Son muchos los conciertos habidos en Sigüenza en julio y agosto a los que hubiera acudido con gusto y de los que algo habría escrito seguramente, pero al no estar en la ciudad me he acoplado a lo que me venía al paso. En verano la música siempre nos acompaña, de manera que uno puede encontrar gran variedad de programación por toda la geografía.
Dentro de un ciclo de Música Antigua organizado por El Cabildo Catedralicio de Zamora pude escuchar al magnífico laudista Paul O’Dette en el trascoro de la catedral adecuadamente preparado para el evento. El aforo completo (unas 150 personas sentadas) embelesados en dicho entorno, gozamos con su interpretación de piezas escogidas de J.S. Bach. Bajo el nombre de “DOMOMUSICAL” el Cabildo ofrece cada concierto en un espacio diferente dentro de los muros de la catedral y se pueden reservar las entradas por internet en su página domomusical.es.
También he tenido la suerte de escuchar los conciertos programados en el IV Festival Internacional de Música de Piantón (en la foto), que tiene la singularidad de celebrarse en este pequeñísimo pueblo pedanía de Vegadeo (Asturias), vamos, algo así como si se celebrase en Pozancos, por poner un ejemplo. El empeño de unas pocas personas y el entusiasmo de sus habitantes logran reunir durante una semana a jóvenes intérpretes de entre 12 y 25 años; los acogen los propios vecinos en sus casas, las comidas se las da el restaurante de allí (Casa Jano) y tras las mañanas de trabajo ofrecen por las tardes conciertos en la plaza o en el interior de la modesta iglesia, cuando llueve. Los organizadores buscan también intérpretes que sean hermanos para tocar juntos, como en el caso del concierto que escuche de un chelista de 15 años con su hermana violinista de 13, tocando con apreciable gusto y destreza. Resultaron cuatro tardes deliciosas. Disponen de su página en facebook “Piantón 2014, Festival Internacional de Música”.
Otra oportunidad se presentó en el parque de Castropol (Asturias) con “Un Cuento Musical al Aire Libre”, experiencia en la que niños y mayores participamos con la narración del famoso cuento “Garbancito” acompañado con música en directo; al término, entramos en el teatro del casino donde el dúo “Contrastes Barrocos”, conjunto formado por viola de gamba y tiorba, interpretaron obras de autores del siglo XVI y XVII demostrando cómo se pueden acoplar ambos instrumentos. El sonido fluyó suavemente entre las paredes del recoleto teatro decimonónico, con sus pinturas alegóricas en el techo, sus cortinones y sus ventanales al parque.
Pero el folklore tiene gran fuerza, y en verano podemos toparnos con multitud de conciertos, así me ocurrió con Luis Pedraza en Cogeces del Monte (Valladolid), pueblo cercano a Peñafiel, donde en su auditorio municipal multiuso recibimos una interesante clase-concierto con instrumentos populares de las distintas comarcas de Zamora para acompañar al canto. Este folklorista zamorano es profesor, divulgador y multi-instrumentista, y me recordó mucho a nuestra estimada Vanesa Muela.
Ahora, ya de vuelta en Sigüenza, me esperan atractivas ofertas para terminar el verano.