VIAJE A LA ALDEA DEL CRIMEN
Ramón J. Sender
Libros El Asteroide
Tal vez, en honor de las jóvenes generaciones, habría que comenzar señalando que este cazurro aragonés (Chalamera, Huesca, 3 de febrero de 1901-San Diego, USA, 16 de enero de 1982), fue uno de los más brillantes escritores del pasado siglo en nuestra lengua. Autor de títulos tan intensos como Crónica del Alba, Requiem por un campesino español o La Tesis de Nancy, su obra se vio impregnada de los acontecimientos de la época y el compromiso ideológico y político que le llevó al exilio al finalizar la contienda. Su reconocido prestigio cultural, su militancia en las organizaciones anarquistas y su voluntario alistamiento en el ejército de la República al estallar la guerra civil le granjeó tal odio por parte de los nacionales, que no pudiendo apresarle fusilaron a su esposa en Zamora, donde había acudido con sus hijos a refugiarse con su conservadora familia. El exilio en Méjico y Estados Unidos incrementó su producción literaria, llegando a la obtención del Premio Planeta con En la vida de Ignacio Morel, lo que le permitió regresar a España para recoger el premio. En enero de 1933, Sender colaboraba en el periódico La Libertad, cuando ocurrieron los trágicos sucesos de Casas Viejas (hoy Benalup de Sidonia, Cádiz). Una fallida intentona revolucionaria instada por sectores de la CNT se quedó en un fracaso general, salvo en algunos lugares de la provincia de Cádiz, donde el seguimiento fue, aún irregular, de más calado. La aldea de Casas Viejas, una de las más pobres de la región vivió en sus calles un intento de asalto al cuartel de la Guardia Civil, que terminó con la entrada en la población de una compañía de guardias de asalto al mando del capitán Rojas. No solo redujeron a cenizas la choza donde se había refugiado uno de los cabecillas, el Seisdedos, con algunos familiares armados, falleciendo todos ellos, sino que, siguiendo instrucciones de sus superiores, realizaron un sanguinario escarmiento, fusilando a más de una veintena de campesinos sin justificación alguna. Estos sucesos fueron el gran batacazo de la joven República, que vio como sus ideales de fraternidad y solidaridad se iban al garete a las primeras de cambio. El periodista Sender viajó a la población al día siguiente de los sucesos, para narrarlos en forma de crónica novelada que apareció en varias entregas en el periódico, para un a año después aparecer el libro conteniendo todos los textos. Con la excelente prosa que siempre le caracterizó, Sender muestra en esta obra afortunadamente reeditada en estas fechas, una visión estremecedora de la España rural de entonces, de las aspiraciones de los desheredados de la tierra y el contraste brutal entre la imaginaria España republicana, camino de la modernización y paraíso de los ciudadanos libres, y la cruda realidad de una sociedad medieval, en que para muchos aquello no eran sino bellas palabras sin contenido alguno.