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Doña Blanca de Borbón, esposa de Pedro I el Cruel, que estuvo recluida en el castillo de Sigüenza entre 1355 y 1359, es la figura alrededor de la que se celebran las Jornadas Medievales de Sigüenza. 

Blanca de Borbón

Y era blanca y rubia y de buen donaire y de buen seso. (Crónica del rey D. Pedro.)

I

Muy ronco silbaba el viento

Contra torre gigantesca,

Cual si todo el ornamento

De su labor arabesca

Diese voces de tormento.

 

Que si en plácida armonía

Sus arpas eolias suena

Céfiro de la alegría,

Canta el aquilón su pena

Que es el son de la agonía.

 

Es el soplo del invierno,

Es el silbo del traidor,

Voz del padecer eterno,

La rabia del desamor

Y el gemido del infierno.

 

Mas si sobre el cornisón

Do nacen yerbas perdidas,

Callando su indignación

Pliega el viento alas dormidas

Que de escarcha y nieve son,

 

Oyese este triste acento

De mujer allí encerrada,

Como el ¡ay! De abatimiento

Del naúfrago en mar salada

Que anuncia el postrer momento.

 

II

El tálamo sin amor

Es un lecho de cuidados

Donde sufren su dolor

Dos que fueron ayuntados

Por un siervo del Señor.

 

En tan dura situación

Vierten sobre su cadena

Lágrimas con profusión;

Mas son lágrimas de pena,

No de mutua compasión.

 

Sin amor son desventuras

Los festines y conciertos

Y luto las colgaduras

Y sudario de los muertos

Las nupciales vestiduras:

 

Es pésame el parabién

Y hay un gusano traidor

Que punza como el desdén

Escondido en cada flor

Que ciñe la fresca sién.

 

Vió la luz que al alba brilla

Dos coronas en mi frente:

De himeneo y de Castilla,

Una de piedras de oriente,

Otra del amor, sencilla.

 

Eran en extremo bellas;

Un sol contempló las dos

Y otro sol me vio sin ellas,

Que fué voluntad de Dios

O rigor de las estrellas.

 

Tuve una rival dichosa:

(Mucho alaban su embeleso);

Tal vez la hizo más hermosa

Del rey suspirado beso

Que no mereció su esposa.

 

Con ser padres de la grey

Mal, los prelados fallasteis;

Que contra la santa ley

Nuestros lazos anulasteis

Por un vil temor al rey.

 

Porque no debe el temor

Del palaciego venal

Buscar asilo interior

Bajo el rico pectoral

De un obispo, de un pastor.

 

Si tuerce amor desreglado

Regio cetro alguna vez,

Jamás ministro sagrado

Por pasión o timidez

Tuerza el báculo dorado.

 

Esto se oyó del lamento,

Pues cansado de dormir

Sus alas agitó el viento

Que sordo empezó a mugir.

 

Después nada se escuchaba,

Pues fue muerta en su prisión

La hermosura que lloraba, 

Que era Blanca de Borbón. 

 

Poesía de Juan Arolas Bonet, (1805-1849) escolapio, nació en Barcelona. Poeta romántico, entre sus escritos de temas medievales tiene entre su obra este poema dedicado de doña Blanca de Borbón. 

 Lápida de doña Blanca de Borbón.

Lápida sepulcral de Blanca de Borbón en el convento de San Francisco de Jerez de la Frontera.

CHR. OPT. MAX. SACRUM. DIVA BLANCA, HISPANIARUM REGINA, PATRE BORBONICO, EX INCLITA FRANCORUM REGUM PROSAPIA, MORIBUS ET CORPORE VENUSTISSIMA FUIT: SED PRAEVALENTE PELLICE, OCCUBUIT JUSSU PETRI MARITI CRUDELI, ANNO SALUTIS 1361, AETATIS VERO SUAE 25.

Consagrada a Cristo Sumo Bienhechor y Todopoderoso Señor Nuestro, Doña Blanca Reina de las Españas, hija de Borbón, descendiente del ínclito linaje de los reyes de Francia, fue grandemente hermosa de cuerpo y costumbres, mas prevaleciendo la manceba, fue muerta por mandato del rey D. Pedro I el Cruel su marido. Año de Salud de 1361. Siendo ella de 25 años de edad.

 

Ediciones de La Plazuela - El Afilador

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