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Desde la autovía A-2, faltando tres kilómetros para llegar a Sigüenza por la carretera CM-1101, se encuentra el campo donde se desarrolló la batalla del Rebollar.

En estos parajes durante la Guerra de la Independencia Española 1808 – 1814, tuvo lugar el 6 y 7 de Febrero de 1812 un combate entre las tropas francesas que mandaba el General Guy, Marqués de Riomilano y el Brigadier Juan Martín “ el Empecinado”.

Las fuerzas francesas, procedentes de Guadalajara, estaban compuestas por 3000 infantes y unos 700 soldados de caballería. Pertenecían a los regimientos de Dragones, Guardia Real y Westfalianos. Más los Cazadores de Guadalajara soldados juramentados, fieles a José I, mandados por Nicolás Villagarcía.

El ejército francés estaba compuesto no sólo por franceses, en el había también: polacos, holandeses, austriacos , alemanes , italianos e incluso españoles que ya por convencimiento o por circunstancias estaban a las órdenes de José I.

Por parte española, el ejército lo formaban los regimientos de Tiradores de Sigüenza , Voluntarios de Guadalajara y Voluntarios de Madrid. Cada regimiento contaba con aproximadamente con unos 500 efectivos.

La caballería de los patriotas contaba con un tercio de sus fuerzas, ya que anteriormente habían salido patrullas para hostigar a los franceses. En total estaba formada por unos 300 efectivos.

La táctica del Brigadier Juan Martín, hasta entonces, siempre había sido la guerrilla. Consistía en desencadenar un ataque brutal y despiadado, cogiendo por sorpresa al enemigo, generalmente superior en número, y una retirada por varios puntos con un lugar de reunión. Lo que dejaba al enemigo ante la duda de por donde perseguir a los atacantes, si es que les quedaban fuerzas para hacerlo.

Sin embargo, “El Empecinado” en la Batalla del Rebollar decidió, ya que tenía ocasión de elegir, plantar batalla en campo abierto.

Formación de combate de la época. Recreación histórica.

La formación de combate era una doble fila de soldados con dos de fondo de cara al enemigo (un regimiento de 500 hombres ofrecía un frente de unos 250 metros). La primera fila, una vez posicionados, combatía rodilla en tierra con el arma cargada y presta a hacer fuego a la voz de mando; y otra fila detrás en píe, que era la que cargaba el arma, ya que esta era la única forma de hacerlo porque rodilla en tierra no se podía cargar. Una vez cargada el arma, ya en pie, se adoptaba la posición de armas al hombro, para que el mando pudiera ver que ya estaban cargadas las armas.

A la voz de “ fuego” la primera fila disparaba, mientras la fila de atrás se ponía delante tomando la posición de rodilla en tierra y esperaba a que la otra fila, ahora de pie cargara. Así iban disparando por secciones. Normalmente sólo disparaban ambas filas al unísono cuando estaban muy cerca del enemigo, para hacer una descarga cerrada. El tiempo que tardaba en cargar el mosquete un soldado avezado era de unos 20 segundos, por lo que el promedio de disparo era de menos de unos tres disparos por minuto y hombre.

En consecuencia, el frente de batalla español tendría aproximadamente unos 700 - 800 metros.

La formación de combate en acción. Recreación histórica.

El día 6 de Febrero los franceses inician una descubierta con más de 200 soldados de caballería, para ver si el brigadier decide quedarse en Sigüenza o retirarse cómo otras veces. Hay varias versiones, en una de ella la caballería del “Empecinado” les salió al encuentro ya llegando a Sigüenza y les hace retroceder hasta Mandayona . Otro autor dice que se enfrentaron a la infantería en El Rebollar, que ya estaba situada en línea.

Para mí las dos son una exageración pero me parece más lógico el primer relato, aparte de que les hicieran retroceder hasta “llegar a Mirabueno”.

El 7 de febrero, bien de mañana, en un día nevado, salieron las tropas del “Empecinado” de Sigüenza y se encaminaron al Rebollar lugar elegido para la batalla. Llegaron sobre las nueve y se formó la línea de combate.

Siguiendo el criterio de la época, el ejército español situó su mejor regimiento (los Tiradores de Sigüenza) en el ala derecha de la formación, en el centro se situaron los Voluntarios de Madrid y en el ala izquierda los Voluntarios de Guadalajara junto con la caballería de reserva.

Sobre las once de la mañana vieron llegar a al contingente francés y quedaron ya en línea de combate. En aquella época se avanzaba a paso lento y no se hacía fuego hasta llegar aproximadamente a sesenta o setenta metros de distancia. (Se decía por aquel entonces “no disparar hasta ver el blanco de los ojos del enemigo).

En ésta ocasión los franceses no iniciaron la aproximación ante el asombro de los españoles que por fin rompieron fuego desde el Alto de la Vascona en el ala derecha de la formación.

El motivo de la tardanza de los franceses en atacar fue que quisieron dar tiempo a que su caballería diera un rodeo desde El Prado por Navazuela, La Tobilla , fuera de la vista de los españoles. Aparecieron por El Rebollar por la izquierda de la formación española cómo si vinieran del camino de la Buitrera y les cogieron por sorpresa, en una maniobra envolvente. Cortada la retirada sólo quedaba rendirse o arrojarse por los cantiles del Henares, cosa que hizo el “Empecinado” que se tiró con su caballo según se cuenta, cuya caída resultó amortiguada por la nieve acumulada. Pasado el tiempo, unos tres meses, llegaron noticias de que el “Empecinado” había sido visto por los pueblos de Montuega , Almajuez y Arcos de Jalón.


Mapa de la batalla. En elipse la posición de las tropas del "Empecinado", en estrella las del ejército francés. Del libro Sigüenza 1808-1815 de Manuel Lafuente y Diego Moreno.

Según las fuentes consultadas, no existen grandes divergencias en cuanto al desarrollo de los acontecimientos. Cassinello Pérez no determina el lugar exacto de la batalla. Manuel Lafuente y Diego Moreno en su libro * (cuya versión comparto casi en su totalidad) si hacen una descripción bastante lógica. Afirman que los franceses causaron a las tropas patriotas varias decenas de bajas e hicieron unos 1200 prisioneros. No obstante, su versión contradice en alguna cuestión lo escrito por don Benito Pérez Galdós, que por ejemplo consideraba que en la batalla eran los franceses lo que estaban en Sigüenza y el “Empecinado” quien llegaba de Guadalajara.

Napoleón se refería a la guerra de España como “ la úlcera Española “. Uno de los que más contribuyó a esa úlcera fue, sin duda, el brigadier Juan Martin “el Empecinado”. Siendo el “Rebollar de Sigüenza” una de las batalla más importantes dentro de su trayectoria que en esta ocasión terminó en derrota.

De los generales franceses que tuvimos la desgracia que pasaran por Sigüenza tenemos a: Leopoldo Hugo (Primer duque de Sigüenza y padre del escritor Victor Hugo), el general Vichery, el general Roquet, el general Guy, y el tristemente conocido general Dombrowsky.

La batalla del Rebollar de Sigüenza y el lugar en el se llevó acabo el combate, deberían estar en nuestra memoria y en la de todos aquellos que nos visitan. La mayoría de los que entran a Sigüenza desde la C112 (antes de llegar a la rotonda del Polígono Industrial) desconocen que en aquellos campos tuvo lugar una batalla el 7 de Febrero de 1812. Un reconocimiento a escenarios en los que tuvieron lugar batallas se ha hecho en otros municipios, donde se han erigido monumentos como en: Los Arapiles (también llamada batalla de Salamanca), la batalla de La Albuera en Badajoz, la batalla de Somosierra y la batalla de Bailén, entre otras.

Con estas líneas quisiera llamar la atención de la importancia que tendría para Sigüenza el recuerdo de la importante batalla del Rebollar, lugar en el que se podría colocar algún monolito o placa conmemorativa en el que se narren los hechos.

 * Sigüenza, 1808-1815. El manuscrito que narra la guerra de la Independencia en Sigüenza. Manuel Lafuente y Diego Moreno. Ed. La Plazuela.

Manuel Sevilla

Miembro de FEHME (Foro para el Estudio de la Historia Militar Española)

 

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