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Un momento del encuentro en el parador

El fin de semana del 25 y 26 marzo tuvo lugar en el Parador de Sigüenza el I Encuentro de Escritores, Editores y Libreros. Fue una iniciativa conjunta entre el Parador y el Ayuntamiento de Sigüenza. Está bien esta iniciativa porque, por un lado, fortalece la dimensión cultural del turismo en Sigüenza y, por otro, da más peso a la literatura en nuestra ciudad.

El nombre del “I Encuentro de Escritores, Editores y Libreros” claramente da a entender que va a haber continuidad. Esperemos que vaya cobrando su forma y su sentido. Este primer encuentro parece que pecó un poco de improvisación. El primer día intervino una decena de miembros de una asociación madrileña de escritores; el cronista oficial de Alcalá de Henares con una conferencia sobre Cisneros y terminó con un largo monólogo de la escritora Toti Martínez de Lezea, una mezcla de registro cómico con el heroico, sobre su vida como escritora “independiente”. El segundo día consistió en una especie de revista de los escritores seguntinos. 

Vicente Sánchez Moltó, cronista oficial de Alcalá de Henares, habló sobre el papel del cardenal Cisneros en el ámbito de la edición de libros. Mostró muchas imágenes y se refirió a los libros promovidos por el cardenal y especialmente a la famosa Biblia Políglota, de la que todos habíamos oído pero no todos nos imaginábamos cómo estaba realmente organizada. La conferencia marcó el principio de una serie de actos, que van a tener lugar en Sigüenza, en conmemoración de los 500 años desde la muerte de Cisneros. La escritora Toti Martínez de Lezea, cuando tuvo la palabra, en una réplica completó un poco la imagen de Cisneros recordando que por orden suya se quemaron en Granada cinco mil libros en árabe, y como apostilló, “¡no todos eran el Corán, también había libros de poesía!”.

La intervención de los miembros de la Asociación de Escritores de Madrid (AEM) se dividió en tres apartados: relato, poesía y novela. Muchos son escritores semiprofesionales (como dijo uno de ellos: “Soy funcionario y soy poeta”). Los que se especializan en relatos y poemas leyeron sus obras acompañándolas de algún comentario. Los novelistas simplemente presentaron brevemente sus libros. Lo que ahora se suele llamar feedback –la reacción del interlocutor– solo tuvo lugar durante la pausa para el café, cuando los escritores confraternizaron con el público. Ahí sí surgieron preguntas e intercambio de opiniones.

Tal vez, hubiera sido más provechoso haber organizado este evento como un diálogo entre los escritores y el público. Eso se hizo más evidente cuando empezó a hablar la ya mencionada Toti Martínez de Lezea, una mujer vasca, alegre y enérgica, autora de más de veinte novelas históricas y otras tantas infantiles. Tocó una cantidad de temas muy interesantes, como: ¿Puede un escritor vivir de su oficio al margen de la gran “industria” del libro? ¿Qué peligro tiene encontrarse dentro del marketing editorial? ¿Qué es realmente el éxito de un escritor? ¿Cómo se ganan lectores?, etc.  Hubiera sido interesante conocder las opiniones de los escritores de AEM y a lo mejor también del público (es decir, de los lectores).

Por cierto, el Parador desde hace poco promueve una serie de encuentros con escritores en otro formato, las “Noches literarias”. Allí solo hay un protagonista, un escritor de cierto renombre. Está bien que al mismo tiempo las puertas del Parador estén abiertas a escritores que no son conocidos pero que no quiere decir que no sean interesantes o por lo menos que no pueda producirse el “flechazo” con algún lector.

El día siguiente en la misma sala del Parador se reunieron escritores seguntinos. Eran 17 y, contando con algunos familiares y participantes del día anterior, prácticamente formaban también el público. Participaron Pedro Olea, Juan Carlos García Muela, Marcos Nieto, Jesús de las Heras, Jorge Torres, Juan Antonio López, Ramón Minguillón, José Esteban, Fidel Vela, Carlos Baltés, Bernadetta Raatz (Bernadetta habló sobre la relación entre música y literatura), José María Martínez, Javier Oliva, Iván Martínez, Javier del Castillo, Emilio Fernández Galiano y José María Cañadas.

Los organizadores, o más bien las organizadoras, la concejala de Cultura, Sonsoles Arcones y la cronista oficial de Sigüenza, Pilar Martínez Taboada, se esforzaron para conseguir reunir a todas estas personas pero, en cambio, tomaron una senda demasiado fácil cuando plantearon a los participantes, como tema de las intervenciones, su relación con Sigüenza. Así que a lo largo de dos horas dominó, con algunas excepciones, el tono laudatorio-nostálgico sobre la ciudad, que tan bien conocemos todos. Pero los que pensábamos enterarnos mejor del trabajo real, de sus publicaciones y de los temas que interesaban y que interesan ahora a cada uno de estos personajes (¡porque cada uno de ellos sí que es un personaje!), no avanzamos mucho. Esperemos que esta cuestión se solucione en futuros encuentros.

Ediciones de La Plazuela - El Afilador

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