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Se acerca la Navidad, calles, tiendas y casas se engalanan con luces y adornos navideños. Es probablemente la época del año donde la naturaleza más se vincula con las tradiciones, porque muchos adornos navideños provienen de nuestros bosques. Y aunque gracias a la concienciación medioambiental la mayoría de estos adornos se compran en tiendas y viveros, sigue existiendo en muchos hogares la tradición de ir al campo a por ellos, sin ser conscientes del daño producido al medio natural. Además la mayoría de estas plantas están en peligro de extinción y están protegidas por la ley.

Las plantas que adornan la Navidad son principalmente:

Abetos o pinos, típico de culturas del Norte de Europa, fue introducido en España en 1870 y ya ha sido adoptado por casi todos los hogares españoles.

Acebo, con sus espinosas hojas de color verde intenso que contrastan con sus frutos de color rojo. Por tratarse de una especie protegida está prohibido recolectarla, pero además puede ser muy peligrosa, ya que sus frutos son tóxicos y se recomienda que no se pongan cerca de niños pequeños porque pueden llevárselos a la boca.

Muérdago, tradición escandinava, planta parásita de los pinos asociada a druidas y brujas, con la que preparaban  pócimas y hechizos de amor. Según la tradición disponer de unas ramas de muérdago trae la paz al hogar y el amor a las parejas.

En estado salvaje tanto los frutos del acebo como los del muérdago son muy importantes para la supervivencia en los meses de invierno de muchas especies animales, sobre todo aves, ya que son de los pocos frutos comestibles que pueden encontrar en invierno.

Flor de Pascua, no existe de forma silvestre en España por ser originaria de Méjico, sus hojas rojas dispuestas en forma de estrella son la clave para ser adorno navideño. Hay que manipularlas con cuidado ya que la savia, viscosa de color blanco, puede producir irritaciones en la piel.

Musgo, el que más sufre en nuestra comarca la recogida indiscriminada debido a la tradición navideña más arraigada en el sur de Europa, sobre todo en España e Italia, que se centra en los belenes. Para representar el paisaje del belén se utilizan distintos elementos vegetales, entre ellos el musgo, que al crecer pegados a las rocas es perfecto para simular prados y bordes de ríos en los belenes.

Musgo

En primer lugar puntualizar que la ciudad de Belén está situada en los montes de Judea, que es una región árida y montañosa que es considerada un desierto, lo lógico sería decorar el belén con arena y no con musgo. Pero la pregunta que debemos hacernos es:

¿Por qué no se debe coger musgo en el monte?

El musgo es uno de los primeros organismos que coloniza las rocas, pues al crecer sobre ellas modifican su superficie, formando un sustrato en el que pueden arraigar otras plantas de mayor tamaño. Cumple un papel irremplazable en el ecosistema ya que es capaz de retener hasta 20 veces su peso en agua y actúa como regulador hídrico, es decir, impide la erosión en tiempo de lluvias y libera humedad en tiempo seco; actúa como germinador de semillas de otras plantas; protege el suelo de la erosión y cuando se descompone, pasa a formar parte de él, enriqueciéndolo; y es el hogar de muchas especies de fauna, sobre todo invertebrados que son también muy útiles para la formación del suelo y como alimento de otras especies animales.

Como podéis ver el musgo juega un papel fundamental en la conservación entre otros ecosistemas de nuestro pinar y nuestros robledales y encinares. Para terminar con el tema del musgo lanzar un llamamiento a la conciencia de cada uno, para que por favor dejen el musgo es su sitio y si quieren belenes verdes que usen arena y la tiñan de color verde con colorantes.

Resaltar que la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente de Castilla-La Mancha recuerda que no se puede ni debe cortar árboles, podar sus ramas y recoger musgos u otros elementos naturales de nuestros bosques y recomienda que se compren árboles procedentes de viveros, que puedan ser replantados al término de las fiestas navideñas. Asimismo, recuerda que existen numerosos adornos artificiales sustitutivos.

Feliz Navidad y próspero año 2018 a todos los lectores y personas que hacen posible “La Plazuela”.