Existen en la Península Ibérica muchas leyendas rurales sobre animales y plantas casi mitológicos o cuanto menos, fabulosos. Dentro de estos dudosos mitos siempre se encuentra fundamentos verdaderos que la imaginación, por sus extraños derroteros, ha guiado a ciertas personas para crear estas fabulas sobre serpientes peludas, gusanos venenosos, la bicha, colibríes ibéricos, el saetón, plantas que envenenan con solo mirarlas, etc.…
Hoy vamos a tratar una de las creaciones más recientes, en parte debido a los documentales de naturaleza que desde el último cuarto del siglo pasado nos acercaron a las maravillas de nuestro planeta.
En algunos pueblos a lo largo y ancho de nuestro país se ha podido escuchar afirmaciones de personas que juraban y perjuraban a ver visto en prados o bosques cercanos a colibríes entre las flores. Cuando los describen hablan de un pájaro muy pequeño que es capaz de volar en línea recta, hacia atrás, arriba, abajo e incluso de forma invertida para colocarse en la posición adecuada y poder obtener su alimento de las flores o realizar bruscos cambios de dirección si es molestado y que bate las alas a tal velocidad que no se pueden apreciar.
Podría ser cierto sino fuera porque los colibríes son aves que habitan en América y no en Europa. Entonces debemos preguntarnos: ¿Qué han contemplado estas personas que aseguran haber visto un colibrí?
En primer lugar, debemos visionar la forma y el vuelo de un colibrí y buscar algo semejante que pueda existir dentro de la fauna ibérica; de esta forma llegamos a la conclusión de que en España habita un insecto realmente espectacular e inesperado para mucha gente que no conoce las distintas especies de fauna que cohabitan con nosotros en nuestra Península Ibérica. Nosotros centramos nuestras pesquisas en una mariposa, más grande que un abejorro, de cuerpo robusto con un frenético batir de alas imperceptible al ojo humano que produce un zumbido audible.
Nuestra sospechosa es conocida por los aficionados a la naturaleza como “Mariposa Esfinge o Mariposa Colibrí” (Macroglossum stellatarum), el sobrenombre de colibrí creo que nos indica que hemos dado con la solución del misterio. Además, su nombre científico nos indica otro rasgo que nos ayudará a la resolución del misterio ya que “macroglossum” significa lengua grande, mientras “stellatarum” hace referencia al género de plantas de las que se alimentan cuando son orugas.
Esta especie de mariposa bate las alas de forma muy enérgica, más de 80 aleteados por segundo, mientras vuela alimentándose del néctar de las flores y esta característica es la que ha llevado a la confusión a esas personas que la confundieron con un colibrí ya que es increíble la afinidad del vuelo de las dos especies, mariposa y ave, que ni siquiera habitan en los mismos continentes, además su larga espiritrompa ha podido ser confundida con un largo y fino pico. Esta confusión como hemos comentado al comienzo del artículo puede que esté causada por la visión de documentales sobre los pequeños pájaros en televisión o internet y por no prestar atención a las antenas y anatomía de nuestra mariposa.
La Mariposa esfinge colibrí es un lepidóptero de la familia Sphingidae (de aquí lo de esfinge), a diferencia de la mayoría de los esfíngidos que son nocturnos, las mariposas colibrí son de hábitos diurnos y aunque posada lo parezca, no es una polilla. Es capaz de volar a pleno sol, bajo la lluvia o con frío, algo muy raro entre las mariposas. Las podemos observar durante todas las horas del día, aunque las del mediodía son las de mayor actividad para ellas. Debido al alto consumo energético que demanda su forma de volar necesitan alimentarse con frecuencia para obtener suficientes azucares y grasas.
Las mariposas adultas tienen la cabeza bien diferenciada con ojos grandes y nítidos y dos antenas engrosadas, el tórax y el abdomen son anchos y aplanados, con escamas que se asemejan a la cola de un pájaro, más coincidencias con los colibríes. Su desarrollada espiritrompa les permite succionar el néctar de las flores en pleno vuelo, sin posarse sobre ellas y las alas poseen una envergadura de apenas 45 mm; las delanteras son estrechas, puntiagudas de un color parduzco con puntos y líneas negras mientras que las posteriores son de un color anaranjado más vivo.
Como algunas otras mariposas, las “esfinge colibrí” son capaces de migrar hacia climas más cálidos o hibernar en grietas, troncos o en nuestras diferentes construcciones humanas. La hibernación comienza con la bajada de las temperaturas, el año pasado las últimas las pude observar volando a primeros de noviembre, y se suele extender en nuestra zona hasta finales de marzo dependiendo de las temperaturas, pero sobre todo de la cantidad de reservas que haya podido acumular antes de entrar en este periodo de letargo.
La verdad es que entiendo que haya personas que las confundan con colibríes por su forma de volar y recomiendo a los lectores que salgan a los campos en busca de estas increíbles criaturas y dediquen un tiempo a observar su vuelo, estoy seguro que les hechizara perpetuando la leyenda de los colibríes ibéricos.