El nacimiento, lleno de vitalidad, de un partido singular llamado Podemos ha sido un revulsivo que ha llenado de espanto el panorama político de este lamentable país en el que ha sido trasformado España.
En las tertulias radiofónicas y televisivas, hay siempre referencias a este partido, llamado populista: se dice que es peligroso votarles ya que conducirá a situaciones difícilmente imaginables. En las condiciones actuales cualquier voto puede llevar a escenarios de pesadilla, como se manifestó en las últimas elecciones en las que resultó ganador un partido que con su mayoría en las cámaras, está haciendo de nuestra capa su sayo.
Además, al calificativo de populista se le da un sentido de que las masas, los desarrapados, los partidarios de la acción violenta, van a tomar la calle y subvertir los entrañables valores patrios; se afirma que carece de enjundia, y que con la juventud de sus cuadros no podrán formar un gobierno que sea capaz de hacer frente a los problemas en los que nos encontramos.
Esta afirmación no puede escucharse sin echarse las manos a la cabeza: tenemos un gobierno en el que el dimitido ministro de justicia planteó una ley, la del aborto que no contó ni con el respaldo de su propio partido; que el ministro de educación planteó una reforma educativa contra el criterio de educadores, educandos y APAS; una ministra de sanidad que tras una intervención inicial nefasta se apresuró a esconderse hasta dejar pasar la tormenta llamada ébola; un ministro de industria que no cejo de atentar contra la producción de nuestra actividad puntera hasta herirla de muerte (las energías renovables); … La soberbia que indican estos comportamientos, además de la rapacidad mostrada en bloque por el partido de gobierno, indican lo peligroso del resultado del voto.
¿Qué pasaría si Podemos obtuviera una mayoría? Llegar a este estado de descomposición seria prácticamente imposible; es imposible creer que un gobierno encabezado por Podemos sea ideal, pero más categoría que el que en este momento figura a la cabeza del Estado es seguro.
No, nos espera un gobierno mejor, se vote a quien se vote, salvo que repita el mismo partido. Por favor, tómese nota que no se ha nombrado la corrupción: se ha hecho para no hacer muy densa esta columna.
