que “creen” que todo esto es posible, otros que “no lo creen”, pero en Ciencia las creencias no tienen valor.

Aún tenemos que aprender mucho sobre los asuntos de la Gravedad y el tiempo (claramente relacionados) antes de aplicar los nuevos conocimientos a un hipotético agujero de gusano y cuando sepamos algo más… quién sabe.