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Entrevista a José Juste Ballesta, arquitecto redactor del Plan Director de la Catedral de Sigüenza, en la que explica sus trabajos de documentación gráfica de la iglesia de San Vicente, a partir de la restauración efectuada por don Gerardo López, antiguo párroco de dicha iglesia.

¿Puedes indicar cuáles son las motivaciones y objetivos del trabajo que has realizado en la iglesia de San Vicente Mártir?

Faltaba documentación gráfica para aportar a los fondos del museo del románico que se está creando en la iglesia de Santiago, y había por mi parte un compromiso con la Asociación de Amigos de la Iglesia de Santiago para esta labor.

Partiendo del material obtenido y del análisis de las fábricas mi objetivo ha sido mejorar el conocimiento del monumento y realizar finalmente un análisis comparado de los distintos exponentes del románico seguntino 

Portada de San Vicente. Aspecto actual.

C.- ¿Cuáles fueron el origen y los promotores iniciales de la iglesia de San Vicente?

Existe una gran escasez de documentación histórica que permita datar las fases constructivas: en todo caso, la investigación documental es un campo propio de historiadores y documentalistas. El mío como arquitecto ha sido el de realizar la documentación y estudio de la materia constitutiva de la arquitectura de San Vicente para así interpretarla desde una perspectiva estrictamente arquitectónica. 

La cronología que yo asigno a las fases constructivas que he identificado se basa en criterios de antero-posterioridad de éstas, y en análisis estilísticos comparados con otras construcciones seguntinas mejor documentadas. Dejo a otros especialistas la investigación de los fondos documentales históricos.

Los episodios esenciales serían: Su inicio en el siglo XII durante el pontificado de Don Cerebruno (1156-1167) según los documentos obrantes en el Archivo Catedralicio. La configuración básica de la iglesia actual es de principios del siglo XIII, cronología basada en comparaciones estilísticas con partes de la catedral. Posteriormente se lleva a cabo una transformación barroca del interior en el siglo XVII (alrededores de 1669). Y por último, se realizan las restauraciones del siglo XX que están datadas cronológicamente.

Don Gerardo en la época de la restauración románica.

¿Cuál fue el alcance de la intervención de don Gerardo López en San Vicente durante el siglo XX?

Básicamente, don Gerardo López procedió a desmontar el acondicionamiento del interior realizado en el siglo XVII que ocultaba la configuración medieval, completando esta operación con la reintegración de las partes eliminadas en aquel momento.

Más concretamente, la actuación principal consistió en demoler los dos tramos de bóveda rebajada con lunetos, que debía ser de ladrillo y yeso, desmontando luego el arco central de piedra que la sostenía. También demolió la tribuna que había sido introducida en el transcurso de la remodelación barroca a los pies de la nave, con su correspondiente escalera, y reconstruyó una portada con arco de medio punto que apareció cegada en el muro de cerramiento oeste.

La actuación barroca pretendía ocultar el carácter medieval que lógicamente tenía la iglesia de San Vicente y que en el siglo XVII no era valorado, y se eliminaron elementos decorativos del arco triunfal, entre otros. Pero en la base de las obras realizadas en ese momento debió de estar el hecho de que la nave poseía una techumbre muy modesta, que desdecía de la calidad y nivel de terminación del presbiterio: consiguientemente ocultaron esa cubierta tras una bóveda.

Don Gerardo, por el contrario, primó ese carácter medieval, aunque éste fuera dado por elementos  pertenecientes a unas soluciones románicas que no se habían llegado a materializar en su totalidad. Y es que, de acuerdo con el proyecto del siglo XIII, la nave iba a haber sido cubierta con dos tramos de bóveda, de las que se llegaron a construir solo cuatro de sus seis pilares de apoyo. Y don Gerardo procedió a reponer en gran medida los elementos de estos pilares que habían sido removidos en el transcurso de la intervención barroca, es decir sus columnas y sus capiteles, tomando como modelo los originales del presbiterio.

Interior de la iglesia antes de la restauración románica.

En el presbiterio, don Gerardo reconstruyó las hornacinas del frente oriental, tomando como referentes elementos originales que aparecieron entre los rellenos.

También rehízo la cubierta introduciendo un artesonado a dos aguas, y dotó a la iglesia con un enlosado de calidad de piedra del lugar, de un buen sistema de iluminación y del mobiliario y los complementos litúrgicos necesarios.

En el exterior reconstruyó elementos decorativos deteriorados por la erosión, tales como las cenefas de punta de diamante del gran arco de la portada, o las impostas de éste. Finalmente introdujo nuevas cornisas de piedra en todo el perímetro del templo.

Estos trabajos tan amplios abarcaron toda la década de los años ’80 del siglo XX, e incluso se prolongaron durante algún tiempo en los años ’90, suponiendo para don Gerardo un notable esfuerzo personal. Obtuvo la financiación necesaria para llevarlos a cabo logrando el patrocinio de las instituciones municipales y provinciales, así como donaciones de algunos particulares como Martín Villa. Hay que dedicar una mención especial a los operarios que materializaron la obra de don Gerardo, a saber: José Barahona, y los hermanos Manuel y Antonio Nácar Rodríguez, cuyos salarios fueron costeados parcialmente por la Diputación de Guadalajara.

Don Gerardo dejó bien documentado el enunciado de las obras que acometió, junto con los costes que éstas conllevaron. Por otro lado, yo mantuve en los últimos tiempos diversas entrevistas con él, con el fin de que me las volviera a ratificar y pormenorizar. Con esa información directa he procedido a reconocer in situ el alcance de las actuaciones ejecutadas, y así las he podido representar en los planos con una mayor precisión.

Interior de la iglesia después de la restauración románica.

Es cierto que actualmente una intervención como la realizada por don Gerardo se habría realizado con otros criterios y metodologías, y sobre todo con un mayor control por parte de los organismos competentes en materia de patrimonio. En todo caso hay que contemplar la actuación de don Gerardo en el marco temporal en que fue realizada. Y hay que decir que, aunque don Gerardo realizó reconstrucciones en estilo que no se habrían podido realizar a día de hoy, éstas fueron muy razonables y basadas en datos existentes.

Así que, a pocos días de su desaparición, es de justicia valorar positivamente el denodado esfuerzo que él realizó para que su querida iglesia de San Vicente pudiera lucir como luce hoy, para beneficio de los seguntinos y de su patrimonio histórico.

Plano del exterior.
Portada de San Vicente en los años 60 del pasado siglo.

¿En síntesis, en qué han consistido los trabajos que has realizado?

Tras recopilar información y hacer reportajes fotográficos, se ha realizado una colección planimétrica básica mediante trabajo de campo: mediciones con cinta métrica y medidor láser y luego mediante trabajo de gabinete dibujando los planos finales con el programa informático Autocad.

Posteriormente se han representado los componentes pétreos que constituyen las fábricas del templo y se ha efectuado un análisis visual de éstas. En el transcurso de este último se han identificado los componentes introducidos ex novo por don Gerardo.

Se ha efectuado la identificación de las unidades constructivas y su representación en los planos elaborados previamente. Se ha hecho un estudio comparado de elementos arquitectónicos con carácter estilístico y finalmente se ha confeccionado una propuesta de adscripción cronológica.

Se han realizado análisis relacionados con aspectos tipológico-constructivos del edificio y con la relación entre éste y su entorno urbano junto a su representación gráfica.

Plano de planta de San Vicente.
Ubicación de la iglesia de San Vicente dentro de la ciudad,

¿Qué resultados reseñables han proporcionado las investigaciones que has realizado? ¿Se ha podido avanzar en el conocimiento de sus fases constructivas y su adscripción cronológica?

En primera instancia, se ha creado una planimetría imprescindible para conocer y documentar un bien patrimonial de la categoría de San Vicente, y de la que carecía esta iglesia tan significativa para Sigüenza.

Creo que el estudio de las planimetrías cruzado con el análisis de las fábricas ha contribuido ciertamente a perfilar en mayor medida las distintas partes que configuran la edificación existente y, a partir de la información aportada por el propio edificio, ha sido posible avanzar en el conocimiento de su cronología más allá de lo que los fondos documentales nos han podido aportar hasta la fecha.

¿Qué aspectos más llamativos han aportado las representaciones gráficas y el análisis de las fábricas a la vista? ¿Existe algún episodio concreto digno de ser reseñado?

La representación gráfica nos proporciona una información objetiva acerca de las dimensiones reales y la geometría del edificio, así como de las relaciones entre sus partes. Así, la planta obtenida nos muestra a las claras las grandes irregularidades que presenta San Vicente, difícilmente apreciables a ojos vistas. Y los alzados efectuados tras la lectura estratigráfica de los paramentos nos muestran con claridad las partes que constituyen el conjunto y la secuencia en que éstas se realizaron. Concretamente, en el alzado norte el presbiterio -o sea, la cabecera del templo- se muestra como la parte más antigua del mismo.

En cambio, en el alzado oeste se ha identificado una unidad constructiva anterior aún a la cabecera, que puede interpretarse como perteneciente a un edificio anterior al existente en la actualidad.

Se ha puesto el foco en el análisis del sector constituido por la portada, que presenta asimetrías y soluciones compositivas de gran singularidad. De su estudio se desprende que estas características no son casuales, sino que responden a sabias decisiones tomadas por los proyectistas y ejecutores medievales de las obras para resolver los problemas estáticos planteados por un proyecto que había que construir en un solar y una localización altamente complicados.

Asimetrías en la portada de San Vicente.

¿Y en lo referente al interior, ¿cuáles han sido las principales aportaciones de la documentación gráfica y del análisis de las fábricas que se ha realizado al conocimiento del bien?

Respecto del interior, probablemente lo más interesante sea la constatación de que la configuración de la nave es el resultado de un cambio de planes que fue adoptado en el transcurso de su ejecución. En efecto, la nave iba a ser cubierta en el siglo XIII con dos tramos de bóvedas de crucería, de los que solamente se llegaron a ejecutar cuatro de los seis apoyos constituidos por pilares compuestos por haces de columnas. Esa solución se sustituyó por otra mucho más económica, consistente en una armadura simple de pares, sostenida por un arco diafragma que cruzaba la nave hacia la mitad de esta.

Estratigrafía del interior de San Vicente. En rojizo las aportaciones de los años '80 del siglo XX.

¿Puedes indicar alguna conclusión que pueda considerarse como novedosa en relación con lo que se sabía hasta la fecha de este monumento seguntino tan significativo?

Más que de aportaciones novedosas yo hablaría de sistematización y mejora de la precisión de los conocimientos que se poseen hasta la fecha sobre San Vicente. Quiero insistir en el valor que posee per se como documento esencial para el conocimiento de San Vicente la planimetría elaborada. 

La base planimétrica obtenida ha permitido además definir gráficamente la configuración de los paramentos exteriores y su posterior análisis con metodología estratigráfica, y después ha dado pie a poder representar gráficamente el enunciado de las unidades constructivas que ha sido posible identificar. Esa última familia de planimetrías permite poner de manifiesto de manera fácilmente comprensible las distintas partes de que se compone el edificio, y asignarles unas cronologías relativas que pueden luego sustanciarse en otras de carácter absoluto, en la medida que las (escasas) informaciones que aportan los documentos lo permiten.

Es interesante en ese sentido ver cómo ha quedado puesto de manifiesto el hecho de que la cabecera del templo y la nave fueron ejecutadas en dos momentos distintos -eso sí, próximos en el tiempo-, habiéndose ejecutado antes el presbiterio. 

También es importante a mi juicio la identificación en la fachada a la calle de Jesús de una unidad estratigráfica bastante potente anterior a las restantes que quedó amortizada en el cerramiento occidental de la edificación actual, y que bien pudo pertenecer a la iglesia de San Vicente que promovió inicialmente don Cerebruno.

En ese sentido, también es interesante la definición gráfica del alcance preciso de las reconstrucciones realizadas en los años ’80 del siglo pasado en el transcurso de la restauración efectuada por don Gerardo.

Finalmente creo que es notable el refuerzo dado por estos trabajos a la idea consistente en que el proyecto de la iglesia que se materializó en el siglo XIII contemplaba cubrir la nave con unas bóvedas que no llegaron a realizarse. En ese sentido, la propuesta gráfica de “reconstitución” de la nave tal y como se nos mostraría si se hubieran ejecutado finalmente las bóvedas, que he realizado por medio de una sección longitudinal, es a mi juicio un interesante ejercicio intelectual que nos acerca a la imagen aún más hermosa que habría podido San Vicente. Ciertamente dicha propuesta no deja de ser una especulación, pero eso sí, formulada sobre una base rigurosamente científica.

Propuesta de sección longitudinal de la iglesia de San Vicente, en el caso de haberse completado el proyecto subyacente a lo ejecutado en el siglo XIII.

 

 

 

Viñeta

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