Tras la Semana Santa, La Plazuela se puso en contacto con la institución que organiza las procesiones en Sigüenza: la Cofradía la Santa Vera Cruz y el Santo Sepulcro. Hablamos con el presidente de la Cofradía, Felipe Carrasco Calvo.
La Ermita de la Vera Cruz
La ermita donde tiene su sede actualmente la cofradía, situada junto a la Iglesia de las Ursulinas, fue en tiempos una ermita de la Orden Tercera de San Francisco (los franciscanos laicos) que se encontraba en estado ruinoso. Se empezó a restaurar hacia 1989 y fue inaugurada en 2010, siendo reconstruida con los recursos propios de la Cofradía. “El local es de la iglesia y nos lo cedió indefinidamente el obispo Jesús Pla para que tuviéramos aquí los pasos. Queremos seguir arreglándolo, poner un artesonado y hacer una entreplanta para poder tener arriba una sala de reuniones y un almacén para tener los trastos allí y dejar la parte de abajo para hacer un museo de la Semana Santa de Sigüenza”, señala Felipe Carrasco. La restauración ha hecho que se hayan recuperado los antiguos itinerarios de las procesiones, que durante 40 años variaron para dar cobijo a los pasos en otros lugares.
Algo de historia
La Cofradía de la Santa Vera Cruz (fundada en 1536) y la del Santo Sepulcro (fundada en 1636) se unificaron en 1935, formando la actual cofradía.
La antigua sede de la Cofradía de la Santa Vera Cruz era la actual Ermita del Humilladero que hoy sigue perteneciendo a la cofradía unificada. “No cabían los nuevos pasos por las puertas y no se usaba ya para dejarlos allí, durante años la alquilamos al Ayuntamiento para oficina de turismo y actualmente la alquilamos para exposiciones temporales”, explica Felipe Carrasco.
La sede de la Cofradía del Santo Sepulcro era la Ermita de San Lázaro, ahora un ala de la iglesia situada dentro del Asilo. “Donde está ahora el Asilo estaba la Ermita rodeada de huertos. La cofradía cedió esos terrenos para que construyeran el asilo a cambio de que custodiasen dentro del asilo los pasos del Santo Sepulcro y la Virgen de la Soledad” , nos ilustra Felipe Carrasco. La historia de la cofradía está documentado por Pedro Ortego Gil, en su libro Historia de la Cofradía de la Vera Cruz de Sigüenza, “escrito bajo su condición de ‘Armao’, y muy amante de la cofradía”.
Los pasos
Muchos de los pasos originales se quemaron durante la guerra civil cuando se encontraban en la Iglesia de Santa María, exceptuando los de la Dolorosa y el del Cirineo que estaban en la Catedral. “Los han sustituido imágenes que tienen valor artístico porque están muy bien hechas pero son de molde y están hechas de escayola, son imágenes que te puedes encontrar en los pasos de otras ciudades, como por ejemplo El beso de Judas que también se procesiona en Cifuentes”. El paso de la Borriquilla, como se le conoce popularmente aunque su nombre oficial es la Entrada de Jesús en Jerusalén, es del año 1969 y lo compró la cofradía a un escultor valenciano. “Esta talla sí que es de madera y procesiona el Domingo de Ramos por la mañana”. El paso del Cristo crucificado es la seña de identidad de la cofradía.
En cuanto a los pasos originales que se conservan, está una Virgen Dolorosa que data de finales del siglo XVI y el paso del Cristo con la Cruz a Cuestas conocido como el Cirineo. Respecto a la primera talla Felipe cuenta que “al restaurarla el imaginero vio que tenía cortado el pelo y originalmente tenía siete coletas, la Magdalena siempre se representaba con siete coletas por lo que al parecer era una Magdalena que, con el pelo cortado, se reconvirtío en Dolorosa”.
Otros dos valiosos pasos se encuentran custodiados en la antigua Ermita de San Lázaro que hoy se encuentra en el edificio del Asilo. Allí es donde se fundó en 1636 la Cofradía del Santo Sepulcro. “Esa es la razón de que la procesión del Santo Entierro termine allí desde siempre, la gente se extraña porque piensa que el Asilo es un edificio moderno pero en su interior es donde está la antigua ermita”. La imagen tiene los brazos articulados y fue restaurada hace unos años. La imagen de la Virgen de la Soledad, una talla de pequeño tamaño, es de la misma época que el Cristo yacente y está ubicada en un retablo.
La Banda de Cornetas y Tambores
Uno de los empeños de la Cofradía es la creación de una Banda de Cornetas y Tambores. Felipe Carrasco cuenta que el problema es la falta de continuidad de los chavales que empiezan. “Empezamos con un profesor sevillano que es corneta y se desplazó a Guadalajara, le contratamos para empezar a formar la Banda, llevamos tres años pero muchos chavales lo dejan”, añade que “este año han venido cinco o seis chavales que quieren incorporarse a la banda, y decidimos empezar de nuevo. En esta Semana Santa han participado en las procesiones 18 chavales, “los tambores suenan muy bien pero con los instrumentos de viento les cuesta más”. “A la procesión del Silencio fueron nuestros chavales porque la Banda de Música de Sigüenza quería participar pero no solo tocando el himno nacional sino otras piezas, nosotros dijimos que no, que allí solo había que tocar el himno nacional” precisa Felipe.
Presente y futuro de la cofradía
Junto a Felipe Carrasco, presidente de la Cofradía, se encuentra José Antonio de la Concepción, jefe de los “Armaos”. La cofradía la componen en la actualidad 320 hermanos. Estos se dividen en hermanos de carga o “Armaos” y hermanos de vela o “Capuchones”. Los eméritos es una figura nueva de este año, creado para los Armaos que han cumplido años o que tienen ciertos problemas físicos para cargar. “El Viernes Santo por la mañana que es cuando más gente participa están saliendo 85 Armaos y hermanos de vela desfilan unos 100 a 120. Es decir, es un poco más de la mitad los hermanos que salen en procesión”, nos comenta. Sobre la salud de la cofradía cuenta que “en el tema de Armaos la cofradía va muy bien, hay mucha gente joven y mucha renovación.” En cuanto a la participación femenina ya en 1992 se admitió a mujeres como hermanas de vela, no de carga. Se aprobó por unanimidad y no hubo problemas, “en el libro de Ortego pone que antiguamente sí que hubo hermanas de vela”. No se ha planteado de momento admitir mujeres en los Armaos, Felipe aduce que tendrían que adaptarse las armaduras “aunque mi hija está empeñada en que quiere ser la primera mujer en formar parte de ellos”.
Respecto a los proyectos de la cofradía, uno de ellos es recuperar una tradición que existe en muchas ciudades de Castilla y que se practicó en Sigüenza durante más de cien años, la ceremonia del Descendimiento, es decir la recogida de Cristo de la cruz y su enterramiento. La Cofradía lo ha planteado al Cabildo pero este por ahora no parece demasiado receptivo a la idea.
Otro de los proyectos de la cofradía es tratar de recuperar la procesión de La Torrendera del Domingo de Pascua, “para ello habría que cambiar el horario que ahora es a las ocho y media de la mañana para hacerla más tarde, a las once o doce”.
También existe el proyecto de encargar un nuevo paso, el de Cristo atado a la columna, “pero hacerlo en condiciones, es bastante caro y asún se está estudiando la forma de hacerlo”, termina Felipe Carrasco.
Domingo Bartolomé / José María Cañadas