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Si en enero de este año la junta local de la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer) de Sigüenza ofrecía el concierto “Antología de Ópera y Zarzuela” con fin recaudatorio gracias a un grupo de músicos reunidos en torno al barítono Fidel-Nicolás Lolo Romero (biólogo investigador del cáncer), el 27 de mayo logró traer a este grupo de 6 voces formado en 2011 y pertenecientes al Joven Coro de la Comunidad de Madrid donde Celia Alcedo (soprano) era la directora, cuyo fin es ayudar a las causas benéficas y a los más necesitados. Tras unas palabras de bienvenida de la concejala de cultura Sonsoles Arcones, el pintor Emilio Fernández-Galiano presentó el concierto y atinadamente registró las siglas AECC en varias palabras de su cosecha, la A de ayuda y amor, la E de esperanza, la C de ciencia y la última C de confianza.

El grueso del concierto vino de la mano de los seis tenores pero intercalaron tres apariciones operísticas de la magnífica soprano Celia Alcedo como se pudo comprobar por ejemplo en su última pieza O mio Babbino caro de G. Puccini, donde alcanzó toda la belleza del aria con su preciosa y trabajada voz. Por su parte los tenores cantaron todo tipo de música, tango, jazz, pop-lírico, bolero, balada, musicales, eso sí, piezas que todos reconocemos por ser grandes obras del siglo XX y actual, Bésame mucho, Aleluya de L. Cohen, Thesound of silence, Caruso, No dudaría, América, América de Nino Bravo, Noches de blanco satén, El día que me quieras, Memory y así hasta 15 canciones. Al final, Vivo por ella la cantaron con Celia y la verdad que este tipo de música no es para ella. De los tenores, las voces de tres de ellos me encantaron por su color, fraseo, timbre, colocación, en fin todo. El conjunto de solos, dúos, tríos y “tutti” resultaron muy bonitos; como pegas, el tango de Gardel que no me convenció, a veces las segundas voces tapando mucho a la principal y por último, en ocasiones, un cierto exceso de volúmenes. El pianista Brais García Maceiras acompañó estupendamente a los cantantes, acoplándose siempre a ellos. La propina final fue el O sole mio en plan de romper el aire con toda la potencia de las seis voces, haciendo así apoteósico el final. El aforo casi se completó, el público entusiasmado en todo momento, las ovaciones enormes, en fin un éxito total. Nos resultó un poco raro que cantaran con micrófonos pero todo tiene su explicación: en principio se habían preparado para actuar en la parroquia de Sta. María por lo que usaban un teclado electrónico en lugar de piano que allí no hay, y por tanto amplificación para las voces; al no conseguir el beneplácito de las autoridades eclesiásticas para el concierto, se decidió que fuera en el Pósito, pero ya estaba todo ensayado con amplificación; habría sido interesante escuchar las voces naturales con el piano. La junta de la AECC de Sigüenza puede estar muy orgullosa de sus logros por sus denuedos, gracias.

Nota: Sería muy bueno arreglar y mejorar ciertas cosas en El Pósito, de manera que funcionen las cortinas (largo tiempo demandado), se instalen luces adecuadas para el escenario, y se ponga calefacción en la zona de camerinos y servicios. Los artistas y el público lo agradecerán.

Ediciones de La Plazuela - El Afilador

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