Solo hace una semana que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, en el marco de la presentación en el Parador seguntino de los eventos IX Centenario de la Reconquista de Sigüenza, anunció que la Junta apoyaba la candidatura de Sigüenza para obtener la dignidad de ciudad Patrimonio de la Humanidad. Dejando bien claro desde ese primero momento que era un proyecto a largo plazo que necesitaba el apoyo de todos.
En estos días hemos ido tomando conciencia de lo que significa este reto, que por muy difícil que pueda parecer no es imposible. Y muchos han empezado a creer que el pasado de su ciudad puede ser el impulso de su futuro. Siguiendo el lema del Año Europeo del Patrimonio, celebrado en 2018, “Nuestro patrimonio, donde el pasado se encuentra con el futuro”.
Y en esta Feria Internacional de Turismo del 2020, en este día de Guadalajara, quisiera enumerarles muy brevemente los motivos principales por los que Sigüenza puede aspirar a ser Patrimonio de la Humanidad.
En primer lugar, por su patrimonio histórico artístico. Recordemos que en 1965 Sigüenza fue declarada Conjunto Histórico Artístico, valorándose no solo sus más de dos mil años de existencia como ciudad, sino también las huellas que esos siglos de historia habían dejado en ella desde el punto de vista del patrimonio arquitectónico: una catedral, un castillo, dos templos románicos, más de una centena de casas medievales, varias casonas de interés y diversos edificios municipales. Y además, una decena de iglesias, ermitas y conventos renacentistas, barrocos y neoclásicos, varios hospitales, un hospicio y una universidad.
Una ciudad que es en sí misma y en sus edificios monumentales es un gran libro de arte, como evidencia, por ejemplo, la propia catedral, que acaba de celebrar los 850 años de su consagración con un año jubilar. En ella podemos estudiar todos los estilos artísticos desde el románico al neoclásico, y sobre todo admirar una joya, que por sí misma, podría ser el motivo por el que nuestra ciudad fuese declarada Patrimonio de la Humanidad, la escultura funeraria gótica de Martín Vázquez de Arce, El Doncel. No en vano los seguntinos de 1965 eligieron como nombre geoturístico de Sigüenza el de “Ciudad del Doncel”.
Pero no solo por esta obra excepcional podría Sigüenza ser Patrimonio de la Humanidad, sino también por ser un libro abierto de urbanismo. Recordemos que conserva gran parte de sus dos murallas medievales y de su recinto renacentista, y que en los pocos metros que distan entre su Alameda y su castillo se puedenestudiar las características del urbanismo medieval en sus Travesañas, del renacentista en la Plaza mayor, del barroco en la calle monumental donde se alzó su universidad, del ilustrado en el barrio de San Roque, del neoclásico en la citada Alameda y del contemporáneo en las nuevas urbanizaciones y barrios de chalet.
En segundo lugar, por su patrimonio inmaterial.
Sigüenza es una ciudad que celebra sus fiestas como las celebraban sus mayores, que logra en ellas una simbiosis perfecta entre lo popular y lo religioso, entre lo gastronómico y lo musical. Música, gastronomía, rituales, todos son ejemplos de patrimonio inmaterial y en nuestra ciudad están presentes a lo largo del año. Gastronómicamente hablando, quiero recordar a nuestras dos estrellas Michelin y a todos los restauradores que tienen a gala seguir las recetas de sus abuelas, de las guisanderas que les enseñaron a utilizar los productos de la Tierra. Y musicalmente hablando, Sigüenza es la ciudad de las mil músicas. Una ciudad que en las últimas décadas no solo ha recuperado la dulzaina y sus bandas municipal y cofrade, sino que a lo largo del año ofrece festivales musicales de todo tipo.También, desde el punto de vista inmaterial, destacamos rituales como el Descendimiento de la Cruz en Viernes Santo, o el paso de “armaos”. Sin olvidarnos del trabajo de artesanos y artistas y de todos los que con su participación contribuyen a que las fiestas seguntinas sean inolvidables, tanto las Jornadas Medievales, como las procesiones de Semana Santa; los Arcos de san Juan o los toros por San Roque.
Y en tercer lugar, por su patrimonio natural. Una de las fortalezas de nuestra candidatura. Íntimamente unido al patrimonio cultural. No olvidemos que con la sal de Imón se financió la construcción de nuestra catedral. Un patrimonio natural en el que se combina la naturaleza diseñada por el hombre, como ocurre en su Alameda, con la que nos ha regalado la geología, en el Barranco del Dulce.
Sigüenza sí, tiene por delante un larguísimo camino para lograr su sueño, pero cientos de razones para conseguirlo. Mientras llegamos a la meta os invitamos a volver a nuestra ciudad y a disfrutar intensamente de todo su patrimonio.
Muchas gracias.
Pilar Martínez Taboada.
Cronista Oficial de la ciudad
Texto leído el 25 de enero en Fitur