Una hemorragia es la salida de sangre desde el aparato circulatorio, provocada por la rotura de vasos sanguíneos como venas, aerterias o capilares. En la mayor parte de los casos suelen ser como heridas pequeñas de la piel, pero también pueden ser lesiones importantes que conlleven una gran pérdida de sangre que amenacen la vida. Los mecanismos de producción de las hemorragias puedenser muy variados: traumatismos, abrasiones, armas de fuego, agentes cortantes o punzantes, explosiones, aplastamientos, mordeduras etc. Es muy importante conocer y distinguir el origen de la hemorragia, pues según el vaso sanguíneo de donde proceda la sangre será necesario actuar de forma específica. En el cuerpo de un adulto hay unos cinco litros de sangre, y la pérdida de un litro y medio puede provocar una situación de shock grave(el corazón es incapaz de bombear suficiente sangre al cuerpo y si no se corrige derivará en la parada cardio-respiratoria y la muerte). Los signos y síntomasdel shock son: alteración de la consciencia (mareo, confusión), ansiedad o nerviosismo, pulso rápido y débil, respiración superficial, palidez y sudoración fría y pegajosa.
Torniquete
Arterial. La sangre procedente de una arteria es de color rojo intenso, saliendo a impulsos con cada latido cardiaco,con gran presión y velocidad. Son las más peligrosas ya que pueden producir una gran pérdida de sangre en pocos minutos
Venosa. Cuando la sangre sale de una vena lo hace de forma continua (sin latidos) y es de color rojo oscuro.
Capilar. Es la hemorragia más frecuentes y menos peligrosa. Se produce por lesiones y heridas superficiales de poca importancia que no afectan a venas o arterias. La sangre fluye lentamente como cuando apretamos un trapo húmedo.
Según el lugar en el que se acumule la sangre podemos clasificar las hemorragias como:
Hemorragias Externas. La sangre sale al exterior a través de una herida o lesión en la piel. Las más importantes y graves suelen producirse en las extremidades por las que pasan arterias muy superficiales.
Hemorragias Internas. Se producen en el interior del organismo, la sangre no se ve y por tanto son difíciles de percibir, y tan sólo se pueden sospechar por el tipo de accidente sufrido y por los signos y síntomas de shock.
Hemorragias Exteriorizadas. Son hemorragias internas que salen al exterior a través de orificios anatómicos: oído, nariz, boca, ano o genitales. Su principal peligro no es la pérdida de sangre si no la lesión interna que puede existir en la estructura anatómica de dónde procede (cráneo, cerebro, vísceras, órganos,etc.)
En este capítulo sobre primeros auxilios vamos a hacer referencia a las hemorragias externas y exteriorizadas, producidas por diversos traumatismos que pueden dar lugar a distintos tipos de heridas o lesiones.
Lo primero que debemos hacer:
Durante todo el proceso, ante cualquier persona accidentada, se recomienda el uso de guantes de látex o nitrilo para evitar ensuciar las heridas y también para no entrar en contacto con su sangre y otros fluidos, y así minimizar el riesgo de contagiarnos de algunas enfermedades. Si no disponemos de guantes, podemos utilizar bolsas de plástico o telas que eviten dicho contacto.
En heridas no graves, aplicar un antiséptico y cubrir la herida.
Deberemos observar los síntomas de la persona para evaluar su estado y decidir lo que debemos hacer: lugar de localización, su extensión y profundidad, posibilidad de afectación de estructuras u órganos internos, la suciedad o presencia de cuerpos extraños, el mecanismo causante etc. Acudiremos a urgencias si la herida no deja de sangrar, si es muy larga o profunda o si sus bordes están muy separados. Debemos sospechar que la hemorragia conlleva peligro si:
Hay una herida en una extremidad y la sangre sale de forma pulsátil lo que significaría que hay una arteria afectada.
Hay un gran charco de sangre bajo la persona.
Tiene las ropas muy mojadas de sangre.
La persona está pálida, mareada y desorientada y no responde a las órdenes.
Tiene algún miembro amputado de forma parcial o total.
En heridas graves, comprimir con paños o gasas limpias y nunca retirarlos para colocar otros. Si es necesario, poner más gasas sobre las que están empapadas de sangre. Si retiramos las primeras, moveremos los coágulos formados y volverá a sangrar como al principio. Presionaremos al menos diez minutos con ambas manos. Si la hemorragia ha cedido podremos realizar un vendaje compresivo, pero si no deja de sangrar seguiremos comprimiendo hasta que lleguen los servicios de emergencia.
La hemorragia del oído es la única que no hay que intentar detener, puesto que si no dejamos que salga la sangre, ésta se acumula en el interior del cráneo y puede ocasionar graves lesiones. Hay que tumbar al afectado del lado por el que se produce la hemorragia, colocar una gasa que empape y trasladarlo al hospital.
En caso de hemorragia en una extremidad, es útil levantarla por encima del nivel del corazón al mismo tiempo que se presiona. Es útil aplicar un vendaje que comprima, y solo cuando la presión directa no es efectiva colocaremos un torniquete.
No extraiga objetos clavados (cuchillos, balas, palos o barras). Si lo hacemos puede producirse una gran hemorragia incontrolable. Debemos estabilizar dicho cuerpo extraño para que no se mueva, pedir ayuda al 112 o acudir con el paciente al punto de urgencias más cercano.
En algunas hemorragias debemos conocer cómo realizar la técnica específica y lo que debemos hacer para mejorar la expectativa de éxito:
Torniquete. Tan sólo debe hacerse cuando sea imposible detener una hemorragia severa en alguna de las extremidades con presión directa, y corra peligro la vida del accidentado. Se debe emplear cuando la compresión no sea posible por existir una fractura abierta, una herida de gran tamaño, un cuerpo extraño y siempre ante una amputación total o parcial que sangra profusamente. Se usará como primera opción con una persona que tenga múltiples traumatismos, con una persona en parada cardiorrespiratoria, o cuando nos encontremos en un lugar inseguro o con una herida a la que no se pueda acceder. Puede generar daños musculares y/o nerviosos si no se ejecuta correctamente (principalmente por exceso de presión o por usar una correa o cinta muy estrecha). Por este motivo para realizar un torniquete correctamente deberemos utilizar una cinta de al menos 5 centímetros de ancho y medio metro de largo(algo más si hay que colocarlo en el muslo). Una corbata, un pañuelo, un trapo, una camisa, una toalla...etc., pero nunca un cordón o un cable. También es necesario un objeto tensorfuerte y largo(no sirve un bolígrafo ni un lápiz ya que se partirán). Buscaremos un palo duro o una barra. Los pasos a seguir para realizarlo serán:
1. Retirar la ropa para examinar y comprobar la herida.
2. Colocar la banda unos 5 centímetros por encima de la herida, pero nunca sobre una articulación.
3. Realizar una o dos vueltas y un nudo simple.
4. Coloca el tensor y fíjalo con un nudo doble.
5. Girar hasta que la hemorragia cese. Esto puede ocasionar mucho dolor a la persona pero no debemos aflojarlo. No apretaremos más de lo necesario para que deje de fluir sangre.
6. Fijar el tensor para que no se afloje el torniquete y anotar la hora en que lo hemos colocado.
8. No lo retiraremos hasta que lleguen los sanitarios.
Amputación. Si nos encontramos con la amputaciónde un dedo, una mano, un pie...etc. debemos saber que hay una forma de mantener ese miembro “vivo” para después poder reimplantarlo en la persona. Y aunque no sea reimplantable, siempre lo podrán usar en el hospital para la reconstrucción de la zona. Lo primero que deberemos hacer es atender a la víctima y controlar la hemorragia. Luego debemos recoger el miembro, envolverlo en un paño limpio y a su vez meterlo en una bolsa limpia y cerrarla bien. Todo ello lo debes introducir en un recipiente con agua ehielo (lo ideal es una temperatura de 4ºC), y si es posible utilizaremos una bolsa isotérmica o una nevera portátil para su transporte. Informaremos al Sistema de Emergencias 112 que acudimos al Centro Sanitario con el paciente y con el miembro amputado para que tomen las medidas oportunas.
Epíxtasis o sangrado nasal. En la mayoría de los casos suele resolverse fácilmente por ser de origen venoso, aunque en ocasiones puede necesitar atención urgente.
Sentar en una silla con cabeza levemente inclinada hacia adelante, aconsejarle que respire por boca y que comprimir la fosa nasal afectada. Si no cede introducir bolitas de gasa (no algodón) empapadas de agua oxigenada y presionar con los dedos pulgar e índice desde los dos lados de la nariz.
Colocar paños fríos en la frente de la víctima. Si la hemorragia fuera importante y no cesa en un plazo de 30minutos, llevar a un centro asistencial.
Lo que nunca debemos hacer:
Levantar el apósito para comprobar si la herida sigue sangrando.
En una hemorragia nasal echar la cabeza hacia atrás. Si lo hacemos, no se detiene el sangrado, sino la sangre se va a la parte posterior de la nariz y de allí a la garganta y la boca.
Hacer un torniquetesi la vida del accidentado no está en peligro.
Taponar el oído para que no salga la sangre.
Retirar cuerpos extraños impactados en el accidentado, ya que podemos generar una hemorragia grave e incontrolable.
“Ante una hemorragia serenidad y sentido común”
Próxima entrega:traumatismos