La Plazuela en las redesVideos de La Plazuela

Agata Maria Raatz y Marcin Fleszar

Por tercera vez acudí a escuchar a este dúo polaco en Sigüenza el 28 de marzo, la primera fue en el “Salón del Trono” del Castillo-Parador en marzo de 2012 donde y me gustaron, la segunda en El Pósito en diciembre de 2013 cuando Agata nos sorprendió entrando desde atrás y tocando hasta llegar al escenario y que también disfrute mucho, y esta última con una buena selección de obras en conjunto como en solo; su evolución es estupenda.

El esquema del concierto fue en la primera parte, una obra a dúo y otra de piano solo, y en la segunda de nuevo en dúo, luego piano solo y cierre violín con ligero acompañamiento de piano; de esta manera pudimos observar su capacidad de interpretación en conjunto y en solo.

La entrada con una sonata de Mozart (violín y piano) nos preparó para la de Beethoven “Pastoral” donde el piano solo, interpretó los cuatro movimientos de los que me gustó mucho el tercero “scherzo” y sobre todo el cuarto “rondó” con muy buena interpretación de Marcin; en la segunda parte, mas variada, seguimos con una sonata de Beethoven para violín y piano, donde en el segundo movimiento “adagio” el violín fue realmente expresivo; y volvimos al piano solo con música de Jean Francaix con un “nocturno” y un “scherzo” que anticipó el genial estudio de F. Chopin de máxima exigencia donde se suceden en menos de 4 minutos unas pocas notas lentas y una cascada musical de vertiginosa velocidad y recorrido del piano; al término recordé aquella anécdota de “demasiadas notas”, frase con la que expresó el emperador José II a Mozart su opinión tras escuchar “El rapto en el serrallo”, a lo que contesto el genial músico “solo las precisas”. El cierre del concierto fue el de lucimiento de Agata con el violín interpretando “Tema y Variaciones” del violinista polaco H. Wieniawski, una delicia con todo tipo de dificultades, “pizicatos” con la izquierda mientras el arco recorre las cuerdas, y un sinfín de notas agudas con la mano izquierda sin salir de encima de la tapa del violín, el público, encantado con ambos, ovacionó y requirió la propina de rigor, que fue “Czardas” de V. Monti, pieza mas conocida donde se salta de la melancolía al ritmo de danza húngara de gran velocidad, y el violín volvió a expresar su delicioso sonido.
 

Gracias Agata, gracias Marcin, fue un placer este cuarto concierto de temporada de Bell’Arte con vosotros como continuidad del anterior de Karolina y Jesús. Gracias Bell’Arte.

Viñeta

Archivo de humor gráfico:

• Galia

• JMC

 

 

 

Ediciones de La Plazuela - El Afilador

¡Nuevo!
Agotado