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NGC 4414, típica galaxia espiral, como la nuestra. Imagen: Wikipedia.

En febrero del 2017, un portavoz de la NASA comentó en una rueda de prensa que esperaban encontrar vida extraterrestre antes del 2020. Ya en 2014, Seth Shostak, del SETI (proyecto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre, según sus siglas en inglés), predijo que encontraremos inteligencia extraterrestre antes del 2040.

¿Qué hay de verdad o de exageración en estas afirmaciones?

Respecto de la vida extraterrestre “no inteligente”, se piensa que hay posibilidades de encontrar algún tipo de vida en los lagos de Titán, el océano de Encélado (lunas ambas de Saturno), en el océano de Europa (luna de Júpiter), o en el hielo de Marte (donde quizá hubo vida y ya no la haya). Es decir, encontrar vida extraterrestre “parece” fácil; ahora, encontrar vida ahí fuera con “inteligencia superior”, eso es otro cantar.

Dejemos aparte la definición de “inteligencia superior”, lo que daría para otro artículo; de hecho, hay quien discute si en la Tierra existe tal cosa… y quedémonos simplemente con aquellas formas de vida que tengan, al menos, la capacidad de comunicarse técnicamente entre planetas (que es lo que busca el SETI).

Para calcular el número de civilizaciones extraterrestres que podrían pulular por ahí, se suele echar mano de la fórmula atribuida a Frank Drake, precisamente el fundador del SETI. Se trata de una fórmula probabilística muy básica (ver el artículo de Javier Bussons en julio del  2013 La guerra de los mundos y la formula de Drake) que, en su forma simplificada nos dice que el número “n” de civilizaciones extraterrestres en una región del espacio sería:
n = N*p*v*i

El producto de “N”, el número de estrellas en esa región, nuestra galaxia, por ejemplo; multiplicado por “p”, la probabilidad (expresada en tanto por uno) de que una estrella tenga planetas; multiplicadopor “v”, la probabilidad de que un planeta tenga vida; y multiplicado por“i”, la probabilidad de que esa vida alcance alguna forma de inteligencia superior.

Y como a todos nos parece muy improbable que seamos un caso único en la Galaxia, se suele argumentar que, aunque las probabilidades (p, v, i) fueran extremadamente bajas, al multiplicar esos pequeños números por el número de estrellas en la Galaxia, “N”, que es del orden de 250 mil millones de estrellas, el resultado tiene que tener un valor significativo. Algunos (los del SETI, por ejemplo) obtienen resultados bastante altos, entre 100 y 10.000 civilizaciones pululando por la Galaxia, otros dan resultados más modestos: recuerdo un profesor en la Universidad cuyos cálculos daban como resultado 1 (nuestra civilización y nada más).

La utilización de fórmulas estadísticas es habitual cuando no se conocen las leyes que rigen lo que queremos estudiar, y aquí no sabemos mucho que digamos.

Pero es que, además, tenemos un segundo problema: la Tierra es el único caso de vida conocido y, por tanto, el único ejemplo de vida con “inteligencia superior” que conocemos. De modo que ni conocemos la teoría, ni tenemos suficientes ejemplos para hacer una estadística; por lo que las probabilidades que se suelen utilizar son meras especulaciones.

En cualquier caso, sea el resultado un número más alto o más bajo, si hay alguien por ahí emitiendo ondas de radio de cualquier frecuencia (que es lo que busca el SETI) debería ser relativamente fácil detectarlo.

Es decir, según el SETI, la NASA y alguno más, debe de ser fácil en unos cuantos años encontrar algún vecino “inteligente” en nuestra galaxia y ellos apuestan por esa posibilidad.
Pero es esto seguro o probable? Lo veremos en el artículo siguiente...

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