No es difícil encontrarse con Pepe Esteban, venido al mundo en Sigüenza en 1935, por la Alameda en el mes de agosto, siempre bien acompañado de un grupo de antiguos amigos. Y es que amigos, desde luego, no le faltan a quien ha dedicado su vida a la edición, la crítica o la expresión literaria, a la vista de los recuerdos que ahora comparte con los lectores en este exhaustivo volumen de, llamémoslo así, memorias. Autor de novelas (El Himno de Riego o La España Peregrina), cultivó el ensayo sobre aspectos tan sugerentes de la existencia como Breviario del Cocido,¡Judas…Hi de puta! Insultos y animadversión entre españoles, Refranero anticlerical o Duelos y duelistas españoles, sin olvidarnos de su pasión galdosiana, plasmada en La cocina de Galdós Guadalajara en la obra de Galdós, o a otros temas generales, como La generación del 98 en sus anécdotas o Los amigos españoles de Oscar Wilde. Pero creo que su labor del aquellos años más apreciada fue la edición, como la creación y desarrollo de las editoriales Ciencia Nueva o Turner, ya un clásico de nuestra literatura. O la recuperación de autores olvidados (o silenciados) como José Bergamín o el considerado como uno de los tres grandes poetas del pasado siglo, junto con Machado y Lorca, Luis Cernuda. Afincado en Madrid, ciudad a la que tuvo que desplazarse por razón de estudios, pronto conoció, junto con otro ilustre artista seguntino, Antonio Pérez, y animado por compañeros de una universidad española que empezaba a despertar, aunque muy lentamente, de su letargo, a una ingente pléyade de semejantes atraídos por la cultura y, como no podía ser menos en la época, por la política. Las tertulias, las charlas de café y las copas nocturnas dieron pie a la generación de múltiples vínculos con la bohemia valleinclanesca de la época, la élite literaria y la política clandestina, y de ahí a la pasión por la literatura, a la que sigue siendo fiel. Y de aquellos tiempos y de aquellas gentes da cumplida cuanta Esteban en este tomo de recuerdos, tal vez necesarios a ciertas edades antes de que, como decía Cernuda, llegue el olvido, un viento que cuando sopla, mata, palabras que el autor se cuida de refrescar debidamente a lo largo de las páginas.
Pepe Esteban, el 2º a la izquierda, durante la presentación del libro en Sigüenza.
En sus más de seiscientas páginas hace desfilar a una innumerable cantidad de personajes que han venido dando lustre a los años transcurridos desde su llegada a Madrid, y a los que sigue siendo fiel. Nos presenta Esteban un magnífico cuadro del mundo intelectual y literario de seis décadas de nuestra historia, en el que nos invita a conocer a sus protagonistas, al tiempo que nos abre sincera y cordialmente su alma, mostrándonos sin artificio su vocación, la bohemia, su sentido lúdico de la existencia el humor y la ironía, mientras el lector, al tiempo que va conociendo los avatares de la vida del autor y sus ilustres colegas, puede perfectamente sumergirse en un país y en unos tiempos que a la mayoría le resultarán desconocidos y a otros abandonados, de la mano de criaturas tan inolvidables como Baroja, Cernuda, Ayala, Vargas Llosa, Bergamín, Angel González, Caballero Bonald, Cela, Claudio Rodríguez… La interesante personalidad del autor se refleja página a página en un conjunto exento de cualquier morbo, por si a alguno se le hubiera puesto en la cabeza, a través del trato otorgado a todos y cuantos dan vida a este trabajo. Bueno, a todos menos a uno….
Flanagan