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Nieves-Garcia

La búsqueda de los fusilados republicanos en la guerra civil.

Nieves García Catalán vive en una pequeña localidad cercana a Sigüenza desde hace pocos años, "si bien el pueblo ya lo conocía desde los diecisiete". Domingo Bartolomé la conoció "en un tren, leyendo un libro del hispanista irlandés Ian Gibson, tras la presentación de un libro que presentó el juez Garzón". En aquella conversación ferroviaria está el origen de esta entrevista: Nieves es nieta de Dióscoro Galindo, el maestro que fue fusilado junto a García Lorca en el barranco de Viznar, en Granada, en agosto de 1936. "Soy nieta, pero no de sangre. Mis padres (así los ha considerado siempre), me criaron, me acogieron en tres días; lo que pasa es que yo no llevo sus apellidos… digamos que soy adoptiva, sin serlo propiamente… mi padre era el hijo de Dióscoro. Cuando lo mataron era maestro de Pulianas, un pueblo granadino donde ahora tiene un centro cultural y una calle con su nombre. Había nacido en la provincia de Valladolid y recorrió media España como maestro. La guerra le cogió en Pulianas".
Hablemos de su condición, de su personalidad… "era un hombre muy querido por su comportamiento con los alumnos, y era un conocido republicano, pero no pertenecía a ningún partido. He llegado a conocer alumnos, incluso una chiquita que me habló de que su madre, que entonces tenía nueve años, le conoció. Todos ellos alabaron su cualidad de maestro, dando clases nocturnas a adultos que no sabían leer y escribir, haciendo más jornada con los chavales que tenían que acudir a ayudar a sus padres en el campo y faltaban a clase… una bellísima persona que nunca se significó en política, salvo su republicanismo, condición de la mayoría de los maestros de entonces. Tan sólo colaboró en las últimas elecciones antes de la guerra en las mesas electorales, en la organización… Su caso fue que el solicitó una casa a la que tenían derecho los maestros en la localidad en que ejercían… y en el Ayuntamiento se la negaron; él se enfrentó con el secretario, y ello le costó la vida al estallar la guerra…" Refresquemos la memoria: en la madrugada del 18 de agosto, junto a Lorca y Dióscoro, fueron fusilados dos banderilleros anarquistas, Francisco Galadí y Joaquín Arcollas, de los que apenas se sabe nada. "Joaquín no tenía descendientes, y tan sólo una asociación de banderilleros de Granada se personó para recoger sus restos. De Francisco se preocupó su familia". El lugar del enterramiento no ha sido encontrado todavía, y diversas asociaciones que engloban familiares de los asesinados reivindican su búsqueda y la posterior exhumación de los restos. No obstante, no existe unanimidad en estas familias, en concreto la de García Lorca no participa de la investigación, oponiéndose a la continua busca. No son los únicos. "Nosotros somos tres hermanas, y la mayor no ha entrado nunca en estos temas, nunca ha querido saber ni para  bien ni para mal, y la mediana nunca se había interesado; mi madre se encargó de empezar a moverlo todo, y cuando ella faltó, continué con su voluntad contando con la ayuda de toda la gente interesada en esto". ¿Y la postura de la familia de Lorca? "Sinceramente creo que es simple y puro egoísmo, ya que ellos están sacando todo lo que pueden de las rentas de su tío y no quieren que eso se mueva de ninguna forma… se ha dicho que si los restos del poeta están enterrados en la finca familiar, que si se los llevaron a Nueva York, no sé… mi padre me decía que en el año 1959 o así Franco permitió a algunas familias de poder adquisitivo la posibilidad de rescatar los cuerpos de sus seres queridos… pero no se supo nunca realmente si los Lorca lo hicieron o no… Ian Gibson estuvo con mi padre un montón de veces, y siempre se dijo que había suposiciones sobre el lugar de enterramiento…que si había testigos… se decía que bajo un olivo rodeado de una pequeña valla, lo que ahora es el parque García Lorca. Mi padre nunca fue por allí, no así mis tíos". Gibson se quejó de que las excavaciones nunca se hicieron en la zona correcta, incluso criticó a la Junta andaluza en su idea de no abrir heridas... "algo que se está haciendo todos los días", interviene Domingo, "no se pueden cerrar los libros con páginas en blanco. Nieves insiste en que las heridas no están cerradas, no se está abriendo nada que no estuviera abierto ya. Se cerrarán el día que la historia se escriba como se tiene que escribir". ¿Bastaría para ello encontrar los cadáveres de los asesinados? "Entiendo que sí, pero la vía principal es juzgar al franquismo… partiendo de esa base, evidentemente a mí me gustaría saber donde está enterrado mi abuelo… pero creo para empezar a hablar de cerrar heridas, hay que juzgar el franquismo, que la historia se estudie como realmente ha sido, que no se pase de puntillas sobre la guerra civil…" ¿En qué estado está la búsqueda de la fosa? "Ahora han encontrado huesos y algunas armas enterradas, y todo ello se ha entregado al juzgado de Granada, que será el que decida si eso se toca, no se toca… hablamos no sólo de la fosa de Lorca sino de todas las que había alrededor, ya que el lugar era especial para llevar a fusilar a la gente…" ¿Y la Junta de Andalucía? ¿Hay colaboraciones? "De momento está callada, yo creo que actuará dependiendo de lo que diga el juzgado, si abrir o no, etc… la gente se sigue moviendo, pero claro, ahora no hay un duro para nada y poner dinero no es fácil… hay una Asociación de la Memoria Histórica de Granada que lleva Rafael Gil, alcalde de Pulianas y catedrático de la Universidad; él fue quien criticó la única excavación –fallida– que se hizo; mi hermana mayor, aunque no está metida en estas cosas, está dispuesta para, en su momento, hacerse la prueba de ADN, que evidentemente yo no puedo hacer. La Universidad de Granada se haría cargo de los gastos de estas pruebas". ¿Qué esperas de toda esta movida? "A estas alturas ya no lo sé… no tengo claro qué va a pasar. Tal y cómo está todo, no tengo ni idea… la vez anterior por lo menos había ilusión por si aparecían los cuerpos, ahora…" su comentario es pesimista, y la voz no deja lugar a dudas. Hay demasiadas cosas en contra para que el optimismo pueda recuperarse: oposición oficial, recortes económicos, el paso del tiempo, negativas familiares… "Además, sentimentalmente, no quiero implicarme más de lo que hasta ahora he hecho, han sido varios golpes… aunque siempre queda la cosa de que te dices que sí puede pasar… pero no sé… me impliqué mucho durante muchos años… han sido muchos viajes a Granada, muchas actividades… no dejaré la lucha de mi padre, y estaré ahí, pero no sé… ya no hay prácticamente ninguna ayuda por parte del Gobierno (las ha ido retirando poco a poco), y lo que hay es tan mínimo que se reduce a mantener el grupo… pero no para excavaciones ni otras cosas… por suerte hay ayudas de instituciones y personas, incluso del extranjero, que permiten ir abriendo fosas muy poco a poco… Por otra parte hay cierta desidia por parte de familiares, mucha gente todavía tiene miedo, algo comprensible en mayores, familiares directos… mi padre estaba aterrorizado y jamás se movilizó… pero no entiendo por qué ahora hay gente que no se atreve, hemos vivido otra sociedad… tal vez sea desidia o falta de conciencia…"

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