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Depósito de Gas Natural en Sigüenza

Tradicionalmente en la comarca de Sigüenza para protegerse del frío se ha utilizado la leña y en la actualidad el gas propano, el gas butano y el gasóleo. Este último combustible tiene algunas ventajas, las calderas suelen ser más baratas y el gasóleo calienta más rápidamente una casa. Los inconvenientes son que los depósitos necesitan bastante espacio de almacenamiento y que al tratarse de un derivado del petróleo, produce emisiones de CO2.

En cuanto a la electricidad, las últimas subidas del coste fijo de la potencia instalada y lo imprevisible de la factura, derivada de un complejo procedimiento difícilmente comprensible para el ciudadano medio, la deja como última opción.

El gas propano es otra de las opciones y se suele utilizar en calderas preparadas para este combustible. Se trata de un gas menos contaminante que el gasóleo. Por último, tenemos a la humilde bombona de butano, quizá la más popular y asequible por el precio, manera de calentarse, que se utiliza en las estufas catalíticas o de otro tipo.

Nos queda analizar las otras dos opciones que parece que van ganando partidarios en los últimos tiempos. Una de ellas es el gas natural, que poco a poco se va introduciendo en la comarca de Sigüenza y ahora también empieza a instalarse en Molina de Aragón.

En Sigüenza, para atender el suministro  de gas natural se ha construido un depósito detrás del polideportivo de La Salceda. De momento este depósito no está conectado al gaseoducto que pasa cerca de la Riba de Santiuste aunque al parecer está prevista su conexión. Por ahora se utilizan camiones para alimentar dicho depósito. En un primer momento la red de gas natural empezó a desplegarse por las zonas aledañas y por la Urbanización Santa Librada, recientemente ha llegado la canalización al barrio de San Roque y se supone que con el tiempo llegará al resto de la ciudad.

La compañía instaladora ofrece en Sigüenza dos tarifas diferentes para las personas residentes y para las que solo utilizan su residencia de manera ocasional. La tarifa de residente supone pagar un fijo de 8 euros al mes y el kilovatio hora (kWh) no llega a 0,06 euros. La tarifa fija para el usuario ocasional es de 4 euros al mes y el kilovatio hora se paga a 0,07 euros. El gas natural se mide en los contadores en metros cúbicos y un metro cúbico equivale a 11,3 kilovatios hora, lo que resulta bastante económico en comparación con el precio actual del gasóleo. Un usuario reciente de este tipo de gas nos informa de que en un piso normal de unos 90 metros cuadrados, el consumo diario de una caldera de gas contando calefacción y agua caliente puede suponer unos 3 euros diarios. El precio del kilovatio hora es inferior al de la electricidad, por otro lado el precio del kilovatio hora de esta energía está fijado por el Estado y su variación en los últimos cinco años ha sido muy pequeña en relación con la variación del precio de otros productos como el gasóleo y el butano.

Los comercializadores de este tipo de gas aducen que el Estado impulsa esta energía porque el consumo de gas natural produce menos emisiones de CO2 a la atmósfera que el gasóleo y otros gases derivados del petróleo. Se puede optar instalar calefacción, agua caliente y cocina, de manera que todo funcione con gas natural o limitarse a la calefacción y agua caliente o tan solo a la calefacción. Para distribuir el calor dentro de la casa hay que instalar radiadores o si se tienen, adaptarlos a este tipo de energía. En cuanto al precio de las calderas de calefacción y agua caliente está alrededor de los 1.500 euros aproximadamente. El suministrador de gas es el Estado a travé de  Enagas y luego existen distribuidoras comercializadoras, que se hacen cargo de las instalaciones y de la comercialización. Con el comercial se firman varios contratos diferentes: uno con la comercializadora, en el caso de Sigüenza, Endesa; otro con el encargado del depósito; otro con el de la instalación individual que te lleva el gas hasta la puerta de tu casa y otro con la instalación interior.

Otra de las alternativas que se ha puesto de moda en los últimos tiempos es la estufa de pellet. Es como una estufa de leña perfeccionada que no tiene los inconvenientes de la tradicional. No hay que luchar contra el hollín ni hay que estar pendiente de alimentarla con leña de manera continua. La estufa lleva un depósito en su parte superior en el que se echa un saco de pellet y en la parte inferior una cámara de quema, el pellet se desplaza hacia abajo a medida que se va quemando. Después de un día de funcionamiento se saca tan solo un puñado de ceniza. El humo de la chimenea es mucho más limpio que el de la leña. Un saco de pellet de 15 kg. cuesta alrededor de 4 euros y es suficiente para que una estufa de tamaño medio funcione todo el día a la máxima potencia. Todo esto nos lo cuenta Antonio Rodrigo de Mingo, distribuidor en Sigüenza de estufas pellet de un fabricante de Vigo. El precio de estas estufas es muy variado, dependiendo de los fabricantes, una estufa de 7 kW, la potencia más pequeña, en su catálogo vale 1.625 euros, otros fabricantes tienen precios inferiores aunque hay que fijarse en la calidad de las estufas porque ya sabemos que a veces “lo barato sale caro.” Existen estufas de pellet de diferente potencia desde los 7 kw, las hay con tubos para llevar el aire caliente directamente a otra habitación y las hay con la posibilidad de unir con un depósito de agua para calentarla y con radiadores. Estas estufas tienen un pequeño ventilador para distribuir el aire caliente que gasta algo de electricidad, muy poco. Además producen un leve ruido que se puede asemejar al de un ordenador antiguo. Una ventaja del pellet es que se puede producir por empresas locales y que es menos probable que esta energía quede en manos de grandes multinacionales que dicten sus precios. En la sierra de Guadalajara así como en las comarcas de Sigüenza y Molina se llevan a cabo muchos trabajos forestales y el pellet se compone de biomasa como consecuencia de desbrozar el monte. Esto beneficiaría el monte y puede ser una alternativa local energética a bajo coste para la gente de estas zonas.

Hay energías más y menos contaminantes, más o menos eficientes y para el bien del planeta deberíamos inclinarnos por estas últimas. En cuanto a los precios que tenemos que pagar por ellas, dependerá tanto de su disponibilidad como de quién tiene en sus manos el suministro y la comercialización y a la larga también de que todo el proceso se plantee como un negocio o como un servicio público.

Viñeta

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