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Hace casi un año del primer concierto de título MÚSICA POSITIVA y la directora Elisa Gómez ha querido repetir (y suponemos que así será cada año) esta gran labor de generosidad musical, implicando en esta ocasión a otras 160 personas igualmente generosas, unas cantando y otras tocando con el mismo fin, recaudar fondos para la Fundación NIPACE (niños con parálisis cerebral). Elisa, en su último artículo en Diario16, dentro de su sección “La batuta suena”, escribía: “Proyectos de esta índole implican la valiosa enseñanza de que existe la diversidad y fomentan la empatía con respecto a personas y colectivos que sufren la exclusión o la vulnerabilidad social, contribuyendo a una dinámica de normalización y promoviendo la consecución de ayudas económicas que facilitan el acceso a los recursos necesarios para mejorar la calidad de vida de quienes lo necesitan. Proyectos de esta índole enriquecen la sociedad y nos invitan a ampliar nuestra mirada, haciéndonos más tolerantes, plurales y solidarios”. 

El concierto tuvo dos partes con siete piezas en cada una de ellas, muchas con arreglos de la propia directora; en general escuchamos canciones muy actuales y básicamente norteamericanas, junto con algunas británicas,  de Queen y el gran Freddy Mercury, también de Mika, de Adele, del holandés Jacob de Haan, y el “Hallelujah” del canadiense Leonard Cohen que fue el cierre con imágenes proyectadas de la fundación y sus niños. La orquesta reunida resultó de un magnífico y equilibrado sonido, de verdad que muy reseñable, con un gran pianista (Manuel Pacheco), con secciones: de cuerda  (reseñable en algunas obras) incluyendo violines, viola, violonchelo, contrabajo, guitarra y bajo eléctricos, de viento (estupenda agrupación la reunida para la ocasión) muy controlado en sus volúmenes y balances, y de percusión (toda en manos seguntinas: Ricardo, Paula e Irene) estupenda siempre. El coro y la escolanía Ciudad de Guadalajara sonaron francamente bien, si bien, al ser agrupaciones tan grandes, los fraseos no fueron lo suficientemente claros. El resultado de la música, con proyecciones sincronizadas, hizo que el tiempo transcurriera sin darnos cuenta y así llegar al final, tras el agradecimiento a la directora por parte del director de la fundación con el obsequio de un ramo de flores, la ovación del público (aforo completo, 1024 butacas), consiguió la propina que sin acabar la pieza volvía a recoger los aplausos. Solo caben elogios para la gran labor de la Fundación NIPACE, de la directora de la Sociedad Musical de Guadalajara Dña. Elisa Gómez Pérez y de sus 160 músicos de esta ocasión.  Enhorabuena a todos, gracias.

Ediciones de La Plazuela - El Afilador

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