De nuevo se presentó Santos Moreno en formación cuarteto el 1 de mayo en El Pósito de Sigüenza, aunque en realidad era un quinteto pues el estupendo guitarra segoviano Jesús Parra no estaba incluido en el cartel de anuncio, supongo que cosas de última hora. Lo cierto es que el conjunto sonaba de maravilla, la novedad del percusionista Matías López realza al grupo de una forma sutil, está ahí, y ganan mucho los ritmos. Miguel Sacristán en el piano sustituye muy bien al tristemente fallecido Toni García Flores que es imborrable de la memoria del público de Santos Moreno. Gustavo Aldrey al bajo es el compañero de siempre, todo funciona entre Santos y él. La colaboradora, ya conocida, Azucena Ribas participó en algunas de las canciones con segunda voz o solista. Javier Villaverde, como siempre, en la mesa de sonido realzó el trabajo del quinteto.
Santos fue elogiando a sus compañeros de grupo, y le felicito porque le acompañan músicos excelentes. Siempre introduciendo las canciones con gracia y mostrando lo bien que se encuentra entre sus paisanos. Fue haciendo una primera parte de música de siempre, donde se ve que disfruta y trasmite al público. El ritmo brasileño le entró muy dentro hace tiempo y lo muestra con las canciones elegidas. La canción “Besos”, a modo de ranchera, aparecerá en el futuro disco previsto y me parece estupenda, con muy buena letra.
Por supuesto no podía faltar “Veinticinco horas al día”, con una percusión muy cubana y que todo el público canturreó. Nos presentó la nueva canción “Acorde de paso” que iba en principio por ritmos brasileños y acabó en una, digamos “Marcha griega” (sic), también me gustó mucho, pero en mi opinión tiene más parecido a aquellas antiguas canciones italianas de los 60. “Que no salga el sol” un arreglo tipo bossa-nova y letra de Nacho Sanz, “Coleando”, “Puertas por abrir”, cambiando a “Quiero ser como tú” (Libro de la selva) con muchísimo ritmo en la percusión y en la guitarra de Jesús. La despedida fue con “Nos lo decimos cantando” y la propina, como era de esperar tras tanto aplauso, fue “Échame a mí la culpa” de A. Hammond, todo el público cantando con Santos y su grupo, precioso cierre. Siempre es un placer oír a Santos y a sus músicos. Hasta pronto.