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Esta primera semana de febrero de 2021 han sucedido cosas en los medios que permiten atisbar un hilo de esperanza. La guinda a una semana de visibilización del verdadero problema de España ha sucedido en la madrugada del sábado al domingo simultáneamente en la televisión (La Sexta) y en Youtube (canal de Rubén Gisbert). El detonante de este rally de realidad ha sido el caso mediático de los youtubers "huídos" a Andorra. No hay que olvidar que algunas de las más grandes revoluciones de la historia empezaron por cuestiones de impuestos, empezando por la de las 13 colonias (motín del té de Boston) y siguiendo inmediatamente por la francesa (negación de la aristocracia a sufragar la bancarrota de Luis XVI tras haberse endeudado por apoyar la revolución americana en contra del inglés, un cuento bastante distinto al que anida en la conciencia colectiva dicho sea de paso). En las ocasiones citadas, tras el detonante surgieron cosas mucho más interesantes que una simple cuestión de dinero. Así ha pasado con lo ocurrido esta semana: un par de youtubers, en este momento en absoluta tendencia al alza en las redes sociales como consecuencia del esfuerzo que acaban de hacer, han tenido la inteligencia de redirigir el debate andorrano hacia la cuestión verdaderamente pertinente de la falta de mecanismos de control democrático en España. Sus apariciones en televisiones nacionales y autonómicas durante estos días, donde han sido invitados para hablar de la cuestión impositiva, han sabido aprovecharlas para, con una estrategia coordinada, dar la vuelta a la tortilla hacia el debate realmente necesario. Es la sociedad civil en acción. Algo que empezaba a ser inaudito en este régimen de poder "desde arriba" que "nos dimos" en el 78.

Grabado sobre el motín del té en Boston.

Con la particularidad de que está siendo la gente joven la que ha tomado el testigo en esta ocasión. Eso es lo que no han conseguido asimilar todavía los directivos de los programas y los tertulianos, acostumbrados al más de lo mismo. No se trata de catedráticos sesudos y algo apolillados hablando excátedra y a medida de la linea del propio medio. Esta vez se trata de gente fresca, con un mensaje libre e independiente, no apesebrada en unas siglas, con el ímpetu y la pasión de la juventud y con perfecto dominio de las herramientas del siglo XXI para difundir las ideas fuera de los encorsetamientos y débitos inconfesos de medios y vías tradicionales. Jóvenes preparados e inteligentes que abanderan como argumento el más incontestable sentido común apoyado en un conocimiento certero de lo político, fuera de las aburridas, interesadas y a estas alturas terriblemente pasadas de moda luchas partidistas, que sirve de guía y de explicación a mucho de lo que pasa en este país. Una serie de yotubers, esa actividad denostada por los que temen la libertad, que ha comprendido un cuerpo de conocimiento que recorre la historia de las ideas políticas y que hemos tenido la enorme fortuna de haber sido difundido y puesto en evidencia para todos los hispanohablantes por Antonio García-Trevijano Forte (Alhama de Granada 18/07/1927 – Madrid, 28/02/2018), cuyas enseñazas jamás han gozado de tanta pertinencia y aceptación como en este momento, a tres años de su fallecimiento. Jamás pudo imaginar D. Antonio que en tan poco tiempo sus ideas empezaran a difundirse entre cientos de miles o quizá ya millones de personas, aunque sí predijo, y yo le creo, que tarde o temprano se harían hegemónicas por la simple razón de que la verdad solo tiene un camino, que es el de abrirse paso. Sus canales de comunicación en redes sociales, que aparecieron tardíamente en su vida (¿Qué hubiera hecho D. Antonio con youtube en 1978? ¿Cómo sería España ahora?), siempre apartado y silenciado por el complejo mediático-político constantemente temeroso de perder un gramo de la tostada, jamás llegaron al nivel de audiencia que tienen estos jóvenes youtubers, buenos conocedores de los mecanismos de un medio propio de su generación, no de la del sabio granadino. Su mensaje, por tanto, nunca ha gozado de una difusión como la que tiene en este momento. Y esto solo ha hecho que empezar: la bola acaba de salir de la cumbre, donde estaba retenida y ocultada entre unos arbustos, en su andadura cuesta abajo, en la que sin duda solo le queda alcanzar velocidad de aquí en adelante. Las ideas, cuando son infecciosas, y las de la libertad política colectiva sin duda lo son, solo pueden tener, matemáticamente, un crecimiento exponencial. Como los virus en las epidemias.

Rubén Gisbert es un abogado y divulgador valenciano de 30 años de edad que fue colaborador de Trevijano y que empredió hace poco más de un año la quijotesca labor, muy al estilo de su maestro, de, contra la hegemonía partitocrática reinante, explicar concienzudamente en Youtube y en otras redes sociales las razones de por qué en España no hay una democracia formal estrictamente hablando y de cuáles son los requisitos y pasos para conseguirla. Rubén, con una amplia formación en materia política y de derecho auspiciada por su maestro, con un lenguaje actual, claro y conciso, ha conseguido dar la vuelta a la desesperanza de los que seguíamos a D. Antonio tras los lamentables sucesos que ocurrieron tras su desparición, cuando su principal herencia para la acción política, el MCRC (Movimiento Ciudadano hacia la República Constitucional), quedó desmembrado por una especie de lucha de egos que nunca ha quedado bien aclarada, desatada en cuanto faltó el líder aglutinador. El MCRC, que cuenta con personas honestas y muy preparadas y sigue su estimable labor con fuerzas muy mermadas, no ha sido capaz de levantar cabeza tras la traición de unos cuantos, que eran los que llevaban la voz cantante en los medios alternativos y que se separaron del grupo al decantarse por un discurso más ideológico en lugar del mensaje apartidista y de aglutinación colectiva originario del jurista granadino. Aunque nunca he pertenecido al MCRC, oía y disfrutaba el análisis diario de Trevijano, junto con unos pocos miles de españoles, en sus canales habituales (ivoox, youtube, etc.), y desde luego tras aquellos sucesos, e imagino que igual nos pasó a muchos, se me quitaron las ganas de entrar, cosa que me había planteado seriamente, ante la confusión que generaron esas traiciones (que en mi opinión lo fueron sobre todo a la memoria de D. Antonio). El canal de youtube de Rubén cuenta con más de 180 mil suscriptores en el momento en el que escribo (domingo 7 de febrero por la mañana), habiendo tenido un crecimiento del 50% en esta última semana, tras la cuál el techo no se vislumbra. El video en el que él, junto con otros youtubers, que ahora citaremos, comentan en directo la aparición esta pasada madrugada de su compañero de fatigas de esta semana, Roma Gallardo, en el programa la Sexta Noche, ha superado ya las 250000 visualizaciones, un récord para su canal en un espacio de tiempo tan corto, a la mañana siguiente a su emisión en directo, teniendo en cuenta además que dura tres largas horas. Los 1500 comentarios que tiene en este momento el vídeo son unánimamente positivos y de aliento a los protagonistas para seguir en el camino emprendido. Unas cifras que ni remotamente pudo disfrutar Trevijano en sus últimos años de vida, a pesar de la apuesta decidida que hizo por la difusión a través de internet.

Roma Gallardo es un youtuber asturiano que se hizo famoso en las redes sociales haciendo entrevistas desenfadadas y a la vez inquisitivas a pie de calle, tratando temas de actualidad. Roma es una persona que derrocha honestidad y simpatía, con quien se puede estar o no de acuerdo en sus posturas, pero que sin duda atrapa por esa mezcla de sentido común e inteligencia natural propia de la gente auténtica, tan cara de ver hoy en día en el panorama mediático. Cuenta con un millón y cuarto de suscriptores en su canal, lejos de los casi cuarenta millones del líder nacional (el Rubius, traído y llevado estos días), pero suficientes para haber convertido ese medio en su forma de vida y su profesión. En su canal, que él califica de entretenimiento, no soslaya la actualidad política, hasta ahora monopolizada por la agenda marcada por partidos y medios tradicionales en aras de sus intereses de lucha por el poder. Roma ya tenía varias vídeos anteriormente criticando a los partidos de uno u otro signo desde una postura, no de "equidistancia" como gustan referir los partitócratas y su clap, los partitófilos, sino independiente, que es otra cosa. Esa tendencia se acentúa cuando conoce a Rubén Gisbert, que ha hecho una labor durante los últimos meses por contactar con todo youtuber que pudiera estar interesado en sus ideas o cuyo contenido pudiera encajar en su linea, sea para difundirlas o para debatirlas. Una estrategia que jamás concibió García-Trevijano, para quien estos nuevos medios, como hemos dicho, le resultaban bastante ajenos, a pesar de hacer un evidente esfuerzo por usarlos. La claridad de las ideas del canal de Gisbert hace que sean asimiladas rápidamente por Gallardo, con muchos más seguidores, y pronto se convierte en cómplice de aquél para dar visibilidad al discurso de la libertad colectiva.

Rubén Gisbert y Roma Gallardo en el canal de Youtube de ese último.

Ellos dos no son los únicos. Está por ejemplo Álvaro Bernad, otro youtuber emergente (unos 100 mil suscriptores en este momento), brillante abogado ilicitano recién egresado de la facultad de Derecho, con una madurez intelectual casi impropia de un joven de su edad, que interpreta en su canal el devenir mediático cotidiano bajo rigurosos criterios jurídicos ajenos a las cuitas partidistas. Junto con Rubén y algunos otros colaboradores han fundado la nueva Junta Democrática de España, una asociación que pretende ser émula de la homónima fundada por Trevijano en la Transición para aglutinar, cosa que consiguió al principio, a todas las fuerzas políticas del momento para traer a España una democracia formal verdadera, con la diferencia de que ahora no se trata de contar con ninguna fuerza política existente, todos los partidos oligárquicos están encantados con el sistema que existe, sino con la ciudadanía directamente, como también intentara hacer Trevijano entonces hasta que fue traicionado precisamente por aquellas fuerzas constituidas que se negaron a echarse a un lado, ávidas de poder, para que fuera el pueblo el verdadero fundamento constituyente.

Hay también algunos youtubers declaradamente liberales desde el punto de vista ideológico que aparecen en colaboraciones con el grupo, como son los economistas Jano García y Jose Ramón Rallo, que han dado la batalla junto a los anteriores esta última semana a raíz de la polémica sobre Andorra, pero que se han centrado en lo que a ellos les interesa, que es básicamente la parte económica. Como buenos liberales, desconfían de todo lo que lleve la palabra "colectivo", como el concepto de libertad política colectiva introducido por Trevijano y hoy difundido por el MCRC y Rubén Gisbert entre otros divulgadores menos conocidos, pero todo se basa en este caso en una confusión derivada del prejuicio ideológico. Como decía D. Antonio, todas las ideologías son falsas por el simple motivo de ser parcialidades que pretenden tener validez universal, que de lo único aideológico que se puede hablar en política es de reglas inteligentes de juego para que las ideas o, con más precisión, las posibles medidas políticas, puedan competir libremente entre ellas ya que ninguna tiene por que ser a priori mejor que otra dada esa parcialidad de efectos. Su bondad solo puede ser determinada en buena lógica según la preferencia de la mayoría, y lo que hay que hacer es establecer mecanismos e instituciones justas para que la realidad se aproxime a esto lo más posible. Se ve más claramente la importancia de lo que estoy diciendo si se piensa que la alternativa al gobierno de todos no puede ser otra cosa que el gobierno de unos pocos, es decir, ni más ni menos que el Antiguo Régimen y sus coletazos (no anda tan lejos conceptualmente lo del 78). Eso es lo que todavía no han interiorizado estos jóvenes liberales españoles, que lo son fundamentalmente en lo económico, obviando quizá la historia más profunda y primigenia del liberalismo político, perfectamente compatible con la democracia, es decir, con la libertad colectiva de decidir. Es más, contrariamente a lo que han argumentado ellos esta semana, la libertad colectiva no merma de ninguna manera las libertades individuales al ser exactamente lo contrario, es decir, su garante. Es conocida también la frase de Trevijano "mi libertad empieza donde empieza la tuya", que se opone al ideal liberal, "mi libertad termina donde empieza la tuya", diferencia de concepto que permite separar a un liberal moderno (ideología de parte) de un demócrata formal (aceptación del todo, donde nadie debe ser más que nadie). Todo esto teniendo en cuenta que el liberalismo actual ("neoliberalismo", esencialmente económico) no es exactamente lo mismo que el liberalismo político tradicional, como prueba la clasificación ideológica del filósofo Gustavo Bueno (El mito de la izquierda, El mito de la derecha), que afirma que el primer liberalismo político es de izquierda: no es otra cosa que la nación (ciudadanos) enfrentada al estado (poder), que representaría bajo ese punto de vista la derecha. La confusión sobre lo que es la izquierda y la derecha es hoy día manifiesta gracias al enfangamiento que producen en los conceptos los partidos, siempre ávidos de manipular el lenguaje como herramienta de conquista del poder. Por descontado se puede añadir que aquí, en la España de hoy, no hay partidos ni de derechas ni de izquierdas, todos son "de ellos mismos" y de sus intereses, que se sirven de las etiquetas prefabricadas con el único propósito de captar clientela electoral. O como también solía decir el añorado sabio grandino: mientras no haya libertad política, todos los gatos son pardos.

Hecha esta larga introducción, ¿qué es lo que ha ocurrido esta semana? Pues muy sencillo. Que lo que hasta ahora había residido exclusivamente en las "redes sociales" y era objeto de intercambio de ideas esencialmente entre youtubers y sus seguidores, de repente ha saltado a los medios de masas gracias a la polémica sobre las "huídas" a Andorra. Media docena de apariciones en televisiones nacionales o regionales (más el popular canal de Iker Jiménez) en los últimos días, algunas de ellas en prime time, de estos paladines de la libertad, que ya son apodados en las redes como The Avengers, que han intentado ser llevados a ese debate partidista eterno, en este caso sobre si los impuestos se pagan aquí o allá, como si fuese eso lo que les interesase lo más mínimo a los demagogos partitócratas que nos atenazan y no ver quién lanza la soflama de mayor rédito en sus deseos de controlar el poder. Como también decía Trevijano, en España no hay opinión pública sino opinión publicada, y la importacia de lo que ha ocurrido es que, de repente, cuando nadie lo esperaba, un puñado de jóvenes, con la mente limpia y sin domeñar por las soflamas manidas y caducas de la partitocracia, ha hecho cuña en ese discurso controlado y publicado por el complejo mediático-partidista. Se les dio paso para hablar de lo que tocaba, una pieza más del discurso continuo con potencial en la estrategia de división de la masa para adscipción de las partes a una facción u otra, de fácil y cómoda digestión como todos los señuelos que lanza el régimen a sus súbditos desde hace más de cuarenta años en su propio beneficio. Y sin embargo, un par de ellos, Roma y Rubén, especialmente concienciados sobre los errores de base del régimen político en el que estamos, les han salido rana, y tras darles pie a entrar en los platós, seguramente con intención de usarlos como saco de boxeo y con ello intentar desprestigiar un medio, Youtube, que está atrayendo cada vez más a la juventud en detrimento de las caducas televisiones, una vez en antena, con inteligencia y con conocimiento de lo que querían transmitir, no han dudado un segundo en poner el dedo sobre la llaga en lo pertinente, infinitamente más profundo y complejo que el debate politiquero superficial y eterno en beneficio de la oligarquía de partidos en el que se quiere seguir estancado. Toda España lo ha podido ver, el mensaje ha sido alto y claro y la respuesta de tertulianos profesionales y presentadores no ha sido más que un balbuceo de consignas manidas y superadas, con evidente pérdida de papeles e incluso de formas en algunas ocasiones. Una exposición de argumentos contundentes en medios masivos que no se veía quizá, salvando las obvias distancias, desde la aparición de Trevijano en aquellos programas míticos de la Clave de Balbín en los noventa, diferencias que no solo son las lógicas entre las de un maestro y sus aprendices, sino también de elegancia en las formas y métodos de las televisiones actuales respecto a las de hace unas décadas.

Porque lo pertinente en esta falsa democracia que nos está llevando al desastre no es cuánto y quién paga los impuestos, algo puramente ideológico y sujeto a discusión bajo unas reglas claras y justas para que ese debate se pueda producir limpiamente. Lo pertinente es cómo controlamos que los políticos hagan lo que el ciudadano realmente demanda y no lo que ellos quieran una vez depositado el voto en una urna, incluido el asignar más o menos impuestos a unas cosas o a otras. Lo pertinente es la incapacidad del ciudadano para elegir políticos –y elegir implica descartar, aquí se sigue en el asiento aunque pierdas– en un sistema refrendatario de listas de partido teledirigidas que solo permite asignar cuotas de poder a una serie de cabecillas que gobiernan y legislan según sus propios intereses, jamás los nuestros, comandando un congreso de cortesanos a su servicio. La discusión necesaria es la falta de representación ciudadana en las instituciones y la ausencia de separación de poderes políticos (ejecutivo/legislativo), así como la cada vez más evidente falta de independencia respecto a aquellos de la justicia, al menos en los altos niveles jurisdicionales, los que precisamente pueden poner en un brete a los gobernantes. España poco a poco está despertando a esta realidad porque, cuando se dice que llueve y al sacar la mano ves que te mojas, es que llueve por más que los altavoces digan que hace sol. No se me ocurre mejor homenaje a D. Antonio García-Trevijano que lo que ha pasado en estos días próximos al tercer aniversario de su desaparición. Sus ideas están más vivas que nunca y se empieza a intuir que su difusión solo puede crecer y prosperar. Porque no son ideas suyas sino universales. Él solo (nada menos) hizo la labor de síntesis necesaria para que todos pudieramos comprenderlas. Son ideas descubiertas y después pulidas y matizadas por la humanidad a lo largo de su historia. Desde Aristóteles y Platón hasta Maquiavelo y Bodino. Desde Marsilio de Padua y Francisco Suárez a Hobbes, Locke y Montesquieu. Desde los Adams, Franklin, Hamilton, Jay, Jefferson, Madison, Washington y Tocqueville, la generación políticamente mejor preparada de la historia, hasta Marx, Gramsci o incluso Lenin. Desde el despistado Rousseau y el interesado abate Sieyès hasta el conjunto de enseñanzas, aciertos y errores de las revoluciones americana y francesa. Desde el debate de Paine y Burke, donde quedó definido lo que es la izquierda y lo que es la derecha, hasta la controversia entre Stuart Mill y Bagehot sobre los sistemas proporcionales y mayoritarios, donde el segundo le dio una paliza intelectual al liberal utilitarista que todavía hoy resuena. Desde Robert Michels y su ley de hierro de las oligarquías hasta el Carl Schmitt padre del constitucionalismo moderno, previo al nazismo. Desde el torpe Ortega (en lo político) y el brillante Santayana hasta el propio García-Trevijano, que termina por incorporar los conceptos de mónada electoral y de libertad colectiva y por consolidar y definir positivamente el de república constitucional, añadiendo quizá algunos de los últimos sillares al edificio teórico común sobre lo político. Recomiendo al lector que se introduzca en este mundo, no se arrepentirá. Puede empezar por el programa "500 claves de la Transición", emitido en 1991 en TVE, con un Trevijano en plena forma, un debate que sigue despertando intelectos tres décadas después. O seguir a alguno de los youtubers mencionados en sus canales respectivos. Le cambiará su forma de ver España y el mundo. Se lo garantizo.

Julio Álvarez Jiménez, 7/02/2021

 

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