Seguramente a todos nos habrá surgido en alguna ocasión la siguiente duda, al hablar o al escribir. Ante un sujeto como “La mayoría de los españoles”, no tenemos claro cómo hacer la concordancia con el verbo. ¿Lo correcto sería “La mayoría de los españoles piensa que la política actual es un semillero de caraduras” o “La mayoría de los españoles piensan que la política actual es un semillero de caraduras”? Por instinto, o por sonoridad, solemos decantarnos por la segunda opción, pero no es infrecuente escuchar también la primera, tanto en los medios de comunicación como en conversaciones cotidianas. Otros ejemplos que nos plantean el mismo problema serían “un grupo de españoles”, “el 20% de los españoles”, etc.
Y la clave está en lo que consideremos como núcleo del sintagma “La mayoría de los españoles”. El núcleo es la parte principal e imprescindible, en torno al cual se construye todo lo demás, y la concordancia del verbo se tendrá que hacer con el núcleo del sintagma. En este sintagma nominal, disponemos de dos sustantivos, “mayoría” y “españoles”, bien rodeados de determinantes y preposiciones. ¿Entonces? ¿Es “la mayoría de los españoles” una clase de mayoría, o una clase de español?
El primer análisis sería algo así:
la mayoría de los españoles piensa
det. núcleo adyacente
El segundo análisis quedaría de la siguiente forma:
la mayoría de los españoles piensan
det. det. núcleo
Como vemos, el primer análisis sitúa a “mayoría” como parte vital del sintagma, y a “de los españoles” como un adyacente, un añadido que se puede eliminar a voluntad, cosa que no parece posible (no confundamos omitir con eliminar: omitimos por comodidad, cuando decimos la mayoría está/están a favor, pero eso no quiere decir que de los españoles no siga por ahí oculto, listo para retomar el trono del sintagma, y con él, la concordancia con el verbo, en cuanto le dejen volver).
Por el contrario, el segundo análisis considera que “la mayoría de” es un determinante compuesto, no demasiado distinto a otros determinantes de cuantificación como “cuatro”, “muchos” o “casi todos”. Sintácticamente, no hay ninguna diferencia. Se trata, por lo tanto, de un sustantivo cuantificador del sustantivo principal, núcleo del sintagma, que a veces nos engaña para que le atribuyamos la concordancia. La prueba, en caso de futuras dudas, consiste en la sustitución: este determinante se puede sustituir por otros (“todos”, “cuatro”, “los”), respetando la realidad sintáctica del sintagma.