Madrid Hot Jazz Band. 29 de abril. Escuchar los sonidos del jazz de hace 100 años es un salto en el tiempo, y sin embargo siguen gustando como siempre, es música que nos ha acompañado en discos, películas, anuncios, etc, a lo largo de toda nuestra vida, es parte de nuestra piel, claro, lo bueno permanece. Este grupo, fresco y con solo dos años en circulación, no dejó que se nos quedaran los pies quietos, ellos tampoco, y todo con sonidos de New Orleans de entre 1910 y 1950 (dixie) que es el tipo de jazz primigenio que hacen. Todos sus miembros conjuntan perfectamente y hacen solos deliciosos de variaciones sobre el tema, pero es que además su cantante Errukine Olaziregi es una voz acoplada al sonido de aquella época, es más, cuando saca el megáfono o “amplificador para manifestaciones callejeras”, la voz se transforma y parece que escuchas un disco de pizarra de los de entonces ¡genial! El núcleo instrumental estable del grupo lo forman el saxofonista Daniele Grammauta, el clarinetista Marcos Prieto (me encanta) y el banjista Daniel Cabrera, la tuba, el contrabajo, el trombón o la trompeta también se suman (al menos en algunas piezas de los dos discos publicados) dando un sonido más de Nueva Orleans que con el contrabajo que en esta ocasión ha venido a acompañarlos (muy bueno también); la percusión con la batería o el “washboard” (tabla de fregar) completa el grupo. El público se divirtió de lo lindo, incluso por la parte de atrás había gente bailando y resulto muy grato ver niños en este concierto. Para cerrar acabaron bajando del escenario con “When the saints go marching in” y mezclándose con el auditorio hasta llegar a la salida. Fantástico final.
Una opinión muy personal: siendo música tan marchosa, al grupo le falta que alguno de ellos se ocupe de los silencios entre piezas, bien sea contando algo sobre su formación o anécdotas sobre este tipo de música, se ve que al estar muy acostumbrados a tocar en la calle, donde eso no es para nada importante y es perder el tiempo (el público va cambiando permanente), no se han percatado o nadie les ha pasado el mensaje, sin embargo, para estar en una sala de música lo veo imprescindible, no se pierde el ritmo en esos intervalos de silencio musical y se mantiene cautivada a la audiencia.
Miguel Sacristán Trío. 30 de abril. Una sesión tranquila, piano, contrabajo y voz; ritmos suaves, desarrollos lentos, versiones estiradas, en definitiva “softjazz”, solo es una opinión, a mucha gente del público les pareció una soberbia actuación, escuchamos algunos “bravo”. Digo lo del “soft” porque para mí fue un poco blandito todo, ¡ojo!, los músicos Miguel Sacristán (piano) con un amplio historial en el pop español y Gonzalo Sánchez (contrabajo) son de los buenos y la cubana Ileana Hernández tiene una voz con muy buenos registros (sobre todo los medios) y alcanza notas altas con garantía al igual que algunas bajas, lo único es que personalmente me parece una voz aún por definir, por tener su propio carácter. Escuchamos obras de todo tipo de mediados del siglo XX y algunas más antiguas.
Oímos cantar en francés (La vie en rose), en chino (Quizás, quizás, quizás), en español (Bésame), en italiano (Il mondo) y el resto en inglés, canciones muy conocidas y cantadas por todos los/las grandes: “Dream a little dream of me” , “I like men”, también uniendo “In the still of the night” con “I’ve got you under my skin” de Cole Porter, con Nat King Cole y “Straighten Up and Fly Right” o “Road 66” de Bobby Troup grabada por el Nat King Cole Trío y convertida posteriormente en “rock and roll” con Chuck Berry o The Rollimg Stones, y, como no, George Gershwin con el foxtrot “They can´t take that away from me”, gran versatilidad. Con un total de 14 piezas y una propina solo eche en falta haber podido tomar una copa como si realmente hubiera estado en un club.
Gonzalo Alcaín and the Silver Band. 1 de mayo. El cierre del festival ha sido una delicia, una banda muy bien conjuntada con sonidos de “Big Band” (siendo tan pocos), claro que cuentan con el magnífico pianista Riky Padilla, el dúo formado por el saxo y la trompeta (Ernesto Milán y Javier Martínez) que tan bien se compenetran, y sumemos luego al batería y al contrabajo (Carlos Sosa y Oscar Fernández), dando en suma un conjunto de muy buen sonido. Pero lo más importante es el cantante Gonzalo, auténtico crooner y todo terreno interpretativo, es capaz de cantar con voz muy personal una infinidad de temas, desde éxitos interpretados en su día por sus ídolos Frank Sinatra, Sammy Davis Jr, Tony Bennett, Elvis Presley, etc a temas de películas musicales como El mago de Oz, Mary Poppins, Grease, etc.
Su voz es mucho más que convincente, es hermosa, está perfectamente equipada y controlada en todo momento, lo dicho “un gran cantante” con un futuro que ya está aquí. En su opinión todos los grandes tienen algo que ver con el jazz, todos ellos. A mitad de concierto nos tenían reservada una sorpresa en forma de voz, Irene Alman, otra cantante con grandes registros, voz limpia y timbrada, que junto a Gonzalo hicieron un par de piezas casando sus voces y arrancando grandes aplausos del público. Al finalizar el concierto Irene y Gonzalo nos ofrecieron “Unchain my heart” de Ray Charles donde Irene desplego su poderosa voz con ese color negro para acompañar a Gonzalo. Tras diecisiete canciones, yo creo que él habría seguido toda la noche. Deseo mucha salud y larga vida al festival agradeciendo su presencia a Paco Mejorada, encargado de la programación. Estoy seguro de que volveremos a verlo por estos lares, y seguiremos deleitándonos con esa preciosa voz.
Como siempre el sonido estuvo perfectamente controlado por Javier Villaverde. Sigo insistiendo en la necesidad imperiosa de que funcionen las cortinas o que se instale un telón automático y que se mejore la iluminación.