Cada mes desde hace ya cuatro años escribo sobre el patrimonio natural que poseemos en nuestra comarca y antes durante siete años cada semana os hablaba desde Radio Sigüenza sobre las joyas naturales de esta bonita tierra. He preparado con mucha ilusión y alegría cada uno de los programas de radio y de los artículos porque siempre he tenido en mente la máxima de San Agustín: “Nadie ama lo desconocido”.
Siempre he creído que la mejor forma de cuidar y proteger ese patrimonio invalorable que es la naturaleza de la Sierra Norte de Guadalajara era que sus habitantes y visitantes la conocieran. Otra frase que siempre me ha inspirado es la atribuida a Leonardo da Vinci, y a otros muchísimos autores, que en realidad es una interpretación del pensamiento de San Agustín. “No se puede amar lo que no se conoce, ni defender lo que no se ama”. Os cuento esto porque es la primera vez que me siento a escribir un articulo con tristeza, pena y desilusión. La sensación de que mi trabajo de divulgación de todos estos años no ha servido para que desde las instituciones se defienda y proteja la naturaleza que nos rodea es enorme. Se que a muchos lectores les gustan mis artículos porque así me lo hacen saber cuando me los encuentro por Sigüenza o a través de las redes sociales, gracias a todos por vuestros mensajes son un gran apoyo. Pero los últimos sucesos me hacen plantearme si merece la pena seguir escribiendo sobre nuestra belleza natural.
Os resumo brevemente los motivos de esta tristeza y lo que en mi opinión considero una terrible dejadez y abandono de las instituciones a la protección de nuestro patrimonio natural.
Basura en el pinar de Sigüenza
Todo comenzó con la pandemia, era lógico y normal que en el momento que se permitiera volver a salir de nuestras casas, la mayoría de las personas buscarían disfrutar de la del medio natural y que, por tanto, ese medio natural sufriera masificación y un gran impacto ecológico. Sería lógico que desde las instituciones se procurará proteger, cuidar y, si fuera necesario, imponer ciertas normas básicas. Pero nadie hizo nada y ahora cualquiera puede pasear por el entorno natural de Sigüenza y comprobar el terrible impacto que se ha producido en muchos de estos lugares. Como ejemplo, el pinar de Sigüenza que se ha convertido en un circuito de motocross y BTT fuera de las pistas que existen desde hace décadas y que ha provocado una gran erosión y destrozo de muchas zonas del pinar, a esto debemos añadirle la cantidad de basura que se puede encontrar por muchos lugares por botellones, meriendas o aquellos que suben con niños y después dejan tirados los envases de zumos, yogures, etc.
Poda de aligustres.
Otra muestra de la falta de sensibilidad medioambiental se produjo tras el paso de la borrasca Filomena, tras las terribles nevadas y con la bajada de las temperaturas la escasez de alimentos para las pequeñas aves que viven entre nosotros en el pueblo, lavanderas, jilgueros, verderones, gorriones, currucas, carboneros, herrerillos, … Necesitaban la protección y el alimento que les proporcionaban los aligustres que adornan la mayoría de calles seguntinas, además de algunos saucos y encinas que había en la ronda, En un caso como este una buena medida del ayuntamiento hubiera sido este año no podarlos o como mínimo dejas sin podar uno de cada tres árboles pero no creo ni que se lo plantearan. Además, en primavera se volvió a usar herbicida, que son tóxicos para animales y personas, en algunos lugares y que decir de las campañas de desinsectación que además de ser también tóxicas para las personas son una forma terrible e inútil de tirar el dinero como hemos explicados ya ciento de veces.
Currruca alimentándose con frutos de aligustre.
Todas estas cosas que he enunciado son pequeños detalles que afectan a la imagen medioambiental de Sigüenza pero que, excepto la referida a la protección del pinar son preocupantes, pero no muy graves.
Fue avanzando el año y la cosa ha ido empeorando con puntuales excepciones. Comencemos con las únicas buenas noticias que nos ha dejado este año. La primera fue la licitación de las obras de la depuradora, tan necesaria para devolver la vida al río Henares aguas debajo de Sigüenza, y la segunda la próxima construcción del aparcamiento de Pelegrina, buena noticia que se ha quedado escasa ante la no solicitud de un control del número visitantes a la Hoz del río Dulce al estilo del que se hace en el Hayedo de Tejera Negra para evitar la terrible degradación de esta sufriendo desde hace ya bastantes años la joya de la corona del Patrimonio Natural de comarca de Sigüenza.
Y desde aquí todo ha ido de mal en peor. Todo comenzó con el paso atrás dado en la protección del cielo nocturno, del que tanto se presumía y se presume, con la iluminación de la Plaza Mayor, véase La Plazuela nº 97.
La siguiente nefasta noticia, que además puede ser constitutiva de delito según la Ley 42/2007 de 13 de diciembre del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, ocurrió el 18 de junio cuando en la Catedral se taparon los huecos donde anidaban y criaban dos parejas cernícalos vulgares. Un atentado contra nuestro patrimonio natural que podría haberse evitado retrasando esa actuación al mes de septiembre.
Cernícalo en la Catedral de Sigüenza.
Sin dejarnos recuperarnos y con una terrible falta de transparencia por parte del ayuntamiento y la junta ocultando el proyecto hasta el último momento, se nos presenta el “Plan de Desnaturalización de la Alameda seguntina” para convertirla en una calle peatonal con árboles un poco más grandes, quioscos y un criadero de mosquitos en forma de fuente al final de la misma. Algo estará mal en ese proyecto cuando se ha ocultado hasta el último momento evitando la propuesta lanzada desde distintas asociaciones seguntinas para que sea declarada Jardín Histórico y BIC (Bien de Interés Cultural) y sea reformada respetando sus valores patrimoniales culturales y naturales, veasé La Plazuela nº 97.
Para terminar la guinda del pastel ahora se nos quiere vender un aparcamiento de caravanas, que es cierto que Sigüenza necesita, en la orilla del río Henares para que nuestro penoso río ya bastante maltratado puede sufrir una mayor presión en forma de residuos que pueden ser arrojados a su cauce, espero equivocarme. Pero me pregunto cómo hará el ayuntamiento para evitar que alguien este tentado de vaciar los depósitos de las aguas negras de su autocaravana en el cauce del río. Seguro que se podría haber encontrado una ubicación mejor en Sigüenza, por si acaso y realizar un plan para restaurar los márgenes del río Henares y crear un paseo fluvial al estilo del que podemos visitar y disfrutar sin ir más lejos en El Burgo de Osma.
Y por desgracia ahora llegan rumores de la posible instalación de una “Vía Ferrata” y “Tirolina” en la pared rocosa de El Bosque Viejo (Pinar de Sigüenza) que seria otra puñalada al patrimonio natural de todos los seguntinos para el beneficio de unos pocos.
Por todos estos motivos me estoy planteando si toda esta labor de divulgación sirve para algo y si no merecería la pena dejar de publicar mis artículos ya que San Agustín parece estar equivocado y parece ser que “Tampoco se ama lo conocido”.