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Cocigu. Proyecto Sacro

A veces, sin que nadie se lo proponga, en un fin de semana coinciden dos actuaciones del mismo carácter, me refiero en este caso a música coral. Nada que ver un grupo con el otro, ni en tipo de música, ni en número de miembros, ni en planteamiento coral, etc. Pero si mucha similitud en lo esencial, su cariño y abnegada dedicación a cantar en grupo, juntarse para un mismo fin, hacer música juntos. A todo el que no lo haya practicado se lo recomiendo, es una labor de mosqueteros, todos para uno y uno para todos, ¡pero ojo!, no olvidemos que alguien muy importante está por encima de todos, controla, domina y dirige el grupo, esa persona es el director/ra. Sí, esa persona es la que saca las esencias de cada uno de los miembros y las reúne en un todo armonioso.

CONCIERTO DEL “CORO DE LA ESCUELA MUNICIPAL DE MÚSICA DE SIGÜENZA”. 10 de junio de 2017. Ermita de S. Roque.

El sábado fue el turno de este grupo de 20 féminas (4 más que en 2016), que reunidas en la ermita abarrotada (con falta de sillas) en torno a su director Fernando Álvarez (profesor de piano y de coro en la Escuela Municipal de Música de Sigüenza), cantaron 7 piezas y una propina, entre las que había un poco de todo lo que a ellas les gusta, Fangoria, Bowie, Alaska, Calle 13, Tina Turner, Bjórk y Dorian. Desde el comienzo se pone de manifiesto que están allí arriba para pasárselo bien y Fernando las acompaña con el teclado. De lo escuchado lo que más me gustó fue “Space Oddity” de David Bowie, donde pude apreciar mejor los grupos de voces en que se dividen para el canto; también “A cualquier otra parte” de Dorian, estuvo muy bien. Hacer un hueco a Santi Cerezo para acompañar con la batería en “Proud Mary” de Tina Turner fue muy bonito. Personalmente creo que tienen que aprender a escucharse entre ellas, basta con rebajar en algunos momentos los volúmenes para que haya más dinámica y dejar que los “solos” suenen y no queden tapados por el resto. El espíritu del grupo es marchoso, hay gente muy joven y menos joven,  pero estoy seguro de que seguirán funcionando y aumentando el número de miembros.

Coro de la EMS

“SACRO”. CONCIERTO DEL “CORO CIUDAD DE GUADALAJARA COCIGU”. 11 de junio de 2017. Parroquia de Sta. María.

Es de lo mejor que se puede escuchar como coro, solo caben alabanzas para este grupo reunido por su directora Elisa Gómez, también directora de la orquesta y de la escolanía Ciudad de Guadalajara que junto al coro forman la Sociedad Musical Ciudad de Guadalajara, del grupo coral “KROMATIKA”, y de la “Banda de Música de Sigüenza”. Presentaron “SACRO”, un proyecto que es un recorrido musical (no solo coral) desde los orígenes de la música religiosa hasta la actualidad, lo que exige una forma de interpretar diferente para cada pieza de las distintas épocas. En mayo lo presentaron en la Concatedral de Sta. María de Guadalajara y me encantó, fue otra sonoridad, otras disposiciones de los miembros del coro (Elisa busca siempre sacar el mayor y mejor rendimiento del sonido conforme al espacio donde se actúa). Aquí, en Sigüenza, los sonidos conseguidos fueron espléndidos, dinámicas soberbias, afinaciones estupendas y magia interpretativa por todos lados. Desde la entrada al templo un grupo de hombres ofreció un canto  “Gregoriano” para, al acabar, trasladarse con una “cantiga de Alfonso X El sabio” hacia el altar junto con ell rest de miembros del coro. Situados ya frente al público escuchamos “Sicut cervus” de Palestrina, de  una delicadeza exquisita y el motete “Cantate Domino” de Monteverdi. Con “Jesus Bleibet Meine Freude” de Bach, coro con teclado y trompeta, muy resultona, pasamos  a una suite instrumental del gran Haendel. El potente “Gloria” de la Misa de la Coronación de Mozart, coro e instrumentos, casi nos levantó de los asientos, pasando de los grandes sonidos a los muy recogidos con “Zum Abendsegen” de Mendelssohn. Un arreglo instrumental para piano y violoncello de “Vocalise” de Rachmaninov fue la siguiente pausa instrumental adorable en el recorrido musical, con ese sonido tan embriagador de la cuerda. La música coral más actual vino con “The lamb” de Tavener, deliciosa y delicada ejecución de una obra difícil. “Nunc Dimittis de Alcaraz y “O salutaris hostia” de Esenvalds nos trasportaron por ese paraíso de sonidos modernos, con extrañas pero gozosas armonías. En esta ocasión en lugar de Pablo Castellanos al violín, fue Alfonso Nieves, ambos igual de buenos. El chelo estuvo en las manos de Carlos Vesperinas, el clarinete en las de Javier López y El Piano con Esteban Ruiz, tanto en Guadalajara como en Sigüenza (¡y que bien!). El trompeta en esta ocasión fue el estupendo Rodrigo García, tan bueno como Mathias Gunnarsson en la colegiata. La pena ha sido que tanto aquí como en Guadalajara el teclado haya sido ese Yamaha que, francamente, desluce tan maravillosas interpretaciones. De la directora Elisa solo cabe decir ¡Grande!, ¡Bravísima! Las ovaciones fueron enormes y largas desde la primera hasta la última obra. Todos con los que hable me comentaron lo mismo: “hemos escuchado algo excepcional”
Sajor.

Viñeta

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