En una retrasmisión televisiva de la F1 en el Gran Premio de Singapur del 23 de septiembre de 2012, debatían los presentadores si la Luna se encontraba en cuarto creciente o menguante, ya que “como estamos en el hemisferio Sur”, no sabían si podían aplicar las reglas mnemotécnicas habituales. Al final, el conocido Antonio Lobato sentenció que la Luna estaba en cuarto creciente “porque la Luna siempre miente”.
Veamos por qué se dice esto y si es correcto en todos los casos.
Cuando la Luna está en cuarto creciente presenta media esfera iluminada, la que se encuentra al oeste, y media oscura. Como la vemos transitar siempre de este a oeste pasando por el sur, la parte iluminada se encuentra a nuestra derecha, y nos parece una “D” (ver imagen, hemisferio norte). Por el contrario, cuando está en cuarto menguante (decreciente), tiene la parte iluminada a nuestra izquierda y observamos algo que recuerda a una“C”. Por esto se dice que miente la Luna.
Claro que, en el hemisferio sur el comportamiento es el opuesto, ya que nosotros nos habremos colocado “boca abajo” para mirar el mismo objeto en el espacio. Allí tenemos que buscarla en dirección norte. Si la Luna está en cuarto creciente, con su parte iluminada igualmente apuntando al oeste, veremos esta porción a nuestra izquierda; por lo que observaremos una “C” (ver imagen, hemisferio sur). Y lógicamente una “D” cuando esté en menguante.
De modo que la regla mnemotécnica sólo es válida en el hemisferio norte, porque en el hemisferio sur la Luna siempre dice la verdad. Con estas instrucciones sabríamos orientarnos de noche en cualquiera de los dos hemisferios. Pero ¿cómo se ve la Luna en el ecuador?
El asunto no es evidente, aunque con un poco de lógica lo podemos entender fácilmente. En la zona ecuatorial la Luna sale por el este y se pone por el oeste, como en todas partes, pero cruza el cielo prácticamente por nuestra vertical. Cuando sale en creciente tendrá la parte iluminada en el lado oeste, como ya sabemos, por lo que la veremos apuntando hacia nuestra espalda; es decir, con la barriga iluminada hacia arriba. Unas horas después, ya durante su descenso, podremos contemplar su mitad iluminada hacia abajo. En otras palabras, ni “C”, ni “D”, y más aún, presenta diferente aspecto en el mismo día (ver imagen, ecuador). En el ecuador, si la parte iluminada apunta al oeste, estará en fase creciente; si apunta al este, en menguante.
Por cierto, nuestros amigos de la tele estaban bastante despistados porque el circuito de Marina Bay en Singapur se encuentra en el hemisferio norte, aunque por poco, toda vez que se haya en la latitud 1° 17’ Norte. Entiendo que no se aclararan ya que, al estar en el ecuador y cerca del inicio de la carrera (las 22:00 hora local), la Luna se encontraba prácticamente sobre sus cabezas; así pues, no mostraba la panza iluminada hacia arriba, ni hacia abajo; aun cuando, efectivamente, el día anterior había sido el cuarto creciente.
La Luna no tiene nada que ver con nuestro alfabeto, ni mucho menos con nuestra propensión a darle un significado humano a las cosas naturales. La Luna no miente, porque ni piensa, ni sabe escribir en español; aunque podemos usar como regla mnemotécnica que, en el hemisferio norte, miente; en el sur es veraz y en el ecuador hay que saber antes si está saliendo o poniéndose. Un poco complicado.
Lo que es seguro es que, cuando la parte iluminada está en el lado oeste, la fase es creciente; y cuando apunta al este, es menguante: La Luna siempre crece hacia el oeste, como la civilización (de China a Oriente Medio, de allí a Europa, luego a America, y de nuevo a China…).
Luis Montalvo Guitart