Los últimos trabajos de restauración y sus importantes descubrimientos para el conocimiento del caserío seguntino y los tesoros que sus casas ocultan
Antecedentes de esta casa.
Los recientes trabajos realizados en la casa de la c/ Mayor con la esquina Travesaña Baja pasa por intentar dar luz a varios interrogantes: ¿quién fue el promotor/propietario de la obra?, ¿Cuál es su época?, y además: ¿qué cronología tienen las yeserías del “taller de Sigüenza”?, ¿es factible la existencia de una muralla en esta zona?... poco a poco se han ido resolviendo los interrogantes que sobre este conjunto de casas podíamos tener, determinando de una forma concluyente, que nos encontramos ante la Casa del Deán Juan González de Grajal.
El conocimiento de este tipo de arquitectura lo iniciamos hace más de una década cuando pudimos descubrir las yeserías de la Casa del Doncel. Como en muchas casas seguntinas bajo tabicados y falsos techos empezábamos a descubrir un elenco de alfarjes, arcos, puertas… ocultados ya desde época muy temprana y que mostraban la esencia medieval y mudéjar de esta ciudad.
De igual forma, la contextualización de la casa ha ayudado a solventar la disposición y origen de los arcos de yeserías que engalanan el Museo Diocesano desde hace décadas, dotándolos de significado aún deslocalizados; parafraseando a su director, D. Miguel Ángel Ortega, los arcos de la casa del que llegaría a ser obispo González de Grajal muestran la doctrina conciliar de las “semillas del Verbo” a través de la simbiosis de culturas.
Podemos seguir ahora el recorrido de los arcos desde su posición original hasta el museo. La demolición de la casa, que D. Basilio Pavón la daba ya por desaparecida totalmente, había sido parcial, afectando al ala original de la escalera, patio y parte de dos crujías. De aquí saldrían los dos arcos musealizados. El resto, enmascarado en un sinfín de segregaciones, pasó con la mediación de la Fundación Ciudad de Sigüenza a José Ignacio Sánchez-Galindo, quién procuró en todo momento unificar la propiedad medieval y promover su recuperación, al igual que alguna otra vivienda de la ciudad y otras en la Comunidad de Madrid, Burgos, Cantabria…
Gracias a su intervención se han ido produciendo desde hace años diversos trabajos de investigación arqueológica y consolidación y recuperación del inmueble original. Se han abierto huecos cerrados, delimitado espacios medievales, restaurados yeserías coetáneas a las del Museo Diocesano, restaurados alfarjes…
Documentación de la casa
La casa,la tenemos reflejada a finales del siglo XV en el Libro de Dinero del Cabildo Catedralicio, mediante el contrato ad vitam et refactionem, de por vida y haciéndose cargo de las reformas necesarias (MartínezTaboada 1990, 635-636). Aquí tendremos, en 1487, la primera referencia del inmueble, mientras los apuntes de 1500, 1506 y 1508 muestran la evolución de la casa mediante un aumento de una planta más así como el inicio de un proceso de segregación de la vivienda para facilitar el arrendamiento por parte del cabildo.
Pocos datos existen del cortísimo obispado de Don Juan González Grajal. Los únicos que podríamos aventurar es la existencia de un posible hermano, Fernando González de Grajal, que habría sido en 1381 estudiante de cánones en Salamanca y canónigo de Palencia (Beltrán de heredia 1966-67, 504). Y no sólo esto, en 1392 figura en la Universidad de Salamanca como “consiliario” o consejero en uno de los rótulos de la universidad. Entre 1408 y 1409 actuaría como Provisor del Prelado, juez eclesiástico, en la denuncia que el Concejo había elevado a juan II por el alcance del señorío de la Catedral, y un año después en procesos de excomunión contra propietarios de salinas (Minguella y Arnedo 1912, 107& 676).
El 8 de noviembre de 1415, acabadas las exequias por Don Juan de Illescas, el Cabildo se reuniría para elegir al Deán Don Juan González de Grajal como nuevo obispo. Residente en la Calle Mayor en la rica casa del cantón de la Travesaña Baja, había sido Arcediano de Almazán con anterioridad y había ocupado un importante papel en el episcopado de su predecesor, tanto como deán, juez eclesiástico o Vicario general. Días después Benedicto XII de Aviñón, el Papa Luna, se dirigirá al electo, “bacallarium in decretis et presbyteratus” (Minguella y Arnedo 1912, 107).
De su familia poco conocemos. Su residencia debía de estar asentada desde hace tiempo en la ciudad, estando su madre enterrada delante de la capilla de San Andrés de la Catedral. De su hermano ya conocemos su formación salmantina, donde ejerció como profesor junto a Don Juan de Illescas, siendo también Prebendado de Palencia (según Bula de Clemente VII), Abad de Santa Coloma en el 1393 y, seguramente a instancias de su hermano, Tesorero de la Iglesia de Sigüenza. Debió fallecer antes de 1416 dado que es su hermano Juan quien se había hecho cargo de la fundación hacia sus padres por San Bartolomé. Minguella cita la existencia de una hija de Fernando llamada Teresa González (1912, 116) y es probable a existencia de un familiar también ilegítimo, Gutiérrez de Grajal, que fue estudiante de cánones en Salamanca en 1381 y que aparecerá como Procurador del Cabildo de Sigüenza en 1419 (Beltrán deHeredia 1966-67, 532; Minguella y Arnedo 1912, 122).
El dato concluyente, a la hora de asignar la titularidad de los motivos heráldicos con nuestro deán, nos llega del investigador Marcos Nieto en su blog histgueb.net donde se hace eco de una subasta de las pinturas sobre tabla en París que pertenecieron al desaparecido retablo de San Miguel Arcángel de la catedral (Nieto Jiménez 2009) y cuyo patrono sería el efímero obispo Don Juan González de Grajal (1415 y 1416), y que anteriormente como deán habría erigido la casa que estudiamos.
Sin profundizar más allá en el retablo es de mención la autoría de Johns Peraltis, el Maestro de Sigüenza del americano Chandler Rathfon Post (1933); excelente obra que remataría las calles superiores con tres pares de escudos del obispo; en campo de sinople, con bordura de gules, un castillo de oro almenado.Tiene sus torres laterales sumadas de dos grajos de sable afrontados. Los escudos del retablo coinciden con los de los arcos del Museo Diocesano y con los encontrados bajos los falsos techos en el arrocabe del salón principal de la casa.
Fachadas, el salón principal, salón de linajes y otras estancias
Con los trabajos llevados a cabo en estos últimos meses, se ha recuperado el patio, la crujía que da a la Calle Mayor con su fachadaprincipal, así como la interior que coincide con un cierre del caserío en casamatas y se extiende paralela a lo largo de la Travesaña Baja.
La fachada, actualmente de tres plantas, responde al recrecimiento de la tercera en los últimos años del 400’ sobre la casa original de dos plantas de González Grajal. Este meritorio recrecimiento aún mudéjar, recuerda a los balcones de corpus de muchas viviendas y palacios eclesiásticos, y ayudó a generar más espacios habitables para poder arrendar. Revocos posteriores de cementos, cales y yesos empañaban la comprensión del edificio y los testigos originales ayudaron a recuperar su primitivo aspecto.
Su fachada en la Travesaña Baja muestra la disposición de tiendas independientes de la casa. Esta situación era común en este tipo de vivienda, como en Trujillo, donde el magnífico palacio de Pizarro poseía en uno de sus laterales las carnicerías municipales.
En el interior observamos la disposición de la vivienda en torno a un patio distribuidor. Desde aquí las estancias principales se sitúan en planta primera, donde podemos identificar en la actualidad el “salón de linajes” y el “principal”, así como algún que otro dormitorio. Prodigan en ellas las yeserías y pinturas medievales que se conservaban debajo de capas de yesos y enlucidos… ¿cuántos más esconderán nuestra ciudad? El salón de linajes intenta mostrar mediante profusa heráldica pintada el origen familiar, el amplio salón principal, con sus arrocabes de yesería, su alfarje, su arcosolio, su inmensa chimenea… muestran el poder de su promotor. La continua aparición del anagrama IHS y las decoraciones de dormitorios con flores de lirio sobre campo azul muestran el gusto del deán.
Los usos de la casa para su rehabilitación definitiva
El conocimiento actual de la casa de José Ignacio S.G. López-Linares, nos hace replantear el proyecto y uso del que se había realizado en el 2007, recién adquirida entonces una de sus últimas segregaciones, la de la familia Zabala. La actual recuperación podrá facilitar el disfrute de los salones y cuartos a un público más amplio.
De momento y hasta que los trabajos vayan finalizándose, se preparara alguna visita guiada para que puedan conocerse los interiores de una de 1400. Además, esta vivienda quedará ya siempre unida al Museo Diocesano donde descansan algunas de sus yeserías, generando una sinergia de visitantes del espectacular museo que dirige D. Miguel Ángel Ortega.
Lo que si estamos seguros, a pesar de las dificultades y de esta situación económica que tan desorientados nos tiene a todos, es la firme determinación del actual propietario en conservar y potenciar este legado seguntino. Albañiles, restauradores, carpinteros, canteros, arqueólogos, arquitectos… damos buena fe de ello. Ildefonso Ramírez Glez. / Carlos Clemente San Román