Hace un año en un artículo sobre el Campo de Concentración de Mauthausen, hice referencia a Miguel Martín. Tan solo era el nombre de una persona que había nacido en Sigüenza en 1890 y que había muerto en el campo de exterminio de Auschwitz. Internet y el azar puso a mi alcance una información que hubiera sido impensable e imposible obtener hace unas décadas.
Gracias al trabajo de la profesora e historiadora francesa Claudine Cardon-Hamet, autora del libro “Triangles rouges à Auschwitz, le convoi politique du 6 juillet 1942” podemos conocer el rostro de Miguel así como una breve historia de su deportación y de su muerte. (http://politique-auschwitz.blogspot.com.es/2014/03/martin-miguel.html).
Miguel Martín
Miguel es posible que emigrara al país vecino en las primeras décadas del siglo XX. Vivía en París y trabajaba como zapatero, adquiriendo la nacionalidad francesa en 1927. Desde octubre de 1941 la policía francesa, a las órdenes del Gobierno de Vichy, había intentado su detención por ser un conocido militante del Partido Comunista Francés. Arrestado en abril de 1942 junto con otros activistas políticos fue entregado a las autoridades alemanas e internado en el campamento alemán de Compiegne Royallieu, desde el cual fue deportado a Auschwitz en el convoy de 6 de julio de 1942, conocido como el “45000”. Este convoy con más de mil deportados, en su mayoría políticos y sindicalistas de izquierdas, fue una represalia de Hitler contra las actividades clandestinas de la resistencia francesa y sobre todo contra los judíos y comunistas.
Miguel Martín llega a Auschwitz en julio de 1942 y es registrado con el número “45850”. Los presos fueron seleccionados por especialistas de las SS según su profesión para distribuirlos en los trabajos de movimientos de tierras y construcción de bloques de piedra. Muchos de los documentos de los registros fueron destruidos por la SS poco antes de la evacuación del campo por lo que no existe ninguna información sobre el trabajo al que fue destinado nuestro paisano. En los campos de concentración nazis un hombre de 52 años era considerado demasiado viejo y por lo tanto “un material” del que se podría extraer poco beneficio. Miguel Martín murió el 10 de agosto de 1942 según los registros de defunción del campo de Auschwitz. El mismo día otros 20 camaradas fueron declarados fallecidos y según testimonios de los supervivientes todos ellos fueron gaseados después de ser seleccionados como “no aptos para el trabajo”.
“Cosificar” a las víctimas es tratarles como simple hechos o sucesos, lo que nos permite alejarnos emocionalmente de su tragedia. Ponerles rostro y considerarles como personas con una historia y una familia nos acerca a sus ilusiones, sus miedos, sus esperanzas y sus derrotas. Sirva esta pequeña historia de Miguel Martín como homenaje a tantos héroes anónimos de distintas ideologías o religiones; y nos proporcione la disculpa para reflexionar sobre el hecho de cuando los españoles también fuimos los emigrantes y los deportados.