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Podríamos imaginar que el título de este artícullo se lo dedico a los bellos, artísticos y litúrgicos faroles de Ntra Sra. la Virgen de la Mayor. Nada mas lejos de la realidad.

Los faroles que en este artículo me dispongo a tratar, sí que tienen algo en común con los mencionados de la Virgen. Alumbraron y aún alumbran tanto la historia cercana como la lejana de nuestra querida Sigüenza.

Y es que, desde hace muchos años, no he parado de observar cada detalle histórico, artístico o etnográfico que aparece a cada paso en nuestras calles.

Sería un día cualquiera, por la noche, de no sé que año y observando la iluminación callejera, me percaté de la singularidad de algunas farolas ahora llamadas tipo “Villa” (el nombre comercial de las réplicas actuales de las farolas antiguas) que, además de las tipo “Fernandina”, posee el alumbrado del casco histórico.

Único superviviente de farol tipo "Sigüenza", situado en la esquina de la calle Guadalajara (hoy Cardenal Mendoza) con la plaza del mentidero (hoy Obispo Don Bernardo), con su chimenea abierta y sus ranuras (para salida de humos). El soporte no es de tipo "Sigüenza", el soorte auténtico se puede ver en la foto siguiente de un farol de Guadalajara.

Pues bien, localicé diez faroles antiguos (no réplicas) enteros y algún soporte vacío de farol diferentes al resto. Cinco situados en la Plaza Mayor, otro en la confluencia de la calle Guadalajara con plazuela del Mentidero y otros cuatro en la calle Villaviciosa y plaza de los Vagos, que por su forma y factura, sin duda, correspondían a esos faroles que aparecen en láminas antiguas, grabados del siglo XIX y fotografías de antaño que se pueden consultar en libros como Sigüenza. Imágenes para el recuerdo. Estaba ante unos objetos supervivientes de otra época, supervivientes por el azar, si quieren por la desidia o el olvido. Quizás fue la austeridad y el ahorro propios de nuestro carácter castellano de reutilizar. Y, por supuesto, el aprovechamiento de elementos anteriores para adaptarlos a los nuevos tiempos. Los cinco de la Plaza Mayor y el de la Plaza del Mentidero de cuatro caras se diferencian por tener, entre otras peculiaridades, la chimenea abierta y de mayor tamaño para la evacuación de los humos de la combustión y el soporte que lo sujeta a la pared de forja antigua. Las réplicas modernas tienen la chimenea cerrada y el soporte de fundición.

Los otros cuatro faroles mencionados igualmente tienen la chimenea abierta en la parte superior, tienen ocho caras y por ello son más artísticos, si cabe, que los anteriores seis.

Farol tipo "Sigüenza" en la poertada de la iglesia de Santiago en la ciudad de Guadalajara.

Aunque han cambiado de lugar a lo largo de su historia, es evidente que habían reutilizado los faroles de gas o petróleo del siglo XIX para la nueva luz eléctrica. ¡Asombroso! Ya desde el último tercio del siglo XX fueron instaladas réplicas por toda Sigüenza, venían preparadas para la luz eléctrica, y que como mencioné antes, son conocidos como tipo “Villa”. Por cierto, y abriendo un paréntesis, estas réplicas que aún se fabrican, alumbran la mayoría de cascos históricos de España y, últimamente, están sufriendo en muchos lugares una absurda transformación: se instalan los aparatos de led y se retiran las cuatro pantallas o cristales. Este proceder antiestético deja al farol desprovisto de su identidad. Si estamos reproduciendo una lámpara antigua de gas no tiene sentido quitarle las cuatro pantallas, ya que la supuesta llama se apagaría y, entonces, no hay imitación que valga. ¡Esto no tiene ni pies ni cabeza! En ciudades como Madrid o Alcalá siguen conservando la farola completa. En Sigüenza, esta nueva y fea modalidad de faroles mutilados, los podemos ver en calles tan importantes como la de San Roque.

Documento que describe el diseño de los faroles tipo "Sigüenza".

Cerrado este paréntesis, volvemos de nuevo a nuestros diez faroles supervivientes.

El hallazgo, estimados lectores, se lo hice saber al ayuntamiento en legislaturas pasadas desde 2004. En esos años, se hizo una remodelación luminosa de la calle Mayor entre otras y uno de los seis faroles antiguos de cuatro caras, en concreto, el que se situaba en la confluencia de la calle Mayor y plaza Mayor, lo retiraron y aún no se sabe dónde fue a parar. ¡Una pena! En su día lo comenté a los ediles y no me hicieron caso. En castellano: “como quien oye llover”. Es más, casi tuve mofa y desprecio por respuesta.

Pasados los años y en la anterior legislatura, también les hice saber este asunto que no tomaron en consideración. No dieron garantías para su futura protección o restauración. Eso sí, se limitaron a quitar las pantallas de los faroles de la calle San Roque y eliminaron dos de los cuatro faroles artísticos y antiguos de ocho caras de la plaza de los Vagos.

Con el nuevo equipo surgido de las últimas elecciones, tenía esperanza en que cambiaran las cosas. Mis ruegos no se atendieron y nunca pensé que estos faroles se pudieran retirar. Ingenuidad la mía en todo caso. Es por ello que no podía permanecer mas tiempo en silencio.

Las cuatro lámparas históricas que quedaban en la plaza Mayor fueron serradas de la pared y retiradas, creo, que a dependencias municipales. Seguramente, por mi insistencia desde hace años he oído que estas serán restauradas y no se tirarán al vertedero o se darán al chatarrero como quizás le ocurrió al esquinero de la Plaza Mayor o, tal vez, lo tenga algún avispado que lo sustrajo y está en un lugar vaya usted a saber...

Farol antiguo de ocho caras en la puerta de la Safa de Sigüenza (calle Villaviciosa)

Los únicos supervivientes aún resisten en la esquina de la calle Guadalajara, algún soporte sin farol por la plaza Mayor y dos de ocho caras en la calle Villaviciosa flanqueando la puerta de la SAFA.

Llegados a este punto existe otra razón de peso para no haber retirado estas piezas históricas. Los faroles de la Plaza Mayor y el esquinero del Mentidero que han sobrevivido tienen nombre seguntino, sí, faroles tipo “Sigüenza”. Fue para mí una sorpresa la información facilitada por el buen seguntino y amigo Diego Moreno Roquez quien me mostró un documento en el que aparece reflejado el diseño e informes de un perito del Instituto del Patrimonio Histórico Español de mediados de siglo XX para la instalación de unos faroles denominados tipo “Sigüenza” en un pueblo palentino, en concreto, Palenzuela (ver detalle foto).

Aparecen por supuesto estos faroles tipo “Sigüenza” en grabados y fotografías de toda España. Hoy en día quedan escasos ejemplos. Como dato cercano, en la capital de nuestra provincia se han conservado y restaurado dos de idéntico diseño al del informe pericial antedicho, en la portada de la iglesia de Santiago. ¡Milagroso! A día de hoy ya hay mas faroles tipo “Sigüenza” y restaurados en Guadalajara que en la ciudad que les dio el nombre. ¡Inaudito! ¿verdad? Me atrevería a decir con seguridad que son los últimos de la provincia.

Foto antigua con un farol junto a la fuente enfrente de la Catedral.

Vecinos. No solo hemos perdido la presencia de estos objetos en la plaza Mayor, si no que hemos privado a nuestra ciudad de elementos singulares con nombre propio seguntino. Deberían no solo reponerlos, también reproducirlos de la mano de algún herrero local. No olvidemos que existe  la calle de Los Herreros.

Volver a instalar los faroles tipo “Sigüenza” es una obligación y bueno para sumar méritos para conseguir el título de ciudad Patrimonio de la Humanidad

Hagan las cosas bien, señoras y señores del Ayuntamiento, infórmense, escuchen a los vecinos, a las personas que pueden aportar información, ustedes no lo saben todo.

La soberbia, la arrogancia, tomar la calle de enmedio, la política de hechos consumados que recuerdan épocas pasadas, no son la solución. Además, las nuevas luminarias de la plaza Mayor podrían estar incumpliendo gravemente la normativa urbanística. Una irresponsabilidad manifiesta, un atropello. Léanse, por favor, el apartado cinco, referente al alumbrado, en la página 66 del catálogo de bienes protegidos. ¿Por qué no las han conservado y restaurado en su sitio, combinándolas con una nueva iluminación más acorde?

No confundan lo antiguo con lo viejo, no cometan la torpeza de querer renovar y a la vez llevarse por delante la belleza y el encanto. A veces, parece como si nos gobernaran los técnicos y los señores de Iberdrola y encima ponen ustedes una placa para que quede constancia del despropósito. Sus acciones me recuerdan a algunas escenas de la película del gran Berlanga, “Bienvenido Mister Marshall”.

Espero que mis palabras denunciando esta insensatez, sirvan para que los responsables del municipio valoren estos objetos despreciados y, a veces, denostados durante décadas que son tan importantes como un balcón del XVIII, una reja del XVII y hasta una aldaba del XIX. No acabemos con la singular autenticidad, personalidad y encanto de nuestra veterana y querida Segontia.

Juan José Molina Robledo
Castilla. 21-07-21

Ediciones de La Plazuela - El Afilador

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