Hace ocho años una pareja de norteamericanos con tres niñas apareció por Sigüenza, desde entonces se han convertido en personajes populares en nuestra ciudad. Este mes nos dejan y vuelven a su país porque sus dos hijas mayores van a ir a una Universidad de su país.
Kevin. Llegamos aquí para colaborar con la iglesia Evangélica española. Estuvimos un par de años en Madrid. Optamos por Sigüenza en vez de a otro sitio porque durante muchos años se quería abrir una iglesia Evangélica en esta zona. No había ninguna desde Guadalajara a Calatayud, ni desde Soria capital a Cuenca capital. Vimos Sigüenza como un lugar muy estratégico para ubicarla. A nivel personal en un principio era decisión arriesgada venir a vivir a un pueblo de 5.000 habitantes.
Joanne. Al principio siempre cuesta adaptarse, pero eso pasa en cualquier parte del mundo, incluso en tu propio país. El pueblo es tranquilo y la gente abierta para formar relaciones.
¿Cómo empezó vuestra integración en Sigüenza?
K. Empezamos a hacer actividades a través de la Asociación METAS que es una ONG vinculada con la iglesia evangélica. Empezamos el primer año dando clases de inglés en actividades extraescolares en el colegio. Luego clases de conversación en inglés. El primer año hicimos un campo de baloncesto e inglés. La idea de METAS era poder ofrecer servicios a la comunidad, de acuerdo con las posibilidades y deseos de las personas de la zona. Vimos que una de las necesidades eran las clases de inglés.
J. Una cosa que siempre hemos tenido clara es que no queríamos duplicar algo que ya estaba en la comunidad. No íbamos a ofrecer clases por parte de la ONG, gratuitas o casi gratuitas, y quitar negocio a una organización que ya estaba haciendo eso. Por eso hemos intentado hacer cosas a nivel de inglés intermedio avanzado donde había más necesidad y no había tanta oportunidad. Yo soy profesora de idioma, esa es mi formación universitaria. Para mí entonces esa actividad es natural y fácil que me encante hacer, pero hemos hecho muchas otras cosas como español para inmigrantes, manualidades con mujeres. Eso para mí ha sido un gozo ver a una mujer de un país que no ha tenido tanta oportunidad de leer por las normas de su cultura, a veces no sabe leer ni en su propio idioma. Esta actividad la empezó nuestra compañera Daisy de Guatemala. Se tuvo que ir y yo continué con sus clases y me encantan.
K. También hemos hecho actividades culturales, conferencias, exposiciones, hicimos la exposición sobre Martin Luther King, luego hicimos las biblias del Quijote, también videocine y, claro, todo lo que es el deporte. También hemos colaborado en el taller socio cultural, en las actividades de los colegios, con el grupo de voluntariado, con ACCEM, con Cáritas, con Cruz Roja, etc. La razón por la cual queremos servir a la comunidad es el ejemplo de Jesucristo que dijo que no vino para ser servido sino para servir.
J. Es la base de todo lo que hacemos, de no ser así no lo haríamos porque es mucho trabajo.
Kevin, tienes una faceta de deportista, en concreto de corredor de atletismo...
K. Desde hace un año y medio tengo un problema físico en la rodilla que me impide correr, algo que me da muchísima pena. Aquí en Sigüenza, desde hace cuatro años tenemos la Escuela de Atletismo que surgió a petición de unos padres y de la Escuela Municipal de Deportes, al saber que yo era por un lado corredor de fondo y que por otro lado hacíamos hecho ya actividades como los campos de verano de baloncesto y actividades deportivas extraescolares. A la Escuela de atletismo vienen de 10 a 15 niños, este año hemos llegado a 25. Al acabar el curso hacemos un festival de atletismo, en el festival de este año llegamos a 130 niños participantes. Aquí en Sigüenza se nota que en el ámbito deportivo lo que manda es el fútbol. Yo estoy contento de que se haya despertado el interés también en otros deportes como el baloncesto y como el atletismo.
J. Otra cosa que nos impresionó bastante del último festival de atletismo fue la colaboración de toda la comunidad. Ha habido una muy buena respuesta de todos. Padres, voluntarios, el ayuntamiento, por todas partes ha habido mucha colaboración y eso siempre es bueno en un pueblo pequeño.
K. También organizamos la carrera de San Silvestre. Hablando de lo que ha sido el atletismo esto no ha sido solo de la Asociación METAS, sino de lo que llamamos el Club de Atletismo de Sigüenza.
¿Qué va a pasar ahora con las actividades?
K. Aunque nos vayamos nosotros no quiere decir que se pare lo que nosotros hemos estado haciendo aquí. Llevamos varios años detrás de un local nuevo y lo acabamos de conseguir, lo tenemos ya en alquiler con opción de compra y va a ser muy útil, tiene muchos más metros que el antiguo. Lo normal es que cuando una familia se va, venga otra y que se encargue de las actividades aunque en este caso, por varios motivos, no hay nadie que vaya a venir a Sigüenza para sustituirnos. Nuestra compañera Daisy, que estuvo aquí hace año y medio, está ahora en Guatemala, quiere volver pero lo mismo no puede por temas sobre todo económicos. Esperamos que puedan venir pronto otras personas para seguir con la obra de la iglesia y con las actividades de METAS. De momento las actividades quedan suspendidas, salvo quizá las clases de español. Las actividades de la iglesia seguirán porque tenemos una iglesia hermana en Guadalajara que asumirá las tareas de enviar a alguien los domingos.
¿Se ha desarrollado la iglesia en vuestra estancia aquí?
J. Muchos inmigrantes que vienen a Sigüenza vienen ya con el trasfondo evangélico. La iglesia tiene también gente de Medinaceli, de Alcolea...
K. Del propio Sigüenza hemos tenido varias personas que nos han visitado, otras han participado, tenemos una persona de aquí que es parte de la iglesia. Somos de 10 a 12 países y de cuatro continentes. Tenemos oraciones en inglés, en francés, en español, en farsi, en árabe, etc.
¿Y habrá continuidad en el club de atletismo?
K. Aunque he sido yo el que lo he impulsado, ha habido muchas otras personas que han colaborado, tanto en la escuela, como en la San Silvestre o los festivales. Esas personas pueden seguir con todas estas actividades si quieren. Si no fuera así, otra última opción es que la escuela sea asumida por las EMD. Espero que la Escuela también siga por los muchos niños que han participado. Hay niños con posibilidades, este año tuvimos a la campeona provincial en la categoría de benjamín, Claudia. Merece la pena que siga.
¿Cuál es vuestra valoración de la estancia en Sigüenza?
J. Nuestra experiencia ha sido bastante positiva. Vivir en un pueblo viene con su calidad de vida, claro los inviernos aquí son largos pero no son nada en comparación con los inviernos que conocemos en Philadelphia. Sería imposible cortar totalmente con Sigüenza porque nuestros hijos han crecido aquí, y 8 años de relación con la comunidad no se pierde por tomar un avión. Estaremos aquí de visita, seguro y… tal vez volvamos cuando el momento sea el adecuado.
¿Cuál va a ser vuestro nuevo destino?
K. Vamos a pasar de este pueblo de 5.000 habitantes a la ciudad de Chicago que tiene el doble de la población de Madrid con lo que va a ser un estilo de vida muy diferente al de donde estamos. Las chicas van a ir a una Universidad muy buena, incluso la escuela donde la pequeña va a dar bachillerato tiene 3.200 alumnos, casi como toda la población de Sigüenza en su instituto. Intentaremos aprovecharnos de las ventajas, de toda la vida cultural, de museos, etc. y no enfocarnos en los inconvenientes.
J. Preferimos vivir en un pueblo pero para nosotros la unidad familiar es muy importante. No nos vemos viviendo toda la vida en Chicago pero ¿quién sabe lo que va a pasar en el futuro?
K. También decimos que si alguien de Sigüenza tiene la oportunidad de pasar por Chicago y quiere visitarnos nuestra casa está abierta.
¿Cómo veis el futuro de Sigüenza?
J. Hay muchas posibilidades en Sigüenza para trabajar para la comunidad y se puede hacer. Es justo en este momento de crisis cuando hace falta que la gente diga sí, podemos hacerlo. No hay falta un gran presupuesto para hacer cosas, se puede hacer con poco, con ganas, con iniciativas. Hace falta un poco de creatividad pero sobre todo ganas y el deseo que algo cambie en la comunidad.
Desde La Plazuela deseamos a Joanne y a Kevin, así como a sus hijas, suerte en esta nueva etapa de su vida.
Entrevista: Ángeles Gordo / José Mª Cañadas