Empezamos el otoño con el encuentro de dos coros que, por afinidad de algunos de sus miembros (de uno y otro coro) con la asociación, se pusieron de acuerdo para acudir a Sigüenza y recaudar fondos de forma desinteresada con el concierto. Con el Pósito lleno y empezando por guardar un minuto de silencio por la muerte de la gran cantante española Montserrat Caballé, recibimos al Coro Garoé de Madrid que ya estuvieron en abril del año pasado en la Parroquia de San Pedro con 8 piezas para la misa, y después, con un recital variado de música coral, algunas de cuyas piezas volvimos a escuchar en esta ocasión. Raúl Barrio Alonso, su director, presentó cada uno de los bloques, así escuchamos piezas del renacimiento y barroco, populares, iberoamericanas y del siglo XX. Puede que por menos programadas, las que más me gustaron fueron: “Peccantem me quotidiae” de C. Morales, “Se equivocó la paloma” y “En los surcos del amor” de C. Guastavino y “Te quiero” de M. Benedetti con música de Favero y arreglo para coro de Cangiano.
Tras la estupenda primera parte, la Coral de la Facultad de Filología de la Universidad de Barcelona (un poco largo), digamos Coral F. F. U. B. a partir de ahora, resultó el contrapunto pues salvo el aria de “Lascia qu’io pianga” de Rinaldo de Haendel, el resto fueron coros de óperas italianas (y una francesa) donde pusieron de manifiesto su buen hacer, resultando muy aplaudidos por el público. Para mostrar que hacen también otras cosas, siguieron con “Jabberwocky” de Sam Pottle sobre el extraño poema de Lewis Carroll, pieza difícil y muy bien llevada que no conocía, el bolero de Cesar Portillo “Contigo en la distancia” y “L’Empordá” de Enric Morera sobre texto de Joan Maragall; fueron acompañados al piano por Juan Diego Fidalgo y dirigidos con maravillosa técnica y resultado por Óscar Salvador. En definitiva entre uno y otro coro más de veinte piezas, pero quedaba escuchar a los dos coros juntos (casi cincuenta cantantes) para lo que habían preparado “Tourdion”, pieza anónima francesa de taberna y vino que dirigió R. Barrio y “Cantares” de J.M. Serrat que dirigió Óscar Salvador. Una buena ovación tras recoger las placas de recuerdo hizo que todos juntos, con un director al piano y el otro dirigiendo, cantaran “Aleluya” de Leonard Cohen. Me gustaron tanto los grandes contrastes de volumen y el ánimo distinto para cada pieza de la Coral F.F.U.B. que hablando posteriormente con Jaro (uno de sus miembros) y saber que cantarían al día siguiente en Anguita (razón que facilitó el encuentro en Sigüenza) me fui a escucharlos en la misa de 12 en la festividad de Nuestra Señora de la Lastra- Virgen del Rosario, la patrona, encontrando a unos cuantos seguntinos que son de allí, un cura párroco que es para oírlo y una actuación de piezas sacras muy bien interpretadas que culminaron en el “Aleluya” del Mesías de Haendel.
Enhorabuena a la asociación por este encuentro, ha sido estupendo.