El 14 de octubre de 2024 cerró sus puertas el Parador de Sigüenza y se mantuvo cerrado hasta su reapertura el 9 de mayo de 2025. La Plazuela habló con Fernando Tizón, director de los paradores de Sigüenza y de Molina, para hablar de los cambios y mejoras.
¿Qué motivó el cierre del parador de Sigüenza?
La última reforma que se hizo fue en el año 1992. Durante los años transcurridos el Parador ha estado en funcionamiento, la normativa ha ido cambiando y las habitaciones se han ido desgastando del uso. Lo que son las tripas del parador, la cocina, las máquinas, el aljibe, estaban totalmente obsoletos. Y eso implicaba una serie de problemáticas no adecuadas a la sociedad actual, como es el consumo de energía.
¿Cuáles han sido los principales cambios efectuados?
Una de las políticas de Paradores es la sostenibilidad y eso nos empuja a tomar determinadas decisiones en los consumos energéticos, el consumo de agua o el cambio en el tipo de combustible. El cambio más importante es el que no se ve: el cambio de la sala de máquinas, el cambio de cocina y los aljibes. Hemos pasado de tener un aljibe de gran tamaño a tener tres aljibes con un control muy exhaustivo de los consumos de agua y de cloro. En la sala de máquinas, hemos pasado de tener un depósito de propano y otro de gasoil a estar enganchados a la red de gas natural, adaptando las cocinas y demás elementos para el consumo de gas. La cocina se ha hecho nueva y se es mucho más operativa y más práctica. La refrigeración de los motores que teníamos en las anteriores cámaras iba por agua y conllevaba unos consumos desproporcionados de agua, al cambiarse el consumo de agua es prácticamente cero. Luego se han cambiado las calderas y además pequeñas cosillas que hemos ido haciendo de reparaciones internas. Con la adaptación de la sala de máquinas y la adaptación de los cerramientos, esto nos va a suponer alrededor de un 30% de ahorro energético.
También se ha efectuado un cambio la cara...
Ha habido otra partida muy importante que es la re-decoración, que ha consistido en carpinterías nuevas, es decir puertas, ventanas, armarios, cuartos de baño. En cuanto a las ventanas, hemos pasado de tener unas de hace 40 o 50 años con unos cristales de tres milímetros, con unas pérdidas térmicas brutales tanto en verano como en invierno, a unas ventanas ya con climalit y doble cristal. Además de las carpinterías se han re-decorado todas las habitaciones, se han arreglado 25 cuartos de baño todos con ducha, algo importante para la accesibilidad. Aunque nosotros por ser un BIC (Bien de Interés Cultural) estamos exentos de cumplir algunas reglas de accesibilidad si que queremos que el parador sea accesible, ahora mismo contamos con unas 25 o 26 habitaciones con ducha, la mayoría están con bañera pero ese número con ducha. Este proceso de reforma de los baños no ha terminado, porque hemos terminado una primera fase, quedan otras 3 o 4 fases.
La capacidad no ha cambiado, tenemos 81 habitaciones pero no tienen nada que ver con lo que se conocía de antes, antes los pasillos eran rallados, algo como gotelet solo que al revés, ahora están todos lisos, se ha actualizado mucho la decoración, las puertas se han cambiado, cada puerta ahora pesa 120 kilos. Antes los clientes se quejaban de ruido en los pasillos, ahora no se oye nada. Hemos mejorado la acústica, estéticamente también, en la seguridad también hemos mejorado y en la accesibilidad. La cafetería también, el restaurante también se ha cambiado.
La capilla románica no se ha tocado, se ha mantenido exactamente igual que estaba antes del cierre y antes del 92, en el salón de doña Blanca solo se han cambiado las lámparas pero se ha dejado tal y como estaba ya que doña Blanca es una figura histórica importante para el castillo. El tema de la re-decoración se ha buscado mantener ese equilibrio entre castillo y la actualización de mobiliario, algo que creo que se ha conseguido. Con elementos muy actuales se ha sabido mantener el espíritu de castillo. Se han incorporado muchísimas obras de arte, casi se ha convertido el Parador en un museo, además hay obra de artistas locales. Se han colocado varios tapices que provienen de la Real Fábrica Nacional de Tapices.
También se está arreglando el exterior del Parador
Sí, hay otra parte muy importante que sale de los fondos europeos que es la restauración de toda la fachada del parador. Ahora se está haciendo toda la fachada principal, en las pluviales que había en la barbacana, se han hecho aliviaderos, la muralla ya no se ve tan afectada porque se han puesto desagües. Eso continúa, se va a rodear todo el parador, se va a asentar la terraza de la lavandería que es la parte más histórica del castillo, se va a incorporar una iluminación artística a todo el Parador como la que se ha puesto en la plaza Mayor y en la Catedral, de manera que cuando se entre por la carretera de Madrid se va a ver ilumniada la Catedral y el Castillo. La inversión es de unos dos millones de euros, una parte de fondos europeos y otra parte de Paradores. Está previsto que se termine todo, sin contar los cuartos de baño, a finales de este año. La obra del Por no está terminada, va a durar mucho más. Esa es la parte buena, que la inversión continúa.
¿Por qué se ha abierto el parador antes de terminarse las obras?
Teníamos que abrir por tres motivos principales: el primero por Sigüenza. Yo lo viví en mis carnes cuando cerró el parador en el año 1992 los números de la tienda de mi padre no fueron muy boyantes en aquel periodo. A Sigüenza el parador le aporta muchísimo dinero. Me lo pedían muchos comercios de Sigüenza, abrir pronto que vamos justos. En segundo lugar, teníamos que abrir por los compañeros, somos 70 trabajadores en el parador, de los 70 había 6 que no estaban en el ERTE, que estábamos aquí trabajando y otras 3 personas que no estaban en el ERTE por otros motivos, había que luchar para que volvieran a incorporarse cuanto antes. Y la tercera razón por Paradores, un parador como el de Sigüenza da un beneficio de cerca de dos millones de euros anuales, así que una cuenta de resultados como esta para Paradores es mucho dinero. Ese es el motivo por el que ha durado tan poco la obra.
También eres director del Parador de Molina de Aragón ¿puedes hablar de este parador recientemente abierto?
Sí, se acaba de reabrir el 13 de mayo después de la inundaciones que provocó la DANA. Es muy diferente al Parador de Sigüenza, es mucho más pequeño, son 24 habitaciones pero lo que sí funciona muy bien es el restaurante. Hace unos día se entregaron allí los Premios de Sostenibilidad de Castilla-La Mancha y dimos 135 cubiertos entre comidas y cenas. La sinergia de ambos paradores va muy de la mano, yo tengo dos jefes de cocina que quiero que estén hablando constantemente, se cambian recetas hasta el punto que las migas que tenemos aquí las hemos dado allí otro toquecillo para que sepan diferente porque los clientes pueden comer aquí y cenar allí, de manera que sean identificables. En cuanto a negocio el parador de Molina es el complemento del de Sigüenza, aquí las ocupaciones son altísimas, cuando estamos llenos se pueden derivar clientes a Molina o viceversa.
El protagonista del Parador de Molina es su castillo, todo tiene como eje principal el castillo, el Parador lo rodea, todas las habitaciones, la recepción y los salones hasta los baños dan al castillo. Los molineses se tienen que sentir orgullosos del parador que tienen, que es una preciosidad. Si que es cierto que Sigüenza está a años luz en cuanto a desarrollo turístico con ventajas como la cercanía a Madrid, la cercanía de la autovía pero Molina creo que tiene unas oportunidades brutales. Todo lo que es el geoparque, el valle del Mesa, el Alto Tajo, los castillos que hay alrededor, tiene un potencial muy importante y le queda mucho por desarrollar y por crecer porque la infraestructura hotelera en Molina es muy escasa, al haber muy pocos hoteles y muy pocos restaurantes.
¿Qué política va a seguir el Parador en relación con la ciudad de Sigüenza?
Mi política como director del Parador y como seguntino es que crezca al unísono con Sigüenza. Hacer todo lo que pueda para que Sigüenza se beneficie del Parador y que tenga las puertas abiertas para cualquier evento. Con el cambios de mobiliario hemos podido donar parte del antiguo a instituciones de la ciudad. A la iglesia de Santiago hemos dado todas las sillas de eventos que teníamos ya que hemos comprado unas nuevas. A la Cofradía de Santa Librada hemos dado reclinatorios, bancos de iglesia, sillas para los curas para que puedan amueblar un poco la ermita, al colegio de la Sagrada Familia le hemos dado también un montón de mobiliario, a los padres josefinos otro tanto, solo hemos tenido que tirar alguna cosa que ya estaba rota. Me siento orgulloso de haber podido ayudar a las instituciones de la ciudad.
