Cuando dejemos de cantar en grupo los sones populares de siempre, la especie humana estará en un serio peligro. Quien canta sus males espanta.
Vanesa Muela, en su estupendo concierto de villancicos en el Parador el pasado 27 de diciembre, dijo: “El folklore está vivo en Sigüenza, al menos en Navidad”. Estoy totalmente de acuerdo. Pero no es solo Sigüenza, creo que en toda España, la única fecha del año en que participamos y cantamos todos como siempre, es Navidad. Todavía puede escucharse en las casas a la familia cantando con el acompañamiento de panderetas, zambombas, botella de anís, etc., villancicos de siempre, tal y como se hace desde no se sabe cuándo, y tanto mayores como pequeños; la música de la infancia con la familia queda para siempre y se reproduce en la nueva familia que se forme. El resto de cantos populares asociados al trabajo, al ocio o a las celebraciones en común está prácticamente olvidado por el pueblo llano, solo los “rescatadores” continúan cantando, bailando, recreando y reproduciendo en sus actuaciones aquellas manifestaciones folklóricas a modo de museo etnográfico ambulante (lo cual es de agradecer).
Cencerrones.
Pienso que cuando dejemos de cantar en grupo los sones populares de siempre, la especie humana estará en un serio peligro. Quien canta sus males espanta, y el refrán tiene razón plena, solo hay que acudir a una “ronda”, y si es la “Gran Ronda” mejor, para observar a todo el pueblo cantando en conjunto, cada uno con su instrumento, aunque sea con una botella o un almirez, dando rienda suelta en la calle, a pleno pulmón, coplas bien rimadas y jocosas, o cualquier villancico. En este mes he acudido a conciertos en Sigüenza, Soria, Madrid y Retortillo de Soria, todos ellos con la música de Navidad como eje central tanto en lo popular como en la “Música Coral Antigua”, y en ellos siempre se anima alguien a canturrear si es algo muy popular. De los acontecimientos de folklore programados este mes pasado en Sigüenza, el VII Certamen de Villancicos, que tan bien desarrollan Mari y Nacho cada año, es espectacular, pero para mí sería aún mejor si todas las “Rondas” que vienen de los distintos pueblos de alrededor, fueran haciendo recorrido por calles y plazas para converger en la Plaza Mayor y allí juntos organizar la “marimorena”; y es que si de San Vicente hubo que pasar al Pósito porque no se cabía, ahora sucede lo mismo allí, no se cabe y es una pena. La Banda de Música y la Rondalla también dan su punto navideño al mes con sus actuaciones, y este año vinieron a juntarse, de alguna manera, en Santa María durante el acto del “Pregón de Navidad” ya que estuvo a cargo de Pepe Cerezo (siempre con sus lindas coplas), presidente de la Rondalla, y la banda actuó a continuación con 10 villancicos que sonaron maravillosamente.
Actuación de la Banda de Música de Sigüenza.
Pero aunque el folklore es el auténtico protagonista musical del mes no olvidamos los conciertos programados de Navidad y de Año Nuevo, ambos con fragmentos de óperas y zarzuelas como base, el primero presentado por Bell’Arte a cargo del pianista M.A. Tapia y la soprano Beatriz Gimeno con mucho público fue un éxito y nos regalaron un par de boleros como propina; el segundo, con el título de “Collage”, viene de la mano de Manuel Valencia, pianista, compositor y actual director del coro “Voces de Sigüenza”, y las sopranos Mabel González y Chantal Garsán, promete ser igualmente bueno pero daremos cuenta del mismo en la página web (hay que cerrar la tirada impresa). Siento que cada día nos alejamos más de las cosas que realmente nos hacen humanos, que vivimos por purita inercia, sin auténticos proyectos de futuro pensados y debatidos. La música es el primer lenguaje que aprendió la humanidad, si la consumimos sin sentido ni intención y sin hacerla nuestra, se la relega al olvido y con ello poco a poco nosotros también. Nunca es tarde para arrimase a la música, aprender un instrumento, participar e intentar hacer cosas bonitas solo y con los demás. Feliz año musical 2017 que esperamos venga cargado de muchos conciertos y participaciones colectivas.