De todos es sabido que los grandes medios de comunicación están en manos de grandes poderes fácticos, llevándose la palma las televisiones. Si son estatales o regionales están en manos de políticos y si son privadas en manos de empresas con intereses algo lejanos a lo que debería ser el periodismo, la información. No es que Internet sea ajeno a todo esto, también hay manipulación y desinformación en la red pero, por ahora, es más difícil su control, sobretodo si hablamos de redes sociales como Twitter, Facebook o WhatsApp en la que los informantes son gente de la calle, gente que cuenta lo que está viviendo, lo que ve y lo que oye a su alrededor, sin filtros y sin paños calientes. En ocasiones se cuelan chismes, mentiras o rumores que engañan a los usuarios y es difícil no picar en alguna, pero las más de las veces conseguimos informarnos de sucesos gracias a estos nuevos medios.
Un ejemplo claro lo hemos vivido este último mes con las protestas ciudadanas, desde el barrio burgalés Gamonal, hasta la localidad guadalajareña de Molina de Aragón, pasando por Tenerife o Zaragoza.
Tuve la oportunidad de informarme vía WhatsApp, a tiempo real, de los incidentes de Gamonal. Un amigo me iba contando los sucesos, las redadas, mandando fotos y escritos y pude comparar estas noticias con las vistas en la tele, es impresionante cómo cada uno cuenta lo que quiere, si bien es verdad que mi informante no es periodista y dista mucho de contarlo desde un punto de vista objetivo, como deberían hacer los periodistas, sí tuve la oportunidad de conocer de primera mano los motivos y las emociones de toda aquella gente que luchaba por su barrio y las circunstancias que les habían llevado a ello. Así es más fácil entender los movimientos ciudadanos.
Otro de los sucesos de los que la prensa no ha dado apenas noticia ocurrió en Molina de Aragón. Gracias a vídeos grabados por ciudadanos que han ido circulando por los móviles y las páginas de Facebook como “Una Miaja por Molina y Alrededores” hemos podido ver como la visita de la Presidenta de Castilla-La Mancha a Molina se convirtió en un acto de protesta ciudadana. En los vídeos aparece ella saliendo del lugar de celebración del acto correspondiente entre unas 20 personas que la aplaudían, luego un espacio vacío y después un cordón policial (Guardia Civil) que contenía a un grupo mucho más numeroso con pancartas y que la gritaban y la pitaban. En esos vídeos se ve a un hombre cercano haciendo un corte de mangas a los manifestantes y a la Presidenta de la Diputación de Guadalajara diciendo “que se jodan”. Vamos todo un alarde de simpatía y cercanía al pueblo. Los motivos de unos y de otros me los puedo figurar, la Presidenta iba a firmar un acuerdo en términos sanitarios con Aragón después de llevar dos años quitando y quitando recursos sociales, los cuales, en comarcas como la de Molina de Aragón, son especialmente sangrantes (nunca mejor dicho).
Foto: Pilar Catalán