La Plazuela en las redesVideos de La Plazuela

Programa de fiestas de 1956

Cualquier coleccionista ha escuchado alguna vez que el guardar cosas (latas de cerveza, chapas, arenas de diversos lugares, periódicos antiguos, programas de fiestas...: coleccionar) solo sirve para acumular polvo. Yo pienso que cualquier colección tiene un significado, un recuerdo y una validez que cada uno cifra en tiempo, en nostalgia o en cualquier otro sentimiento.  

Pues bien yo me considero coleccionista y tengo delante un programa de fiestas de Sigüenza de 1956. Lo he visto y me he preguntado: ¿me sirve para algo?.  Voy a intentar comprobarlo, aun con la certeza de una respuesta positiva.

De la impresión, el tipo de papel, el número de fotografías, la categoría y número de anuncios, o la oferta de diversiones pueden sacarse conclusiones sobre la situación económica del momento. Si además, lo comparamos con otro anterior o posterior, tendremos un dato añadido. Podremos comparar costumbres y entretenimientos de entonces con los que hoy aparecen en nuestras fiestas. Cuáles echamos en falta o cuáles siguen teniendo un papel principal. Podremos recordar y contar si las hemos vivido. Podremos…

Empecemos por la portada, es un dibujo de la catedral, con un atrio abarrotado de gente sobre la que cae una intensa lluvia de papeles de colores. ¿Ha calculado alguien la cantidad de portadas, de los programas de fiestas, en que el motivo es la catedral? ¿Es esta imagen la que mejor representa a Sigüenza? O ¿serán el castillo o el Doncel? Ya sé que no es importante, pero creo que es significativo el que gane ésta, creo que por goleada… Ahí queda la primera incertidumbre.

Las colaboraciones nos hablan de temas de actualidad, opiniones o costumbres que quizá hoy hayamos olvidado. O, por el contrario, podemos observar que a pesar del tiempo transcurrido hay opiniones que siguen casi igual que entonces.

Se inicia el programa con el saludo del Alcalde, ese año Gerardo Riosalido. Él mismo dice: “He de repetir forzosamente ideas y conceptos”. Efectivamente lo ponemos en el próximo y cuela. Por cierto un cariñoso recuerdo para aquel alcalde al que, los ya mayores, recordamos sentado en su puesto de trabajo durante nuestras larguísimas esperas en la carnicería familiar.

Sigue el pregón, en el que, curiosamente, se habla de “fiestas con su cabalgata ilusionada”,  no aparece programada, ni yo recuerdo cabalgata hasta mucho más tarde.

Escribe el Obispo Lorenzo sobre la catedral. Un título y un texto que a mí me resultan enigmáticos para un programa de fiestas: “Meditación sobre el equívoco de las cosas humanas”. En el texto, hablando de la capilla del Doncel, dice: “De donde resulta una simplificación equívoca de dos verdades fragmentarias: un yacente en la capilla, parece subrogar en la dedicación a los exaltados a los altares”. ¡Toma ya!

José de la Vega, corresponsal de prensa, escribe sobre Sigüenza, con una visión optimista, resaltando la próxima y segura construcción de un Instituto Laboral... No puedo saltarme la descripción de nuestra ciudad: “ánfora rebosante de viejas culturas que sabe desbordarse sobre ella misma”.

Hay más colaboradores de prestigio como Agustín de Figueroa, José Camón Aznar y Alfredo Juderías, junto a otros que me resultan desconocidos. Me alargaría resaltando algo de esas colaboraciones.

Los anuncios también dan para sabrosos y nostálgicos recuerdos. Tristeza por la desaparición de entrañables comercios. Copio algunos slogans: “Ultramarinos finos”, “Droguería Perfumería”, “Estudio fotográfico”, “Naranjada Iris refrescante Kiola refrescante Danzon”, “Hotel: con calefacción, aguas corrientes, cuartos de baño”, “transportes: la irrompible cacharra”…

Hay uno que me ha llamado la atención de forma especial: “Las mejores compras serán siempre las que hagan en esta acreditada casa; el lema de ella es: SERIEDAD Y DESENGAÑO”. Consuela que, aunque pocos, hoy quedan comercios de aquella época.

Las actividades festivas tampoco difieren mucho de las actuales: No se habla de reina de las fiestas y su corte de damas, aunque supongo que se nombrarían y participarían como lo hacen en la actualidad. Las actividades más repetidas son las dedicadas a deportes, bailes y verbenas.

A diario hay programados concursos de tiro al plato y pichón, que me dicen de la enorme afición a la caza en aquellos tiempos.

Importante protagonismo de mañana, tarde, incluso noche de la banda municipal. Ojalá que pronto digamos lo mismo de la que ha echado a andar no hace mucho ¡Ánimo a esos valientes!

Representaciones de teatro de marionetas, títeres y guiñol, incluso un homenaje a Gorgorito, en sesiones de mañana y tarde. Es una pena que esos espectáculos se hayan perdido en Sigüenza para los más pequeños.  

Hay programadas varias actividades de tipo literario: prosa, teatro y poesía.

No hay encierros y solo se programan dos corridas de toros.

Los gigantes y cabezudos solo salían el día de la Virgen, hoy parece poco, pero recuerdo la masiva participación de chavales de principio a fin, la forma incansable con que nos perseguían con las escobas, a las que muchas veces solo les quedaba el palo, en un juego, que aún perdura, mezcla de miedo y valor, y que yo todavía recuerdo. Era un festejo de un día, pero hasta que se regresaba al ayuntamiento iban muy bien acompañados de pequeños y mayores. Hoy, sobre todo después del descanso en la Alameda, se les ve especialmente desacompañados. ¿Disminuiría esa desbandada si se espaciaran las salidas de gigantes y cabezudos?

Pienso que no hay grandes diferencias de las fiestas de entonces a las de ahora y eso que han pasado tantos años que los que entonces éramos adolescentes que disfrutábamos de ellas, hoy somos abuelos que enseñamos a los nietos su disfrute con nostalgia de setentones.

Lo de releer un programa, da para un buen rato, gustoso y largo. ¡Me merece la pena ser coleccionista!

Capi