La catedral fue la protagonista indiscutible del Aula de Arte de “Sigüenza Universitaria 2019”. No podía ser de otra manera en el año en que celebramos el 850 aniversario de su consagración. Un año significado por el papa Francisco con la concesión de un jubileo. Para contribuir a esta celebración tan singular dediqué mi conferencia de este curso a reflexionar sobre el papel de nuestra catedral en la historia del arte español. Para ello recordé las diversas ocasiones en las que el templo catedralicio de nuestra ciudad y sus joyas artísticas fueron protagonistas de las clases de mi carrera de historiadora del arte. Una pequeña síntesis de mi exposición es la que expongo a continuación.
Maqueta romanica de la catedral, expuesta en el Museo Diocesano.
Como primer ejemplo, y el más directamente relacionado con el 850 aniversario que hemos celebrado, recordé que tanto en las clases de arquitectura románica como en las dedicadas a la arquitectura gótica la catedral seguntina fue analizada por mis profesores por la singularidad de haberse construido en el periodo de transición entre ambos estilos. Es decir, por ser un templo que nació románico a mediados del XII, impulsado por sus primeros obispos cluniacenses, y que a partir de finales de dicho siglo se convirtió en gótico, en un principio por la influencia del nuevo espíritu cisterciense de austeridad que defendieron los prelados del momento. Esta trasformación de la catedral seguntina ha sido plasmada de forma magnífica en las maquetas de las dos fases de la exposición “Fortis seguntina”, una dedicada al periodo románico y la otra al periodo gótico de la fábrica catedralicia. Exposición que todavía hoy podemos admirar en el patio del Museo Diocesano de Arte Antiguo de nuestra ciudad.
Efigie de Martín Vázquez de Arce.
Martín Vázquez de Arce, el Doncel, fue protagonista clave de las clases de escultura gótica de mi época y lo sigue siendo en la actualidad. No en vano muchos de los profesores del Departamento de Arte de la Facultad de Geografía e Historia de la Complutense de Madrid eran y son especialistas en esta materia y dedicaron y dedican parte de sus investigaciones a esta joya de la escultura funeraria que ha dado el nombre geoturístico a nuestra ciudad que es conocida en el mundo entero como “La ciudad del Doncel”. En próximas fechas podremos conocer directamente algunas de estas investigaciones recientes.
Altar de Don Fabrique y de Santa Libada.
En las clases de Renacimiento la catedral de Sigüenza volvía a ser protagonista pues en ella se podían analizar las primeras portadas de este estilo en nuestro país, tanto en la nave del evangelio (capilla de la Anunciación) como en algunas de las dependencias del claustro. Pero sobre todo se convertía en protagonista absoluta al analizar las obras iniciales de una de las figuras señeras del Renacimiento español, Alonso de Covarrubias. Me estoy refiriendo al Altar de Santa Librada y al Mausoleo de don Fadrique de Portugal, que en este año han brillado con luz propia por su espectacular restauración. Al diseño de Covarrubias se debe también la Sacristía de las Cabezas, otra de las obras que se mostraban en mis clases al analizar los inicios del Manierismo, perfectamente plasmado en nuestra catedral tanto en la Sacristía de las Reliquias como en la girola.
Altar de la Virgen de la Mayor.
En las clases de escultura barroca, al analizar la evolución de los retablos de la época, mis profesores pusieron como ejemplo dos de los retablos de la catedral, el del altar Mayor, de Giraldo de Merlo, para hablar de los que se alzaron a principios del XVII, vinculados aún al espíritu de la Contrarreforma, y el altar de la Virgen de la Mayor, de la segunda mitad del siglo, expresión clave del barroco pleno en el que destacan sus columnas salomónicas.
Tapices flamencos de la Catedral
Curiosamente en las clases de entonces mis profesores nunca me hablaron de tapices. Y por ello no pudieron destacar la singularidad de las dos series de tapices flamencos propiedad de la catedral seguntina recientemente restauradas y puestas en valor. En ellas se puede estudiar a la perfección el clasicismo barroco francés ya que fueron diseñados por el pintor galo Charles Poerson. Pero si me hablaron, dentro de la clase dedicada al arte de la Ilustración, de la magnífica portada sur catedralicia, la famosa puerta del Mercado, mandada alzar por el obispo ilustrado Juan Díaz de la Guerra frente a la plaza Mayor abierta por orden del Cardenal Mendoza a finales del XV.
Como he dicho al principio, este artículo es tan solo una síntesis de la clase impartida este año en Sigüenza Universitaria y que tendrá su continuación en las próximas Jornadas de Estudios Seguntinos, por ello me he dejado en el tintero otros muchos ejemplos que traté y que fueron también protagonistas de la historia del arte español.
Dra. Pilar Martínez Taboada
Profesora titular del Departamento de Arte de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid y Cronista Oficial de Sigüenza.