Este artículo es el resumen de una charla dada en el bar “Las Travesañas” (Sigüenza) el 14 de marzo.
Actualmente se calcula que la deuda española supera el billón (un millón de millones) de euros. Un poco más del cien por cien del producto interior bruto (PIB). Esto quiere decir que habría que dar todo lo que se produce en el país, absolutamente todo, a lo largo de un año, para pagarla. Lo que lleva a plantearse la pregunta: entonces ¿Qué hacemos: vivimos o pagamos?
¿De dónde arranca, cómo hemos llegado a esta situación casi insostenible?
Contrariamente a lo que afirman gobernantes y medios de comunicación, la deuda pública no es el origen de la crisis, sino su consecuencia. No hemos gastado por encima de nuestras posibilidades. Antes del 2007, la deuda pública era del 37% del PIB, una de las más bajas de la Unión Europea y a consecuencia de la crisis financiera aumentó rápidamente.
La crisis financiera
Todo empezó cuando la economía empezó a desligarse de la realidad, pasando de ser una economía productiva (ligada a un producto, a algo tangible) a una economía financiera. Los bancos emitían “papelitos” que vendían con la promesa de recomprarlos después, pagando un interés por ellos. Esos activos, que es como se llaman los papelitos, empezaron a circular de banco en banco costando cada vez más, aunque su valor real era nulo. Esta compra-venta de activos que no significaban nada real dio grandísimos beneficios a estas entidades, que se repartieron entre directivos y accionistas. Hasta que llegó un momento en que el mercado estaba inundado de activos-papelitos, ya nadie los quería comprar y llegó el desplome. El primero fue el gran banco americano Lehman Brothers y tras él el resto de la economía mundial.
La supremacía de la deuda
A partir de ahí, dado que ni los bancos ni las inmobiliarias podían devolver el dinero que otros bancos les habían prestado, la deuda empieza a crecer, sin influir en ello el gasto privado de personas y familias y aparece el miedo a que esta deuda no se pueda pagar. Para que esto no ocurra y se dediquen a pagar la deuda todos los esfuerzos del país (todo el dinero, todo el trabajo) se modifica el artículo 135 de la Constitución, sin el consentimiento ni siquiera la consulta al pueblo, colocando así el pago de la deuda como prioridad absoluta por encima de cualquier otro gasto o inversión.
¿Quién debe a quién?
Debemos mucho, pero ¿Quién debe? ¿Todos y todas? ¿A quién le debemos? ¿Los niños y las niñas también deben?
¿A quién? Diferenciamos dos clases de deuda: interna y externa.
– Interna es lo que se debe a entidades del país. Se debe principalmente a dos bancos: al Santander y al BBVA. Ellos representan casi la mitad de la deuda interna ¡Y no han dejado de tener beneficios año tras año!
– Deuda externa es lo que se debe a entidades no españolas: principalmente bancos alemanes y franceses. La cuarta parte para cada uno. ¿Se entiende por qué Alemania tiene tanto interés en que España pague a costa de lo que sea?
Pero casi más que a quién, nos interesa saber quién debe ¿Yo también debo?
Sí, tú, seas quien seas, también debes ¿Por qué? En principio hay dos clases de deuda: privada y pública.
– Privada: la de las personas o familias particulares y también de las empresas privadas y de los bancos también privados. De la deuda de personas y familias, quizás tú tengas que pagar algo, pero es más posible que no porque esta parte sólo supone un 19% del total. No llega ni a la cuarta parte. ¡Y nos quieren hacer creer que es la causa de la crisis!
El grueso, lo importante de la deuda privada viene de los bancos y empresas afines (aseguradoras, inmobiliarias, financieras… etc). Esta parte sí es muy grande. ¿Y yo la tengo que pagar? Casi seguro que no te libras, de hecho ya la estás pagando. ¿Aunque no deba nada al banco? ¿Aunque no sea accionista? ¿Aunque no tenga nada que ver con bancos, ni con inmobiliarias, ni con financieras ni nada de nada? Aún así, ya estás pagando y más que vas a pagar.
– Pública: Es la deuda contraída por el estado, ya sea la administración central, las comunidades autónomas o los ayuntamientos. Esta sí es la deuda de todos y de todas, ¿y es mucho? No. Tan sólo el 20% del total. Pero no respires con alivio. En el 2009 era tan sólo el 18% y sigue subiendo porque… Aquí viene la madre del cordero, la clave del asunto: la deuda privada se va convirtiendo en pública, de manera que esa deuda de los bancos de la que hemos hablado, va pasando a pública y la pagamos todos, tú también aunque no hayas tenido nada que ver con ella. A cada español o española (incluidos niños, niñas, ancianos y ancianas) nos “tocarían” 22.000 € de deuda pública pero 66.000 € de privada. Hay una buena diferencia.
De privada a pública
¿Cómo?
¿Cómo pasa la deuda de los bancos a la administración? Por medio de lo que se ha llamado “el rescate bancario”.
En el año 2008, el gobierno del PSOE creó el Fondo para la Adquisición de Activos Financieros (FAAF). ¿Os acordáis de los “papelitos” de los bancos? Pues para comprarlos, dotándolo de 21.041 millones de euros. No fue suficiente.
Al año siguiente, el mismo gobierno creó el Fondo para la Reordenación del sector Bancario (FROB) dotándolo de 52.000 millones de euros. Se lo tragaron, entre otras, Bankia, Caja de ahorros del Mediterráneo (CAM), Caja de Castilla-La Mancha, Cataluña-Caixa, Novacaixa-Galicia y tampoco fue suficiente.
Después vinieron los préstamos del Banco Central Europeo (BCE) con su disparate de intereses, después los avales y por último ha llegado la SAREB conocida como “banco malo”. En total se han llevado 589.073 millones de euros de nuestros impuestos. ¡Más de medio bbbbbbillón!
Sería interesante analizar el tremendo e ilícito negocio de los intereses a partir de los préstamos del BCE pero ya no hay espacio. Es preferible dedicar lo que queda a Alternativas:
– Vuelta de la economía financiera a la economía real.
– Lucha contra el fraude fiscal (no indultos para los defraudadores).
– Reforma del sistema financiero.
– Nacionalización del sector bancario.
– Tasa a las transacciones financieras.
– Derogación del artículo 135 de la Constitución.
Teresa Díaz
Plataforma Auditoría ciudadana de la deuda
http://www.auditoriaciudadana.net