Recordé cuando hace dos años nos ofrecieron el último concierto, era el primero que se permitía con público en la pandemia, solo el 30 % del aforo y Laurence con mascarilla (como el público), una imagen un poco triste del patio de butacas pero volvíamos a escuchar música en directo y ellos nos hicieron disfrutar.
Para esta ocasión el título era de lo más adecuado, la primera parte con piezas sacras y la segunda con mundanas.
Laurence Verna, piano y Javier Recio, barítono en El Pósito.
Después de arrancar con Bach ¡menudo comienzo!, pasamos a Haendel y esa pieza del oratorio Semele la cantó tan bien que me llegó muy adentro; con Vivaldi tuve un pequeño respiro para llegar a una soberbia interpretación de “It’s enough” del oratorio Elías de Mendelssohn, Javier estuvo magnífico no solo cantando, también actuando como en una ópera, los gestos del cansancio de la labor encomendada al profeta, que pide a Dios que acabe ya con él y le lleve, no necesitaron de vestuario especial, una delicia total. La última pieza (de C. Gounod) “Repentir” también me gustó. Los aplausos, que ya habían sido numerosos entre las obras, acabaron en ovación para hacer un descanso.
La segunda parte ceñida a dos compositores abandonó temas tan serios y disfrutamos de 8 melodías de Reynaldo Hahn, maravillosamente interpretadas, acabando con la muy escuchada “A Chloris” donde el piano tiene un papel muy destacado con esa melodía recurrente mientras el cantante nos habla de amor; Xavier Montsalvatge y sus cinco canciones negras era el broche final donde Javier siguió cantando y actuando con todo su arte, una maravilla. Los aplausos tan persistentes obligaron a una propina y nos ofrecieron “Allerseelen” de Richard Straus, el público, de pie, no cedíamos en la ovación pero no conseguimos más. Se metieron al público en el bolsillo de verdad.
Laurence Verna, piano y Javier Recio, barítono en El Pósito.
Grandísimo concierto el que nos ofrecieron, Laurence perfecta en el piano y Javier soberbio con un color de voz, una técnica y un gusto que lo elevan poco a poco hacía los grandes. Es muy de agradecer esos comentarios previos a la interpretación que nos situaba mucho mejor para escuchar cada pieza, estoy seguro que todo el público te lo agradece, como yo, Javier.
Gracias Laurence y Javier, gracias Bell’Arte, ha sido algo perfecto para empezar la VI Semana de la Música.
Nota.- Nos apena el fallecimiento de Domingo Bartolomé Pinar, vecino de Sigüenza, socio de Bell’Arte, violinista y profesor, integrante y fundador de la Asociación Grupo Musical Seguntino, mecenas de los cursos “Jovenes Pianistas” de Bell’Arte, infatigable luchador por la música en nuestra ciudad, asiduo de todos los conciertos, casi con butaca propia en el Pósito (se podía poner una pequeña placa en esa butaca). Desde aquí siempre en nuestro recuerdo.