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La música siempre depara buenos momentos y a veces sorpresas maravillosas, tal ha sido acudir al VII Encuentro de los Caballeros del Traverso  primera Orden de Caballería del mundo dedicada a la Flauta que se declara: “Muy Real, Ilustre y Venerable”. Surgió en 2008, en un principio, como “lugar de encuentro entre flautistas españoles con unas características especiales que los hacía, a la sazón, diferentes al resto de sus compatriotas , que hacía tiempo no se veían y deseaban compartir unos momentos juntos, al menos, una vez al año” (tal como aparece en su página web).

Unos amigos nos habían hablado del gratísimo recuerdo que tenían del encuentro celebrado en 2013, así que  junto con ellos acudimos a Caleruega (Burgos) a finales de septiembre de este año. Allí fuimos recibidos por amigos comunes que nos esperaban en familia con una pitanza al más puro estilo castellano: morcillas a la brasa, chorizos guisados, oreja rebozada, embutidos  y dos gallos (de los de la casa) al chilindrón, regado con vino, también de los majuelos familiares (buenísimo) dejaron poco hueco para un flan de café, unas pastas y café con orujo de manzanilla (también elaborado por ellos).  Tras estas suculentas viandas con tan entrañable compañía, una inexcusable siesta en condiciones y listos para escuchar música.

La palabra “traverso”, de origen italiano, se refiere a la flauta travesera. Los Caballeros del Traverso son magníficos profesionales de este instrumento y sus integrantes pertenecen a grandes orquestas, son  profesores en conservatorios y también reputados solistas. Se caracterizan además por ser gente dicharachera, campechana, amiga de sus amigos y abierta a quien se acerca, compartiendo mesa y gozando con sus ilustres invitados al encuentro.

La tarde otoñal del sábado los “Ilustres Invitados de la Orden” ofrecieron un concierto en un repleto recibidor del ayuntamiento: se trataba de dos formaciones con la flauta travesera como protagonista principal, la primera de flamenco con Oscar de Manuel (flauta travesera) y Ricardo Bustamante (guitarra flamenca) interpretando distintos palos y, tanto el soplado en la flauta (algo mágico) como los dedos en la guitarra, nos dejaron atónitos, otro mundo del flamenco. La siguiente formación, podríamos decir “muy venezolana y universal” con Omar Acosta (flautas traveseras), Carlos Franco (percusión) y Nuria Cazorla (“bailaora”), nos pasearon por un mundo de sensaciones intimistas, espirituales, con trazo fresco y enérgico. La ovación cerrada de los asistentes con los dos grupos fue constante hasta el final.

Todo este acontecimiento lo organizó un pequeño grupo de vecinos con admirable devoción y trabajo, resueltos a conseguir que los “Caballeros, Ilustres Invitados y allegados” tuvieran un espacio adecuado para los conciertos, focos, sonorización, escenario, etc. Para la “pitanza” posterior son los que se ocuparon de la compra, cocinaron y sirvieron las mesas con primor y alegría. La cena preparada en parrillas con buenas brasas, un tortillón de patatas de 60 huevos y vino de la Ribera del Duero en la sala del Hogar del Jubilado, apañada para la ocasión, colmaron las necesidades tras el primer concierto.

El domingo aprovechamos para otear Caleruega y su entorno desde la pequeña colina horadada de antiguas bodegas; su cima ofrece un amplio paisaje en el que destaca el Palacio de los Guzmanes (Monasterio Dominico) cuna de Santo Domingo de Guzmán.

Más pequeño y colindante al palacio está el Monasterio de las MM Dominicas al que bajamos para escuchar en su iglesia el segundo concierto, el de todos los Caballeros del Traverso. El primer impacto, 17 flautistas delante del altar interpretando la Obertura de “La Flauta Mágica” de W.A. Mozart. Desde una “piccolo” hasta dos flautas contrabajo, había todo tipo de traveseras, sopranos, bajos, contraltos; y ante semejante grupo de grandes profesionales perfectamente conjuntados solo se puede gozar que es lo que hicimos.

Seguimos con obras d Schikardt, Haydn, Correte, Devienne, Vivaldi y Bodin de Boismortier, en distintas formaciones (dúos, tríos, cuartetos y quintetos a veces con clave) para finalizar con una propina española, el pasodoble “El Carrasco”, arreglado para conjunto de flautas, de nuevo las diecisiete del comienzo, y compuesto por José Sotorres Taléns, padre de uno de los caballeros. El público, conteniendo el baile, movía sus cabezas al compás ¡Magníficos!

Posteriormente, la comida de lechazo asado con ensalada y tartas de las monjas fue el broche de oro al encuentro. Luego aprovechamos para invitar a los caballeros a que en el futuro se reúnan en Sigüenza y, en principio, les gusto la idea, si un día lo logramos veréis qué maravilla.

Los Caballeros del Traverso no cobran por estos conciertos, su espíritu es el reencuentro y, cómo no, disfrutar de una buena mesa.

En esta ocasión los Caballeros presentes eran: Claudi Arimany (Gran Maestre), Juan Jesús Silguero, José Sotorres, Horacio Parravicini, Salvador Espasa, Antonio Nuez, Jaime Salas, Fernando Gómez, Alan Weiss, todos flautistas y Diego Crespo clavicembalista. Los invitados de honor: Stefano Parrino y Miguel Meireles (flautistas). Además de otra mención de honor para el profesor que con sus alumnos hicieron un largo viaje desde Ibiza para formar parte de este prestigioso encuentro. Gracias a todos

Viñeta

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