El 8 de mayo de 1804 Francisco Xavier Balmis abandonó la Guaira en el María Pita acompañado de Antonio Gutiérrez, cirujano; Francisco Pastor, practicante; los enfermeros Pedro Ortega, Antonio Pastor, Ángel Crespo, secretario trasmutado en enfermero, e Isabel Zendal a cargo de 6 niños caraqueños y los 21 peninsulares.
Transcurridos dieciocho días de dura navegación, desembarcan en La Habana y son recibidos con corrección por el capitán general de Cuba, Salvador de Muro y Salazar, pero sin entusiasmo, pues desde febrero el Dr. Tomás Romay y Chacón ha introducido la vacunación en la isla. Tras las experiencias de Puerto Rico y Caracas, Balmis acepta la situación y decide saltar a la siguiente fase de su plan. Presenta una Junta Central de Vacunación, patrocinada por la Real Sociedad Económica de La Habana, que se mantuvo en funcionamiento durante muchos años.
Con el fin de llegar a Yucatán, Balmis solicita 4 niños al capitán general. Ante la negativa a su petición, tiene que disponer de un niño tambor del Regimiento de Cuba y 3 niñas esclavas que compra con su dinero.
Otra travesía movida y llegan a Puerto Sisal el 25 de junio. Allí la vacuna se les había adelantado procedente de Cuba, vía Veracruz. Se instalan en Mérida. Balmis sospecha de la cepa, a la postre heredera de la portorriqueña, y encarga a Antonio Gutiérrez que compruebe las inmunizaciones de todo Campeche, y a Francisco Pastor en Guatemala, adonde se había enviado la vacuna desde Mérida. En el reglamento que deja en Guatemala especifica que se debe siempre dejar un remanente de niños menores de un año sin vacunar para poder retomar las cadenas vacunatorias, en caso de nuevas epidemias. Meses después Francisco se reencontrará con sus compañeros en la ciudad de México, pasando por Oaxaca, vacunando en todos los lugares que visitan en un itinerario de más de 2.600 km.
Virreinato de la Nueva España en 1794. Wikipedia
Mientras, Balmis y el resto del equipo parten hacia Veracruz en la María Pita, puerto al que arriban el 24 de junio. De nuevo encuentran que la vacunación ya había llegado a la ciudad en dos fragatas procedentes de Cuba. Por lo que pone en marcha su plan completo (entrenamiento de sanitarios, comunicación a la población, Junta de la Vacuna, plan de distribución y conservación, y participación de las personas prominentes de la ciudad); aun así, muy pocas personas se quieren vacunar.
En julio la corbeta María Pita regresa a La Coruña y al llegar a la península al comandante Pedro del Barco y España le ascienden a teniente de navío.
A finales de ese mismo mes, Balmis, al no haber niños disponibles para el transporte de la vacuna, pues los habían vacunado a todos, recurre a diez jóvenes soldados del regimiento local y se dirige a la ciudad de México, adonde llegan el 9 de agosto. Su entrevista con el virrey de Nueva España, José de Iturrigaray y Aróstegui no fue muy cordial, ya que en la capital se había recibido dos meses antes la vacuna procedente de Veracruz y en aquel momento había encargado a su médico personal, Alejandro García Arboleya, la vacunación, conservación y difusión de la vacuna por el virreinato.
Iturrigaray defendía su organización, sus médicos y su cepa de virus; de modo que, para conservar la cepa traída de España por Balmis, un funcionario tuvo que amenazar con una multa a veinte mujeres indígenas para que permitieran vacunar a sus hijos. Una vez lo cual, se dirigieron a la botica más cercana para pedir un antídoto para el veneno que acababan de introducir en sus retoños.
Ante el bloqueo del virrey, Balmis decide salir de la ciudad y organizar dos ramas de la subexpedición, una con Balmis a la cabeza hacia el norte y otra con Gutiérrez hacia el oeste y la costa.
Balmis primero va a Puebla, localidad que debería haber vacunado en su viaje desde Veracruz, lo que no hizo ya que quería llegar cuanto antes a la capital. En Puebla vacuna a más de 10.000 niños en tres semanas y crea una junta de vacunación. Allí solicita colaboración al médico del virrey, el Dr. García Arboleya para que continúe hacia el sur a vacunar a Oaxaca. Después regresa a México y emprende un largo viaje de 3.500 km a Celaya, Guanajuato, Zacatecas, Durango, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, regresando a la capital casi por el mismo camino, vacunando en San Luis de Potosí y Querétaro. Expediciones posteriores de los sanitarios que formaron vacunaron más al norte en las provincias novohispanas que hoy son los estados de Nuevo México, Arizona y Texas (EE.UU.).
Por su parte Antonio Gutiérrez Robredo vacunará en Guadalajara, Sinaloa, Baja California, San Diego y San Francisco (ambos hoy EE.UU.). Más de 4.000 km solo la ida.
A su regreso a la capital del virreinato, Balmis comienza la organización del viaje a Filipinas. El virrey sigue renuente y no le facilita una embarcación, de modo que tiene que comprar unos caros pasajes en el famoso Galeón de Manila.
El 7 de febrero de 1805 en Acapulco, la subexpedición de Balmis embarca en el Fernando de Magallanes, con todos sus ayudantes y 26 niños novohispanos a cargo de Isabel Zendal.
En el próximo artículo veremos a nuestros protagonistas en Asia, el extremo de las provincias españolas.
Para saber más: Balaguer Perigüel, Emilio y Ballester Añón, Rosa, En el nombre de los niños. La Real Expedición Filantrópica (1803-1806), Monografías de la Asociación Española de Pediatría (AEP), nº 2, 2003.