13 de diciembre de 2018, acto multitudinario en el Parador para vendernos la moto rural. Mucho parabien, mucho paripé, abrazos por aquí, abrazos por allá, mucha palmadita en la espalda, ¡cuánto tiempo!...; ¡hay que ver cuánto y bien hemos trabajado por esto!, vamos a hacernos la foto, si ponte tu también…; quinientos cincuenta convidados de piedra, intervenciones muy medidas, preguntas filtradas, nada de directo, nada de debate, todo precocinado y controlado, no vaya a ser…; una Ley de Desarrollo Rural de 2007 que todos se pasan por el arco del triunfo…; pero ahora sí, hay elecciones en mayo y ¡ahora sí vamos a cumplir con los derechos que también otorga la Constitución a los habitantes del desierto rural español!…; ¡qué morro!

Quinientos cincuenta invitados a la clac y al ágape en el Parador, todos callados o aplaudiendo cuando tocaba (luego nos pusimos hasta las trancas); todo pagado -¿con fondos comunitarios?- a mayor gloria de las administraciones (autonómicas, provinciales y locales); mucho bombo, mucho platillo y hasta un decálogo de buenas intenciones que le fue entregado al Paje… A ver qué dicen ahora los Reyes Magos

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