El 25 de Noviembre es el día internacional contra la violencia de género. Hay quien lo llama violencia machista o violencia contra las mujeres, a veces parece que también esto depende de los diferentes puntos de vista políticos. ¡Hay que joderse!
El caso es que uno de los factores, si no el más importante, de prevención es la educación en la igualdad. Hace años que los profesores/as venimos explicando que el feminismo lo que promueve es la igualdad social de género, en contra de lo que proclaman el machismo o el hembrismo, y se ha llamado así porque lo que había que combatir era la supremacía de los hombres sobre las mujeres, simple y llanamente.
Hace poco he recuperado una canción de hace muchos años de los Toreros Muertos: Manolito. ¿recordáis? Os la cuento:
“Cerca de mi casa hay un solar donde no puedo ir a jugar porque a las niñas del lugar les da por venirnos a visitar. Y nos entretienen y eso nos molesta y nos meten la mano entre las piernas y todo es muy aburrido, quiero estar a solas con mis amigos. Me gusta jugar con mi amigo Manolito, me gusta jugar con mi amigo Joselito, me gusta jugar con mi amigo Lolo, me gusta jugar con mi amigo Sebastián. La, la, lalalala...”
Esto, que parece una actitud propia de la adolescencia masculina, degenera así en la segunda estrofa:
“qué bien me lo paso en el salón de mi casa, con mis amigos de la oficina, nos ponemos a jugar a las cartas y mi mujer se encierra en la cocina. Y si está callada y no nos molesta y nos trae las cervezas y nos limpia el cenicero y nos recoge cuando nos caemos al suelo. Me gusta jugar con mi amigo Manolito....”
Y es que, últimamente, vengo observando cierta regresión, vuelvo a ver pandillas sólo de chicos o sólo de chicas, roles muy diferenciados, intereses muy diferentes y poco caso hacia el otro sexo más allá del ligoteo habitual. En clase se sientan separados, en el recreo permanecen ajenos, en los deportes, en los bares, etc. Y ¿cómo se van a comprender si no se conocen? Hay gente que opina que es lo propio en la adolescencia pero no es verdad. Lo bueno, lo interesante y lo deseable es que un adolescente, niño o niña, sepa convivir con todos y todas, ya sean de su mismo sexo o no, de su mismo pueblo o no, o de sus mismos intereses o no. Si eres niña y tienes la regla hablarás de eso con otras niñas que tengan la regla, si eres niño y te sale bigote pues lo mismo, y si eres niña y te gusta el fútbol hablarás con quien le guste el fútbol y si eres niño y tienes examen de matemáticas te juntarás a estudiar con quién también tenga examen de mates, ¿qué mas da el sexo?. De esta forma se fomenta la empatía, conoces a los demás y eres capaz de entender su problemática, incluso defenderás su causa porque es la tuya.
Últimamente están creciendo los casos de violencia entre los más jóvenes y, en mi opinión, tiene que ver con ese gran distanciamiento que se produce hoy en día a causa de los roles tan marcados que nos proponen las marcas publicitarias y las tendencias televisivas. Por otro lado cualquier persona será mucho más libre y feliz si es capaz de disfrutar y compartir con cualquiera que esté a su alrededor, cuanta más variedad, mejor.
Sara López Calle