Si el siglo XIX fue para España en términos políticos, sociales y económicos, un siglo para olvidar, no se puede decir lo mismo en relación con su proyección artística en general y musical en particular. La Catedral de Sigüenza alberga en su archivo un inmenso legado musical decimonónico que fue creado por numerosos compositores, entre ellos, cinco maestros de capilla: Juan Lorenzo Muñoz Sánchez (Ariza, 1760 - Sigüenza, 1838), Urbano Aspa Arnao (Sigüenza, 1809 - Fuencaliente de Medinaceli, 1884), Francisco Saiz Laus (Pineda de Gigüela, 1786 - Romanones, 1871), Francisco Antonio Corral Escolano (Ariza, 1820 - Sigüenza, 1886) y Alejo Martínez Aparicio (Sigüenza, 1832 - 1896). Su producción musical acaba de ser publicada por el Cabildo de la Catedral y la Fundación Ciudad de Sigüenza en un formato inédito a día de hoy en España: un pen-drive que contiene 20 volúmenes en archivos pdf y 219 obras musicales en registros mp3, lo que permite leer las partituras y escuchar las obras de forma simultánea. La edición técnica ha corrido a cargo de los estudios AMSound de Getxo, en Vizcaya. El formato escogido economiza una ingente cantidad de papel, lo que supone un destacado tributo a la conservación del medio ambiente con su consiguiente repercusión sobre el cambio climático, cuyos efectos, por desgracia, se están haciendo omnipresentes en los días que corren.
El día 24 de Septiembre a las ocho de la tarde tendrá lugar en la Iglesia de San Pedro un magno concierto con diversas obras de los cinco maestros mencionados, a cargo de los coros Bel Cámara de Madrid, Aula Boreal de Bilbao y la Orquesta ProArte de Madrid, todos ellos bajo la dirección del maestro Daniel Garay, concierto que ya tuvo su antesala el pasado 18 de Junio en la madrileña Parroquia del Santísimo Cristo de la Salud, en pleno centro de la Villa y Corte. El día anterior, 23 de Septiembre, quien redacta estos párrafos pronunciará una conferencia para poder profundizar algo más sobre los aspectos biográficos y estilísticos de los cinco compositores.
Es evidente que estamos hablando de cinco maestros desconocidos no solo para el gran público, sino también para el colectivo musicológico en general. Esta música no se interpreta habitualmente en concierto, pues requiere de plantillas de una cierta envergadura, con el consiguiente incremento de costes que ello conlleva. No obstante, Sigüenza ha sido, hasta ahora, un excelente ejemplo de recuperación musical del repertorio romántico religioso, algo bastante inhabitual en España; así, a los conciertos de 2017 y 2018, siguió una misa de Francisco Corral que fue interpretada en 2019 con motivo del año jubilar en el 850 aniversario de la Catedral, lo que supuso no solo su reposición en público, sino también su restitución a la función litúrgica original.
Juan Lorenzo Muñoz: guión de la Lamentación 1ª del Miércoles Santo (Catedral de Sigüenza, Archivo de Música, E:SIGc 18/20)
Nuestro trabajo se ha llevado a cabo siguiendo una doble vertiente. Por un lado, hemos examinado y reordenado los papeles de música, dado que algunos se encontraban dispersos en diferentes archivadores. Las partituras han sido fotografiadas y corregidas mediante tratamiento de imagen, procediendo después a su análisis y edición con un programa de escritura, conservando los íncipits facsimilares de las particelas en la primera página de cada obra. El programa lleva asociado otro que permite obtener registros sonoros de gran calidad, por lo que se han podido incluir las grabaciones. De algunas de estas obras existen “concordancias”, es decir, copias de una misma obra en otros archivos, lo que nos ha permitido completar diversos detalles. Con este fin, hemos consultado partituras en los archivos de las catedrales de Mondoñedo, Ourense, Palencia, Zaragoza, Toledo y Jaén, además de la Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud, la Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial, la Biblioteca Nacional de España, la Biblioteca del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y la Biblioteca de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Por otro lado, la información obtenida a partir de las Actas Capitulares y los Libros de Obra y Fábrica de la Catedral, así como de los Libros Sacramentales del Archivo Histórico Diocesano de Sigüenza, ha sido decisiva de cara a localizar los datos biográficos e históricos que nos interesaban. En este sentido, mencionaremos que hemos completado nuestras consultas en los archivos históricos diocesanos de Madrid, El Burgo de Osma y Cuenca, además de las parroquias madrileñas de San Ginés, San Millán y San Cayetano y la de Nuestra Señora del Carmen y San Luis Obispo. La prensa de la época también ha jugado un papel vital como fuente documental. Así, la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España y la Biblioteca de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria han sido de gran ayuda en nuestro trabajo.
Juan Lorenzo Muñoz es el “clásico” del quinteto de maestros, y su producción musical puede vincularse estilísticamente con la de Haydn y Mozart. Se conservan 61 obras suyas, todas en Sigüenza: arias al Santísimo Sacramento, lamentaciones, misas, misereres, oficios de vísperas, de completas y de nona, salmos sueltos, magníficats, motetes, secuencias y salves. Sus majestuosos coros “hieráticos” (homofónicos) y sus brillantes coros fugados a cuatro voces resultan impactantes, y no lo es menos el virtuosismo “mozartiano” que exige a las voces solistas en las arias. La práctica totalidad de sus particelas instrumentales desapareció con la invasión francesa y solo se han conservado unos borradores con las voces y el bajo continuo, con muy mala caligrafía y calidad de papel, copiados apresuradamente y de forma concentrada en 1813, por lo que su edición ha exigido un importante trabajo de complementación y reconstrucción. Ha sido, sin duda, el compositor más problemático a la hora de elaborar esta edición.
El seguntino Urbano Aspa fue el gran triunfador del panorama musical religioso en el Madrid de su época. Sus desavenencias con el Cabildo –le pagaban la mitad que a su predecesor– y la práctica desaparición de la capilla de música tras la Desamortización de Espartero en 1841, provocaron su marcha a la capital. Con él, la influencia de la ópera italiana en la música religiosa empezó a cobrar relevancia, lo que provocó las ásperas censuras de la crítica más conservadora e inmovilista de la época. En Madrid, su intervención en numerosas funciones musicales fue incesante entre 1843 y 1872, componiendo y dirigiendo para numerosas cofradías en un sinfín de iglesias y oratorios. Luchó para que los intermediarios (“festeros”) no explotaran a los músicos, consiguiendo que sus retribuciones fueran justas, creó una orquesta estable y exigió a través de varios pleitos judiciales los atrasos de emolumentos que se le debían. Su producción supera las 250 obras, pero nosotros nos hemos centrado únicamente en las 16 de su etapa seguntina que han llegado hasta nosotros: arias al Santísimo Sacramento, un rosario, lamentaciones, tres misas, un miserere, dos oficios de vísperas, uno de completas, dos salmos de nona, una secuencia, un responsorio y una salve.
El conquense Francisco Saiz Laus, que fue organista mayor de la Catedral, cubrió el intervalo entre el final del magisterio de Aspa (1842) y el nombramiento de Francisco Corral como maestro de capilla (1851). Solo se conservan cuatro de sus obras, de corte muy rossiniano, todas en Sigüenza: una misa, un miserere, un oficio de difuntos completo y un motete.
Con 123 obras preservadas, Francisco Corral puede considerarse como el gran maestro de la Fortis, trabajador infatigable que no solo compuso, sino que también arregló numerosas obras de sus predecesores y escribió dos tratados pedagógicos: “Llave del canto litúrgico” y “El canto llano y figurado al alcance de todos”. Dentro de su extensa producción, destacan 16 arias al Santísimo Sacramento, cantatas, motetes, gozos, villancicos, himnos, lamentaciones, 23 misas, ocho misereres, oficios de vísperas y completas, salmos, letanías, responsorios de Navidad, salves, obras para órgano y numerosos arreglos de obras de sus predecesores en el magisterio, así como de las oberturas de Tancredo, La Gazza Ladra y Semiramis de Rossini. En su catálogo figuran 27 manuscritos provenientes de su puño y letra, pero no atribuidos con su firma o rúbrica, por lo que pudieran ser arreglos de obras de otros maestros.
Por último, Alejo Martínez, contrabajista de la capilla, profesor sin ánimo de lucro en la escuela pública de música y personaje muy activo en la vida municipal de la ciudad, solo ejerció como maestro de capilla durante la última década de su vida, pero su corta producción musical contiene las piezas más desenfadadas y extrovertidas del repertorio estudiado. Sus 15 obras (nueve originales y seis arreglos para orquesta y banda) se conservan en Sigüenza: un aria al Santísimo Sacramento, dos Ave María, una misa, un gradual, una antífona, un salmo, un rosario, un responsorio de Kalenda y varios arreglos de obras de Mariano García Zalba, Joaquín Portas, Gregorio Bueno y una parte de la Marcha Triunfal de la ópera Aida de Giuseppe Verdi.
Concierto en la Catedral de Sigüenza (23 de Septiembre de 2017) con los coros Aula Boreal de Bilbao (izquierda), Doinuzahar de Durango (derecha) y la Orquesta ProArte de Madrid, dirigidos por Daniel Garay
Infinitas gracias sean dadas al Cabildo y a la Fundación Ciudad de Sigüenza por su participación en este proyecto que ha durado siete años (2014-2021), especialmente a D. Felipe Peces, D. Pedro Simón, D. Jesús de las Heras, D. Juan Antonio Marco, Dña. Gloria de las Heras y D. Antonio Manada. Es una verdadera lástima que otras instituciones de peso en la ciudad no se hayan sentido atraídas por esta propuesta que tan íntimamente concierne al excelso patrimonio seguntino. Otra vez, si la hubiere, será.
Patxi García Garmilla
Investigador en musicología