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El concierto se anunció como: Conexión viva de cuatro elementos, y ya lo creo que lo es, viva, viva y de cuatro fantásticos elementos saxofonistas. Si cuando vinieron en 2019 nos sorprendieron gratamente, desde entonces se han convertido en más músicos, con más premios importantes y con un entusiasmo desbordante, de manera que han vuelto a triunfar merecidamente. Un grupo de saxofones no es habitual dentro de los conciertos de cámara, y maravilla el sonido tan especial de esta agrupación, en la que destaca no solo su interpretación sino también los arreglos propios sobre piezas clásicas como tuvimos el placer de escuchar. Lo primero que ofrecieron fue una de las primeras obras (1.938) para cuarteto de saxofones de E. Bozza, tras el “andante”, presentado en escena con salida gradual de Ismael (tenor), Javier con el soprano y para acabar con Ángela (alto) y Raúl (barítono), ya recibieron aplausos -a que esperar- y con el “scherzo”, tan bonito, una ovación. Nos presentaron luego “Ciudades” un trabajo más novedoso (2.010) de G. Lago, holandés, donde viajamos por seis ciudades del mundo que inspiraron al compositor en su visita; de no saber el nombre de la ciudad previamente no adivinaríamos de cual se trata, sin embargo es algo descriptivo para el compositor y para el escuchante cuando lo sabe; es una obra larga, técnicamente exigente y que incorpora sonidos percusivos muy interesantes, pero para este cuarteto tan solo se trata de un reto magníficamente interpretado. Las dinámicas soberbias hasta rozar lo inaudible tras venir de volúmenes máximos.

Sin estar dividido en partes, el concierto entró en otra fase pues dejábamos autores extranjeros y pasamos a españoles. El primero fue J. Turina, una obra para piano de 1.919: “Danzas Fantásticas” que en una transcripción realizada por el cuarteto para sus saxofones, lograron algo increíble, soberbio, que merece la pena totalmente. Tanto la jota aragonesa, el zorzico vasco o la farruca andaluza, que son los tres tiempos en que se divide, sonaron sin detrimento alguno de la obra, consiguiendo una joya de versión. Los aplausos no pararon y es que escuchamos algo maravilloso realmente. El otro español elegido fue el gran saxofonista navarro Pedro Iturralde; su pieza de 1.949 “Pequeña Czarda” es un clásico para cualquier saxofonista, según nos contó Raúl, que interpretada por los cuatro brillaron tanto en los lentos como en los super-rápidos típicos de estas danzas húngaras. Bravos y ovaciones cerraron aquella interpretación pero el público no estábamos por irnos, así que nos regalaron una propina genial, sorpresa (como dijo Javier), una mini obra para saxofones hasta su mitad y luego una pura expresión de sonidos percusivos y onomatopéyicos a cuatro voces y ocho pies, ¡menuda versión!, pura energía, se trataba de “Patchwork” de Philippe Geiss. Después de todo aquello, solo te queda decirte y comunicar a quien pregunte, que tuve la suerte de asistir probablemente al mejor concierto de la temporada seguntina. ¡Bravo Synthèse!, gracias por vuestra música. Gracias Bell’Arte.

01 Andante de Eugène Bozza.MOV

04 propina Patchwork de Philippe Geiss.MOV

Nota.- Sigo solicitando para el Pósito, tras haber cumplido con creces más de diez años de exhaustiva utilización, un telón que funcione, una ampliación de la escena, unas luces que no martiricen al público y un repaso general de butacas. Ahora que parece que hay dinero para todo, quizás sea llegado el momento.

Synthèse Quartet

Bell’Arte Europa.

21 de mayo de 2022. El Pósito.

 

Sajor

 

Ediciones de La Plazuela - El Afilador

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