Una de las peores sensaciones que he llegado a tener es la de querer hacer algo, querer aprender, querer llevar a cabo un proyecto, querer escribir una canción, querer crear amistades, querer mantener las relaciones que ya tienes… y que todo eso se vea mermado por la falta de tiempo. Todos y todas la hemos padecido. Sin embargo, creo que es algo muy distinto cuando aún somos jóvenes y estamos en pleno desarrollo, más incluso cuando han aparecido unos nuevos factores, como la adicción a las nuevas tecnologías o las actividades extraescolares, que influyen tan negativamente en nosotros y nosotras.
No podemos negar que uno de los principales problemas reside en nuestra educación. Como adolescente español del siglo XXI puedo confirmar que existe un problema real en el sistema educativo (y cualquiera que forme parte de él tendrá alguna queja que manifestar). Primero hablemos del temario que se imparte, el cual es imposible de dar en tan poco tiempo y, además, no está adaptado a nuestras necesidades.
Nos están convirtiendo en máquinas automáticas de memorizar, cuando lo que de verdad necesitamos es aprender a aprender.
Todo esto empeora cuando la metodología es anticuada e inútil. ¿De qué nos sirve hacer 30 ejercicios de 6 asignaturas diferentes en casa, si luego no entendemos por qué se hacen?
Me gusta comparar la forma de enseñar de algunos profesores como “un cubo lleno de conocimientos que arrojan a la pizarra de una forma tan brusca y descuidada que se resbalan y acaban en el suelo, derramados, inservibles, antes de que siquiera pudiéramos haberlos comprendido”. No desarrollamos adecuadamente nuestra creatividad ni todo nuestro potencial, y tampoco se cuenta nuestra experiencia previa, por lo que ocurre que a veces partimos desde cero (repitiendo mucho temario) o seguimos avanzando sin haber interiorizado los conocimientos básicos que nos habrían servido para poder entender lo nuevo.
Todo este problema en la educación, sumado al mal uso de las nuevas tecnologías y al número excesivo de actividades extraescolares, solo trae desgracias para nuestro desarrollo como personas. Esta es la razón por la cual la puntuación de España en el informe PISA es tan baja, y la misma por la que hay un porcentaje tan alto de abandono escolar. Queremos un sistema educativo adecuado a nosotros, la juventud, cuyas bases estén asentadas en el mundo moderno (con esto quiero decir que necesitamos una adecuada implementación de las nuevas tecnologías en el proceso de aprendizaje), con una metodología adaptada al estudiante de hoy, que permita desarrollar nuestras capacidades como ser humano, ya que actualmente no se potencian la creatividad ni el pensamiento propio, sino más bien que trabajemos como ovejitas en un rebaño, para hacer lo que haga el resto sin capacidad crítica para decidir si lo que hacemos está bien o no. Queremos crecer, aprender, vivir, pero necesitamos los medios adecuados.
A pesar de la extensión del tema, creo que he dejado clara mi postura (y la que tienen muchísimos estudiantes como yo) ante esta situación. Con esto llamo a la reflexión personal y a que nos planteemos de verdad si se está haciendo lo correcto.
Vivamos para aprender.
Nacho Caballero Albacete y Javier Rodrigo López.
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