El pasado 31 de enero fue aprobada, por todos los grupos políticos presentes en el Ayuntamiento de Sigüenza, la moción presentada en el pleno municipal por el concejal de Izquierda Unida Domingo Bartolomé, que hacía referencia al reconocimiento del consistorio a las víctimas del nazismo y en particular a los seguntinos muertos y deportados en los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial: Vicente Lafuente Barbarroja (Sigüenza), Miguel Martín (Sigüenza), Marcos Caballo Blanco (El Atance), Julián Durante Marina (Los Heros), Patricio Jodra Durante (La Cabrera), Eugenio Santuy Martínez (Horna), Juan Estrada Viña (Moratilla de Henares), Francisco Ranz Santamaría (Riosalido), Justo Bartolomé Mínguez (Ures), Justo García Fernández (Horna) y Fidel Ramos Caballo (Carabias).

En 1939, cuando se acercaba la victoria del bando franquista, miles de republicanos españoles cruzaron los Pirineos huyendo de los fascistas. Fueron casi 500.000 personas, entre excombatientes y civiles los que cruzaron la frontera con el país vecino en unas condiciones penosas de frío y de hambre, siendo fustigados constantemente por el fuego enemigo. No podían suponer que en Francia,  el país de la libertad y de la igualdad,  serían considerados “extranjeros rojos e indeseables”. En marzo de 1939, unos  264.000 españoles habían sido confinados en campos de internamiento, en los que el hacinamiento, la insalubridad, el hambre y el frío acabaron con muchos de ellos. Al acercarse el estallido de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno francés obligó a los varones extranjeros de 20 a 48 años sin nacionalidad y beneficiarios al derecho de asilo (los españoles eran considerados apátridas) a prestar servicios para las autoridades militares francesas. Se les ofrecieron cuatro opciones: trabajar a título individual para patrones agrícolas o industriales, enrolarse en una Compañía de Trabajadores Extranjeros destinados a la fortificación de las líneas de defensa francesa, alistarse en la Legión Extranjera durante un periodo de 5 años y por último hacerlo en el Regimiento de Voluntarios Extranjeros por el tiempo que durara la guerra. Gran parte de los republicanos españoles optaron por las Compañías de Trabajadores o por pasar a la clandestinidad junto a la resistencia francesa, antes que luchar a las órdenes de un gobierno que los había despreciado y sometido a una multitud de calamidades.

Cuando se produjo la invasión de la Alemania nazi, el gobierno francés los entregó a estos trabajadores a los alemanes y otros fueron hechos prisioneros mientras colaboraban en la resistencia. Un caso excepcional y dramático, que no entra en ninguno de los dos grupos, fue el llamado “convoy de los 927”, formado por civiles (hombres, mujeres y niños) que se encontraban refugiados en el campo de Les Alliers, y que tan solo por ser refugiados españoles, fueron el primer envío de deportados que salió de Francia con destino a Mauthausen.

Al principio los deportados españoles creyeron que los tratarían como a otros prisioneros de guerra franceses, pero no podían ni imaginar el infierno al que serían sometidos. Sus familias perdieron cualquier pista sobre ellos y aunque durante años acudieron al Comité Internacional de la Cruz Roja en busca de información sobre su paradero, todo fue infructuoso. Años después conocieron que el representante del gobierno franquista ante Hitler, Serrano Suñer, fue el responsable de que pasaran de la condición de prisioneros de guerra a la rojos republicanos a los que había que exterminar (Rotspanier). La gran mayoría fallecieron de hambre, de agotamiento, fusilados, gaseados, ahorcados, apaleados, mordidos por perros amaestrados o empujados al abismo. Las formas de torturas y de asesinato diseñados por los nazis todavía nos escandalizan y ponen los pelos de punta. Es increíble que tanta gente ignorara la existencia de los campos de concentración donde se exterminaba a millones de personas, como durante décadas nos hicieron creer. Muchos miraron hacia otro lado hasta que el terror nazi también llamó a su puerta.

En los campos de concentración, fueron privados su nombre y se les asigno un número de matrícula, ya fuera tatuado en su pecho o en su brazo, o simplemente cosido en su harapiento uniforme bajo un triángulo azul con el que se identificaba a inmigrantes y apátridas, como eran considerados los republicanos españoles. El 5 de mayo de 1945 fue liberado el campo de Mauthausen por las tropas aliadas, siendo una incógnita el número de prisioneros españoles que habían “pasado” por ese infierno. Una nota remitida a el Comité Internacional de la Cruz Roja en Suiza, por un ex-interno español fue el primer informe detallado sobre el campo de Mauthausen y el destino que habían seguido miles de republicanos españoles1.

Muchas familias nunca conocieron el destino que habían sufrido sus seres queridos, aunque el gobierno francés2 y las organizaciones de españoles en el exilio hicieron un gran esfuerzo en los años 50 por informar a sus familiares. Los supervivientes no pudieron volver a España ni recobrar su nacionalidad, siendo acogidos en su mayor parte en Francia. Las listas de deportados españoles, actualmente, pueden consultarse a través de páginas de algunas organizaciones civiles o gubernamentales del gobierno francés. Ocultar y negar los hechos fue la estrategia seguida en España hasta épocas recientes, en los que se han desclasificado muchos documentos guardados en secreto durante la dictadura3. Sea el informe redactado por nuestro paisano Fidel Ramos, el que sirva de reconocimiento a los españoles que murieron o sobrevivieron a los campos de exterminio y a los se les privó de nacionalidad y de poder ser recordados durante más de 70 años.

Informe de Fidel Ramos Caballo (español) ex-interno en el campo de Mauthausen. Actualmente en el centro francés de repatriación número 2 Bregenz. Transmitido por la Delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja en St Margrethen el 18 de julio de 1945.

Los republicanos españoles refugiados en Febrero de 1939 fueron encuadrados en compañías de Trabajadores y agregados a los Batallones de Ingenieros franceses para la construcción de fortificaciones al este de la “Línea Maginot” y a lo largo de la frontera belga y la frontera italiana. Aproximadamente 70.000 hombres.

13 compañías de trabajadores españoles fueron hechas prisioneras en el cerco de Dunkerque el día 4 de Junio de 1940. Unos 3.200 hombres. 2.000 hombres fueron internados en el Stalag VIII C (Sagan-Alta Silesia) y el resto llevados al Campo de Concentración de Mauthausen.

Del Stalag VIII C fueron sacados por la Gestapo a fines del mes de Septiembre del 40 y llevados a Trier donde se hizo una concentración de republicanos que en otros Stalags estuvieron como prisioneros de guerra y por expediciones sucesivas trasladados a Mauthausen. La primera expedición de Trier salió para Mauthausen el día 20 de enero del 41. A finales del 42 llegaron a Mauthausen nuevos españoles que con los ya existentes sumaron unos 8.000. La mayor parte de estos fueron trasladados al campo de Gusen (dependiente de Mauthausen).

A comienzos del año 43 solo quedaban de estos 8.000, 420 vivos; el resto, a causa del régimen de vida en el campo, pasaron a la categoría de inválidos y eliminados por múltiples procedimientos. Al establecerse la Industria de Guerra, llegaron todavía más españoles, haciendo un total aproximado de 10.000. El día 5 de Mayo de 1945 fueron liberados 850 españoles del campo de Gusen y 300 de Mauthausen. Es decir, de un total de entradas de 10.000, dio un total de salidas de 1.150.
Todos los españoles de las Compañías de Trabajadores fueron sacados de los Stalag e internados en campos de concentración. La mayor parte lo fueron en Mauthausen-Gusen, otros en Dachau, Buchenwald, Saxenhausen, Melk, etc.
Españoles republicanos, supervivientes del sitio de Dunkerque: 4-6-40.

Stalag VIII C    De 20-6-40 a 1-9-40
Trier        De 1-9-40   a  20-1-41
Mauthausen    De20-1-41 a 17-5-45

Anterior a esta expedición llegaron a Mauthausen 800 españoles, procedentes también de Dunkerque el 15 de Agosto de 1940. Sucesivas expediciones españoles llegaron a Mauthausen-Gusen procedentes de los campos militares de Stalag XII B, Belfort y Strasbourg.

En el año 43 fueron formados en Mauthausen, Komandos especiales, y trasladados a Steyr, donde fueron destinados a la Industria de Guerra. De 3.000 españoles que fueron enviados a STEYR, regresaron a Gusen en Marzo del 45: 290.

Fidel Ramos Caballo nació en  1911 en Carabias, un pueblecito cercano a Sigüenza. En 1937 formaba parte de la Oficina Central de Enlace Radiotelegráfico del Ministerio de la Guerra, siendo militarizado con el grado de teniente del Ejército Republicano. Llegó a Mauthausen el 25 de enero de 1941 y allí permaneció hasta la liberación el 5 de Mayo de 1945 por las fuerzas aliadas. En septiembre de 1945 llegó a Suiza procedente de Mauthausen. Falleció en Francia en 1977.

“Sit tibi terra levis”.