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Presos españoles preparados para dejar Mauthausen

La información sobre los campos de concentración nazis fue censurada en España durante la dictadura ya que habían sido aliados bélicos contra la República Española. Tampoco conocimos hasta fechas recientes los campos de concentración que existieron en nuestro país tras la Guerra Civil y los teníamos a nuestro alrededor, disfrazados en los que se denominaba “redención de penas por el trabajo”. Los años de la Transición Política comenzamos a ver imágenes aterradoras de las cámaras de gas y hornos crematorios que los nazis habían construido por todos los territorios que habían ocupado en su afán imperialista. Conocimos el Holocausto por el que habían pasado los judíos, gitanos o cualquier persona sospechosa de no simpatizar con el nazismo. Pero muchos no hemos conocido hasta épocas recientes el aniquilamiento sistemático de miles de españoles republicanos, que fueron deportados por el gobierno francés durante la ocupación nazi. La mayoría  acabaron en los campos de exterminio de Mauthausen, Gusen, Dachau o Auschwitz.

La Segunda Guerra Mundial estaba finalizando y gran parte de la población europea comenzó a conocer hasta donde podía llegar la locura colectiva de un régimen político fascista, que había sido elegido democraticamente a principios de los años treinta. El 5 de mayo de 1945, el Ejército estadounidense liberaba los campos de concentración nazis de Mauthausen-Gusen localizados en Austria. Este complejo de campos de trabajo había sido diseñado para eliminar a los presos denominados “irrecuperables” y problemáticos. Los nazis habían enviado entre 1940 a 1945 a más de 9.000 republicanos españoles con el consentimiento del gobierno franquista. A los más débiles o enfermos se les enviaba al cercano campo de Gusen para ser eliminados, siendo en este campo donde fueron exterminados la mayor parte de los españoles.

Cuando los soldados americanos entraron en Mauthausen el paisaje era similar al que habían encontrado al llegar a otros campos de exterminio. Miles de prisioneros yacían muertos, otros en un estado de agotamiento y depauperación que les llevaría a la muerte en los días posteriores a la liberación. Quedaban 64.000 seres humanos de distintas nacionalidades, con un aspecto que hemos visto muchas veces en las imágenes de la época: piel, huesos y unos ojos que miran más allá de la muerte.

“Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras”, era la gran pancarta que unos 2.000 españoles supervivientes colgaron en la puerta principal para dar la bienvenida a los soldados norteamericanos. La esperanza, el coraje y la suerte les mantuvo en pie hasta ese día. Entre ellos puede que estuvieran Patricio Jodra Durante, Marcos Caballo Blanco y Fidel Ramos Caballo nacidos en La Cabrera, El Atance y Carabias respectivamente y que figuran en los registros del gobierno francés como liberados en la fecha señalada anteriormente.

Otros habían fallecido debido a los malos tratos o habían sido asesinados como Julian Durante Marina de Los Heros; Juan Estrada Viñas de Moratilla; Justo Bartolomé Minguez de Ures; Vicente Lafuente Barbarroja de Sigüenza; Francisco Ranz Santamaría de Riosalido; Eugenio Santuy Martínez y Justo García de Horna, Bruno Garcilópez López de Villaseca de Henares y Miguel Martín natural de Sigüenza y que murió en Auschwitz. Algunas personas ni siquiera figuraban en los registros y es imposible conocer su destino.

Si para cualquier persona fue dramática la situación de ser deportado, para los españoles supuso pasar por el infierno de forma repetida en varias ocasiones. Primero derrotados por el bando franquista tuvieron que cruzar la frontera y buscar refugio en Francia. Allí no fueron recibidos con agrado por la población, ni tampoco por el gobierno, siendo internados en campos de acogida de refugiados, donde las condiciones de vida fueron muy lamentables. Cuando se inicia la Segunda Guerra Mundial se les dio la posibilidad de alistarse en la Legión Extranjera para luchar contra el enemigo o incorporarse a las compañías de trabajadores que realizaban labores de fortificación en el frente bélico.

Ser refugiados españoles era equivalente a rojos indeseables y cuando los nazis ocuparon Francia miles de españoles fueron deportados hacia la barbarie de los campos de concentración, pues nunca se les reconoció como prisioneros de guerra aunque hubieran luchado con los franceses, sino que fueron calificados como apátridas. El Gobierno Español no quiso saber nada de estos prisioneros, pues en España en esas fechas existían cientos de miles de presos republicanos a los que había que controlar, alimentar o reducir. Por tanto, unos miles de prisioneros españoles republicanos en manos nazis era un asunto indiferente. Eran rojos republicanos sin patria y sin nacionalidad, individuos que podían y debían ser eliminados. Habían luchado por su patria, por sus ideas y por la libertad y perdieron en todos los frentes.

Cuando el 5 de mayo de 1945 Mauthausen-Gusen fue liberado, a los prisioneros españoles todavía les quedaba un largo trecho de infierno por recorrer. Los prisioneros rusos, italianos y franceses pudieron volver a su país. A los españoles nadie los quería, no tenían patria ni un hogar al que regresar y se tuvieron que quedar un mes en las instalaciones del campo de concentración, hasta que el gobierno francés cedió a las presiones de sus propios ciudadanos y dio refugio político a los republicanos españoles, y que con los años se convertirían en ciudadanos franceses.

El gobierno francés ha realizado todo lo posible por resarcir, indemnizar y sobre todo hacer visible a quien por alguna causa fue victima de la injusticia institucional del Gobierno de Vichy. En los años cincuenta Francia envió al Gobierno de Franco los listados e informes de aquellos deportados españoles que habían fallecido en los campos de exterminio, en los que figuraba la dirección donde informar del suceso. Es de sospechar que estos documentos se archivaron y nunca se notificó a las familias del destino que habían sufrido sus seres queridos. Recientemente, cuando se aprobó la Ley de Memoria Histórica, se han digitalizado gran cantidad de documentos que se encontraban archivados y ocultos, por lo que es posible tener un escaso conocimiento del drama que sufrieron los que se quedaron y los que se fueron. Quien desee buscar información sobre el tema puede consultar la infinidad de páginas y libros sobre la deportación de españoles a los campos nazis incluidos documentos y expedientes de represaliados digitalizados disponibles en páginas oficiales del Gobierno de España http://pares.mcu.es/  y  https://reescan.mjusticia.gob.es/

En los Juicios de Nuremberg se acuñaron términos como “Crimen contra la Humanidad” y “Genocidio”. El trabajo de recopilación fotográfica y de resistencia que los prisioneros españoles habían realizado durante mucho tiempo en Mauthausen fue fundamental para poder juzgar los criminales y asesinos del Holocausto. El Gobierno de Francia recientemente ha otorgado la más alta condecoración del Estado, la Legión de Honor, a todos los supervivientes españoles deportados por el Gobierno de Vichy y que en la actualidad permanecen con vida. Todavía ningún gobierno de España ha tenido el coraje de admitir e indemnizar a las víctimas de esta injusticia.

En la Sala de las Banderas de Mauthausen junto a la bandera de Austria ondea la bandera republicana española, testigo de la triste estancia y exterminio de nuestros convecinos.

Viñeta

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