Creo que nadie niega que vivimos una crisis muy profunda, y que la están pagando las persona de a pie; cuesta esta crisis llantos y dolores hasta originar suicidios.
Al lado de ello es necesario soportar las manifestaciones de ciertos políticos que ponen toda su actividad en mostrar que el bache esta pasando, que ya hay “brotes verdes” y que por tanto podemos volver a concebir ilusiones sobre nuestro futuro.
Afirmaciones de este tipo es necesario fundamentarlas en hechos y para este fin se inventaron las estadísticas; todos los trimestres el Instituto Nacional de Estadística (INE) publica la evolución de una serie de parámetros socio-económicos que son gentilmente manipulados por los políticos para presentarnos una faz angelical, y evitar mostrar la que en realidad corresponde al hecho de que la crisis sigue, la desesperación continua, y que es necesario reconocer la realidad para enfrentarla.
Veamos datos del INE: el número de hogares sin ingresos pasó de 643.000 en 2012, a 737.000 en 2013 y 769.000 en 2014; el de hogares con carencia material severa ha sufrido incrementos parecidos: 5,8 % en 2012 a 6,2 % en 2013. Frente a esto sólo cabe argumentar con coeficientes económicos (p.e. el PIB) que no tiene en cuenta la distribución de la riqueza entre la población.
Pero, ¿cuándo se podrá decir que se ha salido de la crisis? ¿Qué condiciones tendrá la sociedad que se reconozca como normal? Si se contestara que esas condiciones las cumple (p.e.) la sociedad española en el 2006 no lo admitiríamos; en aquel año ya se había establecido una competición entre la clase política y la financiera para determinar cual era la más corrupta: esta lucha fue el origen de la crisis.
Volver a esos tiempos no es superar la crisis, sino preparar la siguiente; esto debería obligar a los políticos a una definición acabada de lo que cabría considerar tiempos de no crisis; sin esta premisa el afirmar que se sale de Málaga es tonto puesto que puede caerse en Malagón.
Por supuesto esta no será una labor de estos políticos a los que conviene las indefiniciones (les producen dinero), pero no nos dejemos engañar: ni saben si salimos de la crisis ni adonde nos lleva esta marcha.