Los obispos en la ciudad del Doncel
Extraordinario el libro que, bajo el título del epígrafe acaba de sacar a la luz pública mi amigo Felipe-Gil Peces Rata, cuyo primer ejemplar ha tenido la gentileza de dedicarme, recién salido de las rotativas, por ser amante y defensor de todo lo concerniente a Sigüenza.
Pues, para halagar mi estímulo (o petulancia) lo recibí precisamente, el día 30 de mayo, festividad de San Fernando y 82º aniversario de mi nacimiento: el mejor presente que, con tal motivo, me han hecho en mi vida.
Circunstancias ajenas a mi voluntad impidieron dar cumplida satisfacción al autor y al libro, a su debido tiempo; pero nunca es tarde si la decisión es firme.
Se trata de la nómina exhaustiva de los obispos que han episcopado nuestra Diócesis antigua, adaptada, desde 1955, a los límites administrativos de la provincia de Guadalajara, cuyo comienzo está documentado en el año 589 de nuestra era y concluye con el último titular, Don Atilano Rodríguez Martínez, a quien corresponde el ordinal nonagésimo quinto de la nómina.
Libro que hace tiempo deseaba escribir, a fin de ponerlo al alcance de los amantes de la Iglesia multisecular de Sigüenza, que apreciarán la emoción de la misma, dice el intelectual autor, Felipe-Gil Peces Rata.
Casi un centenar de pastores, en 1423 años (casi un milenio y medio) que han apacentado la grey religiosa de la Diócesis, con amor y acierto.
Este libro, amigo seguntino, no tiene desperdicio porque está editado con el primor que Gráficas Carpintero, S. L., pone en sus publicaciones, avalado por la firma de un escritor consagrado.
Mi amigo Felipe-Gil Peces Rata es un intelectual de pro, a quien los temas que atañen a la Iglesia seguntina no le dejan indiferente y, dándole vueltas a la cabeza, durante días y días, hace lo que puede (que es bastante). Pero posee la santa delicadeza de legarlo a la posteridad, para que mentes superiores las mejoren (si es posible).
Este bello libro, compendio de la Historia de los obispos de Sigüenza, que es también la de la Ciudad y Diócesis y, por ende, la de los orígenes seguntinos, debe ser primordial para los naturales que se precien de serlo. Pues, como dice el erudito prologuista, nuestro paisano, Jesús de las Heras Muela, hacer Historia del episcopologio de una diócesis no es sólo un ejercicio de erudición, no es sólo una aventura museística (por decirlo de un modo coloquial)... Es también la inmersión en una Historia sagrada -en este caso, la iglesia local o diocesana- es misterio, comunión y misión.
Yo conocí esta colección de prelados, cuando estaba ubicada en el claustro del palacio episcopal y, tanta impresión me hizo, que me suscitó un artículo, que publiqué en “Nueva Alcarria”, el 16 de septiembre de 1994, bajo el título “La genial fantasía de un canónigo seguntino.”
Pues, después de 18 años, me sorprende el autor con la interpolación de mi artículo en su libro, alegando que contemplar el elenco episcopal de Sigüenza es todo un gozo para los enamorados de Sigüenza, uno de los cuales es el asturiano-seguntino, Fernando Sotodosos Ramos que, en una de sus visitas a la Ciudad de sus amores, dejó escrita, en la prensa provincial, su impresión, después de visitar la exposición de los cuadros de los Obispo de Sigüenza.
Así es y me congratulo de ello, porque escribir acerca de Sigüenza es escribir de mis orígenes y éstos son mis datos personales, como los de cualquier seguntino. ¡Compruébalo por ti mismo, paisano!
Gracias, Felipe, por darme la oportunidad de iniciarme en mi procedencia.
Fernando Sotodosos Ramos